Voy a ahorrar para la jubilación, ¿qué plan de pensiones escojo?
A la hora de ahorrar para la jubilación existen varios vehículos destinados específicamente para ello, debido a sus características financiero-fiscales. Uno de ellos es el plan de pensiones. Pero existen distintos tipos de plan en función de su vocación inversora. Elegir uno u otro dependerá del perfil de riesgo del ahorrador y del horizonte hasta la jubilación.
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Los planes de pensiones son vehículos de ahorro con carácter finalista, diseñados para cubrir una serie de contingencias, principalmente la jubilación. Se integran dentro de fondos de pensiones, que agrupan las aportaciones de los planes y las invierten para obtener un rendimiento de ese capital.
Inverco, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones, clasifica los fondos de pensiones en las siguientes categorías, en función de su vocación inversora y de su riesgo potencial:
Garantizados, renta fija a corto plazo, renta fija a largo plazo, renta fija mixta, renta variable mixta y renta variable.
En cada una de estas categorías se integran fondos de pensiones (que integran a los planes de pensiones) con similar vocación inversora y perfil de riesgo. Unos invierten solo en deuda a corto plazo, otros en deuda a largo plazo, otros tienen la cartera mezclada entre renta fija y la renta variable, otros solo invierten en renta variable... Y luego están los planes garantizados, de escaso o nulo riesgo, que garantizan el capital y una rentabilidad a un plazo determinado.
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Renta fija vs renta variable
Los fondos que invierten en mayor proporción en renta fija (deuda pública, bonos de empresa) se considera que tienen un menor riesgo asociado que los que invierten en mayor proporción en renta variable (acciones cotizadas en bolsa), que históricamente ha demostrado ser más volátil.
La renta fija suele ser más estable, pero su potencial de rentabilidad es menor. Normalmente, a más riesgo mayores ganancias potenciales.
Antes de elegir un plan de pensiones, lo primero es determinar cuál es el perfil de riesgo del ahorrador, lo cual depende principalmente de dos factores: el horizonte temporal hasta el momento de la jubilación y la tolerancia al riesgo del ahorrador.
Cuanto mayor es el tiempo restante hasta la jubilación más recomendable es invertir en activos de renta variable, porque aunque el riesgo de pérdidas puntuales es más elevado, hay tiempo por delante para permitir que se recuperen esas pérdidas.
Si se empieza a ahorrar a los 30 o a los 40 años, se puede optar por fondos que asuman más riesgo y, a medida que avance el tiempo, ir cambiando hacia planes de menor riesgo hasta llegar a los últimos años antes de la jubilación invertidos en planes de riesgo prácticamente nulo, que permitan consolidar, y no arriesgar, el capital construido con los años. Se trata de reequilibrar las carteras con el tiempo. Hay planes mixtos, conocidos como de ciclo de vida, cuyos gestores se encargan de hacer ese reequilibrio.
Pero también hay que tener en cuenta la tolerancia al riesgo del ahorrador; un factor puramente psicológico. Se puede ser muy joven, pero no estar dispuesto a soportar pérdidas en nuestro ahorro, aún a pesar de que queden décadas hasta la jubilación y tiempo, por tanto, para recuperarlas.
No es aconsejable, en todo caso, optar por planes de pensiones arriesgados cuando se está cerca ya del momento de la jubilación, aun cuando uno se considere un inversor intrépido o decidido. Aquí debe pesar más el factor tiempo que el psicológico.