Un viaje en el tiempo con la Colección BBVA
Como cada verano, las calles de París, Nueva York o Madrid se preparan para ser descubiertas y avivar la imaginación de sus visitantes. ¿Quién no ha soñado alguna vez con pasear por su ciudad favorita hace doscientos años y vivir en primera persona su historia? No hace falta seguir soñando. Gracias a la Colección BBVA podemos dar la vuelta al mundo y volver al pasado.
La inspiración viene de París
Las calles de París han sido fuente de inspiración para grandes artistas a lo largo de los siglos. Sin embargo, si hay un lugar en la capital francesa donde más se respira arte, es en Montmatre, el barrio de los pintores. Paul Louis Chrétien es uno de los artistas que no pudo resistirse a inmortalizar las calles de este bohemio distrito. La gran cuesta de la Rue de l’Abreuvoir con la cúpula de la Basílica del Sacré Coeur vigilando a lo lejos es la protagonista de este oleo de finales del siglo XIX.
Asís, la ciudad por la que no pasa el tiempo
Asís es una de esas ciudades que nos traslada al pasado nada más pisar sus calles. Construida durante el siglo XII, estas vistas de la Basílica superior que plasmó Pablo Peña en 1892 apenas han cambiado. El conjunto de San Francisco de Asís está formado por una Basílica inferior que representa la vida de penitencia, y una Basílica superior que simboliza la gloria. Esta ciudad anclada en la Edad Media es la sede de la orden franciscana y una parada fundamental para los peregrinos que van a Roma tal y como refleja el pintor asturiano en la Peregrinación a Asís.
El Monasterio del Escorial, tumba de reyes
Esta impresionante vista del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial fue plasmada durante la segunda mitad del siglo XVII por Jan Frans Soolmaker. El Monasterio ha sido representado en numerosas ocasiones por artistas del siglo XVII, por lo que se duda de si el holandés pintó el cuadro inspirándose en una de estas ilustraciones o conoció realmente El Escorial. El palacio fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II como residencia real y sepultura de los reyes de España, siendo considerado a finales de siglo la Octava Maravilla del Mundo. A pesar de las construcciones recientes en sus alrededores, sigue siendo un enclave por donde no pasa el tiempo.
Un paseo por el Nueva York de los años 30
Nueva York, la ciudad de los rascacielos, es uno de los lugares más representados del mundo. Jesús Mari Lazkano plasmó en 1989 la inmensidad de la ciudad a través de una panorámica sobre el East River donde los puentes de Brooklyn, Manhattan y Williamsburg son los protagonistas. A pesar de ser una pintura reciente, el artista no trabaja sobre vistas reales ni fotografías actuales en su cuadro Two cities as one I, sino a partir de la obra de grandes fotógrafos norteamericanos de los años treinta, lo que permite apreciar el paso del tiempo en la gran manzana.
Venecia, la ciudad de los canales
Venecia está formada por 118 pequeñas islas unidas entre sí por 455 puentes. Su entramado de canales a modo de calles y sus pintorescas embarcaciones son el gran atractivo de esta bella ciudad. Precisamente fue el Gran Canal la fuente de inspiración del veneciano Jacopo Fabris en el siglo XVIII. El artista reprodujo las vistas de la principal vía veneciana desde el famoso Puente Rialto que, a pesar del trasiego de turistas, apenas han cambiado con el paso de los siglos.
Bruselas, capital histórica de Europa
La Grand Place es el centro de la vida de Bruselas y el escenario de grandes momentos históricos. Uno de ellos es la llegada del emperador Carlos V y su hijo Felipe II, acontecimiento que se sigue conmemorando en la actualidad en las fiestas del Ommegang. En 1695, la mayoría de los edificios que conforman la plaza fueron destruidos durante un bombardeo por parte de las tropas francesas. Estos edificios fueron reconstruidos por los distintos gremios en tan solo tres años y desde entonces poco han cambiado.
Historia castiza en el corazón de Madrid
Las ajetreadas calles del centro de Madrid están repletas de palacios y grandes edificios que encierran tras sus paredes increíbles historias. Uno de los más bellos es el Palacio del Marqués de Salamanca, el ilustre aristócrata impulsor este famoso barrio. Sin embargo, las deudas del marqués le hicieron perder el palacio en 1876 que pasó a ser propiedad del Banco Hipotecario de España. Amalia Avia inmortalizó esta esquina del Paseo de Recoletos, actual sede de la Fundación BBVA, en 1977. Sólo el atuendo de los transeúntes y los vehículos aparcados evidencia el paso del tiempo.