Un año después: hablan los protagonistas de la lucha contra el COVID
Un año después del estallido de la crisis sanitaria en España, hablamos con algunos de los protagonistas en la lucha contra el virus para saber cómo se han movilizado unas ayudas, que en el caso de la ciencia, los investigadores consideran “fundamentales para la investigación en esta pandemia”. Tres millones y medio de personas se han beneficiado del plan global ‘Respuesta Social al COVID-19’, puesto en marcha por BBVA en marzo de 2020. Los fondos se han destinado a la compra de equipamiento médico, el apoyo a colectivos vulnerables y la investigación sobre la enfermedad.
En primera línea de la emergencia sanitaria
En marzo de 2020 (en plena primera ola de la pandemia), BBVA consiguió comprar 2.813 respiradores en tiempo récord en una operación sin precedentes. Desde entonces, la entidad ha puesto en marcha diferentes iniciativas de ayuda frente a la crisis sanitaria que han beneficiado a 3,5 millones de personas. El 81% de los recursos del plan ‘Respuesta Social al COVID-19’ de BBVA se destinó a la compra de equipamiento médico y material sanitario, una acción que ha servido para ayudar directamente a 839.773 personas.
Uno de los hospitales que recibió ayuda directa de BBVA en forma de respiradores en los momentos más críticos de la eclosión de la pandemia fue el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. “Los respiradores donados jugaron un papel importante, sobre todo en el perfil de paciente grave pero no crítico, que precisó de algún tipo de soporte respiratorio en las fases iniciales de la inflamación secundaria al virus”, recuerda Daniel López Padilla, neumólogo del citado hospital, que concluye: “la experiencia recogida es la de haber evitado en algunos casos la progresión de la enfermedad a situaciones más graves que hubiesen conducido al paciente a un ingreso en Cuidados Intensivos y la eventual conexión a un ventilador mecánico invasivo. Por tanto, los respiradores fueron de suma utilidad y a día de hoy todavía lo siguen siendo en el contexto referido”.
"Los respiradores fueron de suma utilidad y a día de hoy todavía lo siguen siendo"
En un escenario de emergencia sanitaria sin precedentes, todos los agentes sociales se pusieron en marcha, también desde el sector privado. El doctor Padilla reconoce que “BBVA fue la empresa privada con la que tuvimos mayor contacto y si mal no recuerdo, la primera”.
Aunque es consciente de que es relativamente fácil hablar del pasado y de que nadie tiene un manual de cómo gestionar una pandemia de esta envergadura, sí destaca que “hubo movilización, que la coordinación de la ayuda se gestionó de forma muy rápida y, sobre todo, el interés por colaborar con otros centros hospitalarios abriendo canales de divulgación para compartir la experiencia con otros compañeros de profesión quizás con menos recursos”. Esa colaboración en la que cada uno asumió su rol con responsabilidad y profesionalidad fue, para el doctor Padilla, “el factor determinante que salvó vidas, no solamente en la primera ola, sino en cualquiera que haya venido después”.
Unas semanas después, en Ciudad de México la situación empezaba a parecerse a lo vivido en España, tal y como explica, Rafael del Río Aguirre, director general de Experiencia Única y Vinculación de BBVA en México. Y es que el material médico, especialmente los respiradores, empezaban a escasear. “BBVA México no podía quedarse atrás porque en momentos de adversidad tiene el compromiso de solidarizarse y promover la atención a las personas. Por eso consolida alianzas con instituciones líderes para tener una respuesta oportuna, inmediata y de calidad a las personas en necesidad”, expresa del Río. La entidad donó 22,2 millones de pesos a la Cruz Roja Mexicana, y 21,9 millones a Médicos Sin Fronteras.
Recepción de uno de los mercados entregados por BBVA en Colombia dentro de la campaña 'Ayudar nos hace bien'
Por su parte, la Fundación BBVA en México donó 223 respiradores de terapia intensiva y 1.000 respiradores de apoyo, utilizados en una fase previa a la intubación de pacientes o tras su recuperación si requieren oxígeno.
Además, la filial del banco en México se alió con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Tec de Monterrey para lanzar una plataforma educativa digital dirigida a profesionales de la salud y público en general. Una iniciativa facilitada por la experiencia de BBVA en educación a distancia.
Compromiso colectivo contra el hambre
En ese mismo continente, en Colombia, en el departamento del Chocó, “lo que más necesitaban las familias vulnerables era comida”, explica Nimia Teresa Vargas, de la Red Departamental de Mujeres Chocoanas que ha participado en el reparto de estas ayudas en Colombia. “Allí, entregamos alimentos a más de 800 familias a través del aporte de 158 millones de pesos hecho por BBVA Fiduciaria y procedente de las comisiones de los fondos, que de manera digital, hicieron los clientes de la entidad a través del celular”, concluye. BBVA Fiduciaria decidió donar durante tres meses la comisión de administración del Fondo Digital a dicha red. El capital del cliente no se vio afectado. Sólo se le informaba de esta donación del banco.
En este mismo país, al igual que en México o España, buena parte de los empleados de BBVA se movilizaron para donar. `Ayudar nos hace bien´, es el nombre de la campaña colombiana por la que muchos empleados donaron un día de su sueldo hasta alcanzar una recaudación que superó los 300.000 euros (el banco igualó la aportación de cada empleado).
Con este dinero se repartió asistencia alimentaria a familias vulnerables a través de la Fundación Solidaridad por Colombia. Cada unidad entregada se componía de más de 24 productos básicos que permitía a una familia de cuatro personas alimentarse durante 20 días.
En Colombia, BBVA coordinó junto a la Fundación Solidaridad por Colombia la entrega de ayudas alimentarias en la campaña ‘Ayudar nos hace bien’ liderada por la Primera Dama de la Nación.
En paralelo, durante el mes de julio de 2020 y en pleno pico de la pandemia en Colombia, BBVA entregó 10.000 kits de bioseguridad equipados con gafas, caretas de protección, mascarillas N95, batas y guantes repartidos en 50 hospitales de todo el país.
Daniel Rocha, responsable de la empresa proveedora de estos suministros, destaca cómo “BBVA exigió la mejor calidad en los materiales y, debido a las circunstancias que vivía el mundo en ese momento, por la alta demanda de este tipo de elementos, debimos esforzarnos para encontrarlos. Pero lo logramos y pudimos cumplir con esta dotación entregada en todo el país”.
Habilidades digitales para personas mayores
De vuelta a España, la palabra que más se repite es colaboración. “Las empresas se han volcado y han entendido que, o se ayudaba y se colaboraba entre todos, o nos íbamos a pique”, reconoce Fernando Pérez-Ordoyo, responsable de Alianzas Internacionales y Red de Cruz Roja Española, entidad con la que ha colaborado BBVA en varias iniciativas para ayudar a los mayores.
Desde Cruz Roja Española se defiende que, más allá de las colaboraciones económicas o en especie, hay que reconocer también “la capacidad de adaptación de todos a la nueva situación y las nuevas formas de trabajo”. La organización humanitaria ha puesto en marcha la mayor movilización de recursos de su historia con el plan Cruz Roja RESPONDE.
Imagen: Cruz Roja Española
Ante la situación de emergencia generada por la crisis sanitaria del coronavirus, BBVA ha trabajado con dicha organización humanitaria, en concreto en España, para hacer frente común contra una de las consecuencias más dolorosas para el colectivo más castigado por la pandemia: la soledad y el aislamiento entre las personas mayores.
Para acabar con dicho aislamiento, ambas entidades sumaron esfuerzos y realizaron talleres y sesiones individuales para el desarrollo de capacidades tecnológicas en adultos y la virtualización del seguimiento y el acompañamiento a los mayores por parte del equipo de voluntarios BBVA.
Según datos publicados por la Oficina Europea de Estadística, cerca de la mitad de las personas entre 65 y 74 años que utilizan internet cuentan con habilidades digitales bajas. La aportación de BBVA a la citada campaña de Cruz Roja Española permitió apoyar a 1.164 personas mayores con 9.230 ayudas de primera necesidad y formar en competencias digitales a 3.000 mayores. También donó 600 tablets siguiendo el plan de calidad de Cruz Roja Española.
Con el mismo objetivo de acompañar a los más mayores, BBVA también destinó 177.000 euros al proyecto ‘Ante el coronavirus. Cada gesto cuenta’ de Cáritas España para ayudar a cerca de 600 personas mayores en situación de precariedad social y dependencia funcional. La organización destinó también parte del dinero a paliar las situaciones de soledad y desmotivación que han vivido muchas personas mayores en aislamiento domiciliario.
Ciencia frente a futuras pandemias
Entre los receptores de las ayudas del plan ‘Respuesta Social al COVID-19’ de BBVA también hay investigadores que, desde la comunidad científica, trabajan en el complejo desafío de buscar soluciones a la pandemia desde diferentes disciplinas científicas.
En este proceso, Luis Álvarez Vallina, jefe de la Unidad de Inmunoterapia del Cáncer de la Fundación de Investigación 12 de Octubre, reconoce que las ayudas del sector privado han sido fundamentales para el impulso de la investigación de vanguardia en esta pandemia. “Entidades como la Fundación BBVA resultan esenciales, nos ha permitido poner en marcha proyectos de máximo interés en una situación de emergencia sociosanitaria de primer nivel como la que implica la situación que vivimos actualmente con el coronavirus. Y creo que también es un ejemplo que probablemente hará que otras entidades se unan a este esfuerzo colectivo. Creo que es esencial que, si España quiere ser un país que hace innovación y desarrollo de vanguardia, tiene que tener agencias y fundaciones que colaboren. En este sentido, esta fundación es pionera y un ejemplo a seguir”, explica.
"Si España quiere ser un país que hace innovación y desarrollo de vanguardia tiene que tener agencias y fundaciones que colaboren"
El grupo que dirige el investigador recibió una de las 20 ayudas concedidas por la Fundación BBVA y que, en su caso, se destinó a un estudio pionero en inmunoterapia sintética, una tecnología que permitiría anticiparse a futuras epidemias y evitar que se transformen en pandemias. “Utilizamos determinados segmentos de la proteína AC2 para generar una especie de moléculas sintéticas que puedan bloquear la interacción del patógeno”, explica el doctor, que ilustra cómo esas moléculas, de alguna manera, funcionan de forma parecida a las de los anticuerpos que se generan tras un contagio o la vacunación. “La diferencia es que los anticuerpos son mucho más específicos, pero si surgen variantes, como está ocurriendo con las distintas cepas del virus, puede que estos anticuerpos pierdan capacidad de neutralización”, concluye.
Sin embargo, las moléculas sintéticas desarrolladas por el equipo del doctor Vallina podrían neutralizar cualquier variante de coronavirus. Además, su proyecto es fácilmente escalable y no es una técnica invasiva, ya que se aplicaría, por ejemplo, a pacientes de riesgo o con patologías, a través de una máquina de aerosoles con nanopartículas de RNA, para protegerlos frente a una infección o ayudar a los infectados a neutralizar mejor el virus. Al contrario que el desarrollo de antibióticos o vacunas específicas, esta terapia permitiría actuar desde el minuto cero.
Un detector de aerosoles instalado en Castellón / Imagen: Juana Mari Delgado-Saborit.
Otra de las ayudas concedidas por la Fundación BBVA ha recaído sobre el equipo de la doctora Juana María Delgado Saborit, Investigadora Distinguida GenT del Grupo de Investigación Epidemiología Perinatal, Salud Ambiental e Investigación Clínica de la Universitat Jaume I. Delgado reconoce que “no solo las farmacéuticas, sino muchas grandes empresas no han dudado en aportar recursos para ayudar a encontrar soluciones frente a la pandemia”.
En su caso, los cerca de 100.000 euros concedidos fueron destinados a investigar sobre evidencias en el papel de los aerosoles cargados con partículas víricas como vía de contagio del virus SARS-CoV-2. Para medir las partículas del virus en la atmósfera, el equipo de la Universitat Jaume I ha ideado un sistema que filtra el aire para recoger muestra de esos aerosoles a lo largo de 24 horas.
“La implantación de redes de alerta de la presencia de agentes patógenos en el ambiente es de extrema utilidad para la Administración”, explica Delgado, pues “una herramienta de estas características apoyaría con evidencia de la presencia de riesgos microbiológicos y facilitaría la toma de decisiones, el diseño de estrategias, la propuesta de planes de emergencia y de medidas de actuación”.
En el caso de este equipo de estudio en Salud Ambiental, “la financiación de la ayuda ha sido fundamental para poder poner en marcha una investigación multidisciplinar y multicéntrica para el desarrollo de una herramienta de alerta de la transmisión del SARS-CoV-2”. Delgado destaca además que, gracias a los actuales programas de inversión en investigación del sector privado, es posible “la ejecución de ciencia colaborativa y multidisciplinar en áreas emergentes, y se ofrecen posibilidades de desarrollo de la carrera investigadora, a la vez que aportan dinamismo al sistema investigador nacional”.
Hasta veinte equipos de investigación estudian diversas facetas de la pandemia del COVID-19 gracias a una convocatoria especial de Ayudas de la Fundación BBVA dotada con 2,7 millones de euros. Tras evaluar los casi 1.000 proyectos presentados, cinco comisiones de expertos acordaron la concesión de cuatro ayudas en Biomedicina (250.000 euros por proyecto); cuatro en Big Data e Inteligencia Artificial (150.000 euros por proyecto); cuatro en Ecología y Veterinaria (100.000 euros por proyecto); cuatro en Economía y Ciencias Sociales (100.000 euros por proyecto); y cuatro en Humanidades (75.000 euros por proyecto).
La crisis sociosanitaria continúa y sigue teniendo sus efectos sobre la economía, especialmente con las capas más vulnerables. Un año después, BBVA continúa volcado en ayudar a sus clientes y a la sociedad en general para fomentar un crecimiento inclusivo.