Una vivencia mágica entre el arte y la gastronomía
El arte y a la gastronomía se unirán en una fiesta única de sabores y sensaciones el viernes 9 y sábado 10 de junio. El reconocido Hyatt Centric de Montevideo, ubicado frente a la admirable rambla de la ciudad, recibirá esta nueva propuesta de feria que invita a experimentar SaborArte.
Al ser este el primer año que se hace SaborArte, sus organizadores convocaron al reconocido artista plástico uruguayo Gastón Izaguirre para que creara un cuadro inspirado especialmente para este encuentro. En una nota publicada en la revista 'Galería' del semanario 'Búsqueda', los organizadores cuentan que “esta obra representa las sensaciones que evocan y provocan las experiencias gustativas”.
Las personas que visiten SaborArte podrán explorar sabores y aromas de forma armónica y equilibrada a través de maridajes de chocolate con cerveza, oliva, vino, café y té que se ofrecerán durante los dos días de feria.
Cada una de las propuestas gastronómicas tendrá integrado en su espacio el arte. De esta forma, los invitados se embarcan en una fiesta para conocer, degustar, aprender, disfrutar, consumir y desafiar a los sentidos.
Reconocidos chefs, sumilleres y personalidades del mundo gastronómico pasarán por el 'living' BBVA Uruguay, donde darán charlas sobre sus productos, técnicas, recomendaciones, propiedades de los sabores, tendencias, entre otros.
Además, el viernes 9 habrá una pre apertura exclusiva para más de 100 clientes de BBVA Uruguay, quienes estarán saboreando y experimentando de una forma única la magia que hay cuando el arte y los sabores se juntan en un mismo lugar. Quienes compren con sus tarjetas de crédito BBVA recibirán como obsequio un recuerdo que decorará la cocina de cada cliente.
Crítica de la obra de Gastón Izaguirre
Emma Sanguinetti: “….La obra de Gastón Izaguirre es potente y vital, sutil pero a la vez explícita; estalla en un desborde visual que no es otro que el reino de estos lejanos amos del arte, que con fina introspección se encuentran para delinear los límites de la intención figurativa.
Seres dislocados serpentean por el plano, entes fantasiosos de irreales cabezas esbozan miradas, sentimientos y actitudes; pero por encima de todas esas testas, cuerpos y figuras, hay en la obra de Izaguirre una presencia ineludible: el ojo.
Es el mirarse a sí mismo, es el mirar al otro, es el sentirse observado y dejarse observar; danza voayerista que habita el imaginario colectivo desde tiempos inmemoriales, y que sugiere indefectiblemente los sinuosos caminos biunívocos, de la comunicación interior y el diálogo con el otro. Las diversas y lejanas fuentes que nutren estas formas, pueden hallarse en lugares tan remotos y diversos como los grafismos precolombinos, las desconstrucciones cubistas o el humor satírico y directo del arte pop; mas la personal y propia dimensión que los alimenta hace de ellas un juego sincrético, sin que por ello pierdan fuerza, originalidad o reflexión.
La obra de Izaguirre parece afirmar la certeza del viejo refrán sobre las incertidumbres, frustraciones y deseos vitales; no hay otro camino que "ver para creer". Será por eso que Gastón Izaguirre no teme al mirar a los demás y menos aún al mirarse a sí mismo.