Tres maneras de rebajar la cuota de la hipoteca y sus costes
En las últimas semanas los medios no han parado de hablar de la gran cantidad de personas que pierden su casa cada día por no poder seguir pagando la hipoteca. Pero pocos se acuerdan del otro grupo de afectados por la crisis: los ciudadanos que, a pesar de seguir pagando religiosamente la cuota del préstamo, han visto reducida su capacidad adquisitiva o, directamente, hacen malabarismos para llegar a fin de mes.
Si esta es nuestra situación, nos interesa intentar reducir la cuota de nuestra hipoteca por dos motivos: uno, ir más desahogados todos los meses y dos, evitar llegar a una situación de riesgo de embargo. Y para conseguir esta rebaja en la cuota, hay 3 cosas que podemos pedir al banco:
1.Carencia de capital. Se trata de que, por unos meses, paguemos únicamente los intereses sin amortizar capital.
2.Capital diferido. Sirve para aplazar el pago de un porcentaje del préstamo hasta la cuota final. Este porcentaje puede llegar a ser del 40%. La cuota disminuye porque se recalcula en base a, en este ejemplo, el 60% restante.
3.Alargar el plazo de amortización. Si el préstamo era a 30 años, podemos negociar devolverlo en 5 o 10 años más para conseguir ir más desahogados a fin de mes.
Aunque, por supuesto, todas estas fórmulas conseguirán una rebaja en la cuota a cambio de encarecer el coste total de la hipoteca. Veamos, antes de elegir, cuánto ahorraríamos por un lado y pagaríamos por otro con cada una a partir de un ejemplo: Si el préstamo era a 30 años, podemos negociar devolverlo en 5 o 10 años más para conseguir ir más desahogados a fin de mes.
-Hipoteca: 100.000 €
-Plazo de amortización: 30 años
-Interés: 12 meses al 2,5% fijo y resto a Euribor + 0,80%
Vemos cómo la carencia de capital nos ahorra casi la mitad de la cuota (un 47% para ser exactos) durante 3 años y encarece la hipoteca unos 3.054 euros, es decir, unos 1.000 euros por cada año sin amortizar capital. Lo peor: la rebaja solo dura unos meses ya que, pasado el periodo inicial, la cuota es incluso mayor que antes.
El capital diferido solo supone un 15% de ahorro en la cuota y su coste total en el ejemplo es de 9.224 euros que se deben a un incremento de los intereses. ¿Por qué? Porque al reducir más lentamente el importe que le debemos al banco, los intereses se van aplicando sobre cantidades mayores que si amortizáramos capital con normalidad. Pasado el período fijo inicial, el ahorro en la cuota es aún mayor.
Una ampliación del plazo es la opción más cara, con un coste de 14.720 euros en el ejemplo y, además, para conseguir una reducción de la cuota no muy alta, del 16%. Lo mejor de esta opción es que la reducción de la cuota se mantiene durante toda la vida de la hipoteca.
Hemos de saber que pedir uno de estos 3 ‘favores’ a la entidad financiera, además de aumentar los intereses que pagaremos, suele conllevar un aumento de los requisitos de concesión del préstamo, es decir, que nos pueden pedir más seguros o cobrarnos comisiones más caras.
Pero es cierto que muchas personas no se preocupan tanto por el coste total de la hipoteca como de la cantidad a pagar cada mes, y prefieren llegar a fin de mes más holgados aunque al final acaben pagando más por su casa. No hay una buena manera de pagar una hipoteca; lo importante es elegir conociendo cuánto nos da y cuánto nos quita cada opción.