Tres claves para adaptar la empresa a los productos inteligentes
La tecnología de la información está revolucionando los productos tradicionales: desde los electrodomésticos hasta los automóviles o los equipos industriales son ahora productos inteligentes, que recogen y transmiten información, se coordinan entre sí o se actualizan después de llegar a manos de los usuarios.
Muchos productos que antes se limitaban a ser una combinación de elementos mecánicos y eléctricos se han transformado en una mezcla de componentes físicos (partes mecánicas y eléctricas), componentes inteligentes (sensores, microprocesadores, software…) y componentes de conectividad (puertos, antenas, protocolos…). Se trata de un cambio radical, que está obligando a las empresas a redefinirse por completo, empezando por sus estrategias.
Michael E. Porter y James E. Heppelman analizan en su artículo para la Harvard Business Review, ¿Cómo los productos inteligentes y conectados están transformando las empresas?, el impacto de estos nuevos productos en las operaciones y las estructuras organizativas de las empresas e identifican tres áreas clave en las que se concentran los cambios:
- Nuevas relaciones: los productos inteligentes permiten acumular una cantidad ingente de datos, lo que permite a las empresas un conocimiento mucho mayor de sus clientes. El poder mantenerse conectado al producto y rastrear el uso que se está haciendo del mismo permite a la empresa pasar de “vender” al cliente a maximizar el valor que le saca el cliente al producto con el paso del tiempo. Los productos se convierten en “ventanas de conocimiento” de los clientes.
- Nuevos procesos: las nuevas capacidades de los productos así como la infraestructura y los datos que generan obligan a las empresas a adaptar casi la totalidad de las funciones de su cadena de valor, desde el desarrollo de productos hasta las funciones de informática, producción, logística, marketing, ventas y servicio de postventa. Y además obliga a las empresas a una coordinación mucho más intensa entre las funciones.
- Nuevas estructuras: los productos inteligentes y conectados están forzando a las empresas a crear nuevas funciones y a impulsar nuevas formas de colaboración entre ellas. Lentamente empiezan a surgir nuevas estructuras como la integración de los departamentos de informática y de I+D; por otra parte, se crean unidades específicas para captar y gestionar la información o para gestionar la experiencia de los clientes.
Esta transición hacia un nuevo modelo de empresa puede resultar inquietante para muchas empresas, ya que implica un cambio radical en la manera de producir y organizarse. Y desgraciadamente no hay un libro de instrucciones… Pero no hay duda de que estos nuevos productos pueden facilitar (y mucho) la vida de las personas, con lo que merece la pena el esfuerzo.
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