Uruguay: más 'Celestes' que nunca
Desde el año 2006, el Maestro Óscar Washington Tabárez es el entrenador de la Selección Uruguaya. Doce años atrás, el fracaso de quedar fuera del mundial de Alemania se hacía sentir. Todo lo que había era desánimo y el nuevo cuerpo técnico asumió el desafío y la responsabilidad. Pero lo que iban a hacer en los años venideros no era dirigir a un plantel de futbolistas en un campo deportivo, sino algo muchísimo más ambicioso.
Tabárez tomó la conducción no solo de la selección mayor sino también la supervisión de todas las categorías del fútbol juvenil. Decidió emprender un camino de mediano y largo plazo llamado `Proyecto de institucionalización de los procesos de las selecciones nacionales y de la formación de sus futbolistas´. Muchas cosas cambiaron.
De los 32 participantes en el Mundial de Rusia 2018, Uruguay es el país que ocupa el lugar 31 si son ordenados por su cantidad de habitantes. Solo superamos a la milagrosa Islandia en población. No es difícil de comprender que ni desde el punto de vista económico, ni desde su estructura organizativa Uruguay podría competir con las potencias que han llegado a Rusia. Entonces, ¿qué se podía hacer?
El Complejo Celeste es el hogar de todas las selecciones uruguayas. Un lugar al que varios futbolistas miraban con recelo ya que no tenía las comodidades suficientes para un grupo de deportistas de alto rendimiento. Claudio Pagani es el intendente del lugar y cuenta en el libro 'Maestro, el legado de Tabárez' de Luis Inzaurralde y de Jorge Señorans, que fue desde siempre una preocupación del cuerpo técnico que cada vez que un plantel era citado había que sorprender a los jugadores con un arreglo nuevo en el Complejo. Podía ser una nueva cancha para entrenar, la iluminación de algún camino de acceso, pero también el dejarle a cada jugador un juego de naipes personalizados con la leyenda 'el sueño comienza en nuestra casa'. Ahora los jugadores mueren por ser citados y entrenarse allí. Un solo equipo.
Muchas veces, cuando los jugadores regresan a sus clubes después de una fecha FIFA, nadie ordena los vestuarios hasta que una nueva selección sub-15 o sub-17 es citada para entrenar. Los chicos se cambian en el mismo lugar donde unos días antes se cambió Diego Godín, Luis Suarez o Edinson Cavani y sus pertenencias todavía están allí.
BBVA Uruguay y Visa festejaron junto a clientes de Zonamerica los triunfos de la selección uruguaya
Más datos en esta época de Big Data: de los 23 jugadores que integran el plantel de Uruguay en Rusia 2018, 21 han formado parte de las selecciones juveniles. Si sumamos los partidos que cada uno de ellos ha jugado en formativas antes de debutar en la selección mayor nos encontramos con que son 564, nada mal, ¿no?
Este plantel, además de lo que hace dentro de la cancha, ha sentido la necesidad de multiplicar el compromiso de defender la camiseta de su país. Por ese motivo, surge la Fundación Celeste. Integrada por jugadores de la selección uruguaya de ayer y hoy, que se dedica a fomentar diferentes proyectos deportivos y sociales para favorecer a los más necesitados. Además, se han unido a los futbolistas locales en el colectivo #MasUnidosQueNunca para defender sus derechos y exigir a los dirigentes profesionalismo en el momento de tomar las decisiones que definan el futuro económico de la Asociación Uruguaya de Fútbol. El año pasado forzaron la renegociación de sus derechos de imagen. El primer dinero que recibieron por este concepto fue donado a los futbolistas que juegan en las divisionales de ascenso del fútbol uruguayo.
Todo esto se refleja en la gente que se siente absolutamente identificada con este plantel. Uruguay fue el país suramericano donde más boletos se vendieron para los partidos de las duras eliminatorias hacia Rusia. El pasado 7 de junio el equipo se despidió de su afición previo al mundial de Rusia jugando un encuentro amistoso en el Estadio Centenario de Montevideo. Aunque la noche era gélida, el estadio se llenó porque que más de 60.000 uruguayos quisieron desearles suerte, incluso formando este mosaico.
No debe ser casualidad que la profesión del entrenador sea la de maestro. Tabárez nos ha dado varias lecciones a lo largo de todos estos años junto a sus 'alumnos'. Está claro que todo este trabajo no alcanza para ganar el mundial, los resultados deportivos siempre dependen de innumerables factores, pero por estas latitudes hemos aprendido que para lograr el éxito en una Copa del Mundo hay cosas mucho más determinantes y profundas que definir si una tarjeta amarilla está bien sancionada o quién ocupa el lateral derecho. El camino es la recompensa.
Una vez más, BBVA Uruguay y Visa festejaron junto a clientes de Zonamerica los triunfos de la selección uruguaya. Más de 2000 personas disfrutaron de la Zona Celeste en Zonamerica que partido a partido se vuelve más Celeste que nunca.