Una respuesta coordinada en Europa ante la crisis del COVID-19
La expansión del coronavirus a varios países ha provocado desde la semana pasada una reacción muy acusada en los mercados. Tras la rápida expansión del COVID-19 y la declaración de pandemia global por parte de la Organización Mundial de la Salud, se han sucedido un buen número de acciones por parte de los bancos centrales y, en concreto, del Banco Central Europeo (BCE) así como por parte de los gobiernos y autoridades europeas. BBVA Research señalaba en una nota que “la adopción de estas medidas es positiva”. Sin embargo, consideraba que las medidas de política monetaria deberían ir acompañadas de una respuesta fiscal coordinada en la Unión Europea, que ya se ha empezado a materializar en Europa con planes de estímulo similares entre distintos países.
El BCE ha anunciado un voluminoso y flexible programa de compra de deuda pública y privada por 750.000 millones de euros, con el que la autoridad monetaria complementa de forma decisiva el conjunto inicial de medidas anunciado previamente por Christine Lagarde. Este nuevo paquete de medidas, aparte de suponer un monto importante, dota de flexibilidad al BCE para atajar tensiones en los mercados y, más importante todavía, lanza una señal contundente de respaldo a los países de la zona euro.
Precisamente a estas medidas iniciales se refiere el informe de BBVA Research, firmado por Sonsoles Castillo y Miguel Jiménez. En él, explican que el BCE ha redoblado los esfuerzos en materia monetaria en dos frentes. Por un lado, “la primera medida importante fue asegurar liquidez en condiciones más favorables a las entidades financieras para que fluya a la economía, tanto para familias como para empresas”. Con este objetivo, mejoró las condiciones para que “los bancos puedan pedir más liquidez en el programa TLTRO-III, con un coste menor y relajando la condicionalidad”.
Por otro lado, “la segunda medida fue elevar sustancialmente el programa actual de compras de activos (QE), con 120.000 millones de euros este año, añadidos a las compras de 20.000 millones al mes que ya estaban en marcha”.
La adopción de estas medidas es positiva porque ataca el principal problema en situaciones de fuerte caída de demanda y de pánico en el sistema financiero
“La adopción de estas medidas es positiva porque ataca el principal problema en situaciones de fuerte caída de demanda y de pánico en el sistema financiero”, resaltan Sonsoles Castillo y Miguel Jiménez. No obstante, deben ir acompañadas “de otras medidas de supervisión y de los Gobiernos”, que permitan “atajar directamente la aparición de cualquier problema de financiación de la economía, sobre todo de los sectores que se verán más impactados por la expansión del coronavirus”.
BBVA Research recuerda en este análisis que, “a diferencia de Estados Unidos, el sistema bancario es el principal vehículo de financiación de la economía real”. Por este motivo, cree “absolutamente crítico” salvaguardar este canal. Así, Sonsoles Castillo y Miguel Jiménez califican como “positiva la inacción en materia de tipos” por parte del BCE. Además, recalcan el hecho de que Christine Lagarde, en su conferencia de prensa, acentuó “la llamada a medidas de política fiscal de manera decisiva y coordinada, para complementar las de política monetaria”, siguiendo avisos similares que ya venía haciendo Mario Draghi. BBVA Research está de acuerdo en que “Europa debe responder “con un tono fiscal único y determinante” . “Es hora de que los Gobiernos europeos actúen coordinadamente. Si no es así, Europa volvería a mostrar que no responde eficazmente a las crisis”, concluye.