Tres lecciones que debería dejar esta crisis a los consumidores
Es la crisis más dura de la historia reciente. Seis años después de que comenzara la caída, llegan los primeros indicadores que demuestran que, al menos, se está empezando a tocar el suelo.
Comienza, por tanto, una (lenta) recuperación que debería ir acompañada de unas cuantas lecciones para empresas, administraciones y también para familias y consumidores.
En este caso, se podrían destacar tres lecciones que deberían aprender las familias de esta dura crisis:
- El endeudamiento excesivo e incontrolado puede ser una trampa muy peligrosa. Este primer semestre del año 2013 se cerró con una deuda de los hogares españoles que superaba la barrera de los 800.000 millones de euros. Pese a que era el nivel más bajo desde principios de 2007, cuando aún no había estallado la crisis, su efecto ha sido demoledor. Impagos, desahucios y numerosos apuros para quien entró en ese círculo de deuda.
- El ahorro es un buen compañero de viaje. Hoy, las familias y consumidores particulares están más concienciados respecto al precio de los productos y servicios y miran mucho más la ‘letra pequeña’. Vivir al día teniendo la posibilidad de evitarlo se ha demostrado que, a la larga, puede pasar mucha factura.
- Las finanzas personales representan un tema muy importante en el día a día de una familia. Estudiar las inversiones a realizar, calcular ingresos y gastos, controlar los distintos capítulos de una manera, más o menos, sistemática es algo que se antoja necesario y no sólo en época de crisis económica.
Estas son tres lecciones que se deberían aprender después de que la tormenta amaine y la ansiada recuperación llegue. Lo importante no es sólo salir, sino cómo hacerlo para evitar errores del pasado.