Una metodología innovadora para combatir el abandono en la formación 'online'
En un mundo cada vez más digitalizado, la formación y el autoaprendizaje se han convertido en herramientas clave para suplir carencias y añadir habilidades que fortalecen a las empresas, mejoran las capacidades individuales y el acceso al mercado laboral. La Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) y el Trust for the Americas, una entidad sin fines de lucro, afiliada a la Organización de Estados Americanos (OEA), han puesto en marcha en Colombia Impulso Digital, un proyecto de formación para emprendedores en vulnerabilidad con una metodología innovadora, que busca mejorar la alta tasa de deserción de los usuarios y la utilidad de este tipo de capacitaciones.
Precisamente, para las PYMES, una forma de cerrar esta brecha y evitar perder posicionamiento en el mercado sin perder de vista, al tiempo que se recuperan, la preparación para el futuro, es a través de la formación y el autoaprendizaje. Informes como el de CA Technologies y McKinsey afirman que la digitalización incrementa en un 29% la eficiencia y en un 12% la rentabilidad.
En marzo de 2020, en pleno confinamiento, más de 27 millones de usuarios se unieron a Coursera, con 58 millones de inscripciones. Los cursos más solicitados fueron en temas de big data y marketing digital.
Siguiendo estas tendencias de digitalización por parte de las empresas y empleados, regiones como África y América Latina están muy atentas a estos avances en los procesos de formación para importarlos y acelerar este proceso.
Digitalización inclusiva de personas en vulnerabilidad
La FMBBVA y el Trust for the Americas, han firmado un acuerdo para llevar a cabo acciones conjuntas, orientadas a promover la cooperación y fomentar el desarrollo económico, social, sostenible e inclusivo de personas en vulnerabilidad.
Entre ellas, Impulso Digital, que imparte formación en habilidades ofimáticas y marketing digital a más de 140 emprendedores y microempresarios para aumentar sus conocimientos de uso y apropiación de nuevas tecnologías. Con esta formación se busca potenciar y desarrollar sus emprendimientos, y la venta de productos y servicios en línea.
Esta iniciativa se implementa a través del Programa Emprendimientos Productivos para la Paz –Empropaz-, de Bancamía (entidad de la FMBBVA) en alianza con la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo (USAID), la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín. Un programa creado en 2018 con el objetivo de acompañar, con formación especializada e inclusión financiera, a más de 124.000 emprendedores y microempresarios colombianos y venezolanos.
Una metodología innovadora
Esta formación cuenta con una metodología innovadora, desarrollada por el Trust for the Americas y adaptada para este proyecto, que prioriza la personalización y el acompañamiento directo. Uno de los objetivos principales es medir el impacto del piloto en función del alcance de los objetivos propuestos y, especialmente, de la finalización de los cursos.
Como meta se propuso que al menos el 80% de los inscritos terminara su formación, un porcentaje ambicioso para cursos de autoaprendizaje. Gracias a esta metodología, el objetivo se está cumpliendo.
Buenas prácticas y lecciones aprendidas
Antes de empezar los módulos se lleva a cabo un diagnóstico de cada alumno para entender sus niveles de conocimiento y dividir los grupos para adaptar los contenidos de acuerdo a sus habilidades.
El 38% de los participantes cuentan con estudios secundarios a lo sumo y el autoaprendizaje suele ser una competencia que no está tan desarrollada en estos segmentos, por eso, a lo largo de los seis meses, el acompañamiento personalizado es la clave del éxito. Por una parte se crearon grupos de Whatsapp para fomentar una comunidad de aprendizaje y por otra, se designaron oficiales de productividad de Empropaz para monitorear cada grupo.
Con esta formación se busca potenciar y desarrollar el emprendimiento, y la venta de productos y servicios en línea.
Una barrera a la que muchos de los participantes se enfrentaron fue la falta de conectividad y la carencia de habilidades digitales. Por eso, los talleres se ofrecieron a través de varias plataformas como Facebook y Zoom que son conocidas y accesibles para los alumnos. Además se ha creado un repositorio de vídeos que les permite seguir su proceso de aprendizaje de manera asincrónica en caso de no poder asistir en directo o tener problemas de conectividad.
A pesar de tener acceso limitado a internet, pocos conocimientos tecnológicos y vivir en una zona afectada por el conflicto armado, María Elizabeth hoy puede usar herramientas de tecnología para sacar adelante su negocio. Diseñó su logo y su catálogo de productos y en pocas semanas, abrirá su cuenta empresarial en redes sociales.
Sobre el programa que le ayudó a potenciar su emprendimiento, asegura que el esfuerzo ha valido la pena: “aunque tengo que comprar un pin para cargar el celular y muchas veces buscar un lugar donde coja señal, me doy a la tarea de hacer mis clases”.
En una entrevista, el CEO de Coursera, Jeff Magioncalda, reconoce que una de las principales ventajas de las plataformas en línea es la amplia cantidad de MOOCs disponibles, “sin embargo, solo los acaban entre el 8 y el 10% de los que se matriculan. Parece que la formación gratuita, precisamente por serlo, no se valora lo suficiente. Por eso hay que crear incentivos para motivar a los alumnos”.
Consciente de estos altos niveles de deserción, se pusieron en marcha varias iniciativas que alentaron a los alumnos a completar los módulos, entre ellos, el uso de vídeos motivacionales a través de los grupos para invitarles a los siguientes talleres. También se les ofreció mentorías para crear contenidos digitales, como vídeos de marketing para sus redes, utilizando la herramienta Canva.
Un claro ejemplo de que esta formación, más allá de enseñar la teoría, se centra en aprender por medio del 'hacer' ya que la mayoría de los ejercicios repercuten directamente en sus negocios. Es el caso de Ana María Almao, migrante venezolana que llegó a Colombia desde Barquisimeto. Creó ‘Antojitos Anita’, un negocio de panadería y pastelería al sur de Bogotá que gracias a la formación recibida, avanzó en su proceso de digitalización y hoy tiene más de 2.300 seguidores en sus redes sociales.
Ana María Almao, migrante venezolana y emprendedora de la FMBBVA, ha mejorado su negocio gracias a sus habilidades digitales.
Finalmente, para incentivar a finalizar el curso se da la opción de estar en el Directorio Comercial del Trust for the Americas para visibilizar sus emprendimientos.
Esta es solo una de las iniciativas de formación digital que está poniendo en marcha la FMBBVA. Su director general, Javier M. Flores, afirmó que “los emprendedores vulnerables a los que atiende la Fundación sufren las consecuencias de la brecha digital en un entorno en el que cada vez más, la formación es virtual y resulta esencial el acceso a internet para adquirir habilidades digitales”.
Esta es la razón por la que la FMBBVA busca aliados como el Trust for the Américas, “una institución con una amplia trayectoria, porque creemos en las alianzas en las que cada cual aporta sus conocimientos para conseguir un fin común”, añadió Flores, quien también considera que “son fundamentales para conseguir alcanzar impactos positivos, duraderos y sostenibles”.