Un coche a la altura del Everest
Cada año, miles de amantes del alpinismo profesionales o no, quieren sentir la sensación que produce alcanzar el punto más alto del planeta. En 1953, Edmund Hillary y Tenzing Norgay abrieron una ruta por el collado sur hasta conquistar su cumbre. Desde entonces se convirtió en reto ineludible para cualquier amante de la montaña. Hablamos del rey de reyes, el Everest.
El primer español en pisar la cumbre del Everest fue el escalador vasco Martín Zabaleta, el 14 de mayo de 1990, y la primera mujer española fue Araceli Segarra, en 1996. A día de hoy ya superamos el centenar de españoles que se han asomado al techo del mundo.
62 años tenía Carlos Soria cuando logró hollar la cima del Everest el 23 de mayo de 2001. Era el cuarto ochomil de su carrera, el segundo que lograba después de cumplir los 60, en el camino hacia su reto de ser la persona de más edad en ascender las 14 cumbres más altas de la Tierra.
Inolvidable para el alpinista abulense el momento de alcanzar los 8.848 metros, la llegada al balcón del gigante del Himalaya, desde donde se ve amanecer único. “Ese momento en el Everest es uno de los mayores espectáculos que yo he visto”, cuenta siempre Carlos Soria.
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Pero no es ésta la única anécdota con la que Carlos Soria recuerda a la montaña más alta del mundo. Su cumbre en el Everest a comienzos del nuevo milenio coincidió con la adquisición de un nuevo coche para la familia. Cinco meses antes de hollar este ochomil, matriculó el vehículo con la altura del Everest: 8848. Sin duda fue un buen presagio y una bonita forma de viajar por carretera bajo la protección del rey de los ochomiles.
Carlos Soria matriculó su coche con la altura del Everest