Tres falsos mitos del pago móvil con NFC
La tecnología móvil ha conseguido que la vida cotidiana sea más fácil. Una de las soluciones que aporta es el pago con móvil mediante tecnología NFC, una opción que todavía provoca ciertas reticencias a algunas personas debido a algunas ideas erróneas sobre su uso.
Una persona llega a una tienda, elige el producto que le interesa y cuando llega a la caja, saca el móvil del bolsillo, lo acerca al datáfono y ¡listo! El pago se ha realizado. Utilizar el ‘smartphone’ como si fuera una tarjeta bancaria es muy fácil (disponible para los clientes de BBVA en Italia), sin embargo, todavía existen algunos falsos mitos sobre su funcionamiento. Estos son algunos de los más comunes:
Mito 1: Mi dinero no está seguro
La seguridad es una de las grandes preocupaciones de los usuarios a la hora de realizar un pago con su ‘smartphone’. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, pagar con el móvil es, si cabe, más seguro que hacerlo con una tarjeta ‘contactless’ ya que, como medida extra de protección, el dispositivo tiene la opción de bloquearse, por lo que, para utilizarlo, “un ladrón deberá conocer tu PIN, patrón o poseer tu huella dactilar”.
Sin embargo, según la OCU, es conveniente poner en marcha algunas medidas para aumentar, aún más, la seguridad en los pagos con móvil:
- No dejar el teléfono a la vista si no se está utilizando.
- Tener el teléfono bloqueado cuando está inactivo para evitar que otras personas puedan acceder a él.
- Establecer un bloqueo de pantalla seguro con un PIN fuerte, un patrón complicado o, si el dispositivo lo permite, huella dactilar.
- En caso de robo o pérdida del teléfono, el procedimiento sería el mismo que en el caso de las tarjetas por lo que hay que ponerse en contacto con la entidad financiera emisora para que las bloqueen.
Mito 2: Es una tecnología poco extendida
El uso de terminales que permiten pagos con móvil es habitual en la mayoría de los establecimientos, sobre todo en las ciudades. Sin embargo, si se tienen dudas al ir a realizar una compra, siempre se puede consultar en la propia tienda.
Mito 3: Es demasiado difícil para mí
Preparar el ‘smartphone’ para realizar pagos es mucho más sencillo de lo que se podría pensar en un primer momento. Estos son los pasos que hay que seguir:
- Tener un móvil con chip NFC: NFC son las siglas de Near Field Communication, una tecnología que permite la comunicación inalámbrica y el intercambio de datos entre dos dispositivos a una distancia muy corta. Para saber si el móvil tiene este sistema, en el caso de Android se pueden comprobar en su ficha técnica (a la que se puede acceder por internet) o mirando los ajustes, en el apartado de conexiones inalámbricas y redes. Los iPhone de Apple ya están equipados con esta tecnología que se debe utilizar con su propia aplicación: Apple Pay.
- Descargar una aplicación que sea compatible con las tarjetas bancarias: En el mercado hay muchas opciones, tanto de compañías internacionales que ofrecen sus aplicaciones (Apple Pay, Google Pay, Samsung Pay…) como de las propias entidades bancarias. Por ejemplo, BBVA tiene integrados los pagos móviles en su 'app', además de poder utilizar también Bizum, Google Pay, Apple Pay y Samsung Pay.
- Realizar el pago: En el momento de la compra, solo hay que desbloquear el móvil, esperar a que el vendedor introduzca el importe correspondiente en el TPV ‘contactless’, acercar el móvil a la terminal y, cuando esta lo solicite, teclear el PIN de la tarjeta si la compra es superior a 20 euros.
En resumen, pagar con el móvil es fácil y seguro. Tan solo es necesario seguir las mismas medidas de seguridad que las tarjetas bancarias y disfrutar de una nueva experiencia de compra, rápida y cómoda, que permite realizar pagos en cualquier momento con total confianza.