Todo lo que tienes que saber sobre los títulos ligados a la inflación
Un activo de renta fija ligado a la inflación es parecido a cualquier activo de deuda, pues paga intereses en unos plazos acordados y devuelve el principal al vencimiento, tal y como hace cualquier otro activo de este tipo. La diferencia principal es que tanto el tipo de interés como el valor al vencimiento se ajustan por la tasa de inflación durante su vida.
Los activos de este tipo más conocidos, por haber sido los primeros en emitirse, son los TIPS estadounidenses, o Treasury Inflation Protected Securities, garantizados por el gobierno del país norteamericano, y emitidos a tres, diez y treinta años mediante una inversión mínima de 100 dólares.
Si en los últimos meses han cobrado protagonismo este tipo de activos es precisamente porque la inflación está en mínimos, lo mismo que los tipos de interés. De esa manera, lo normal es invertir a medio y largo plazo con la mente puesta en una más que probable subida de la inflación, con el objetivo de protegerse de ella.
¿Por qué es relevante esta clase de activo? Porque al estar ligado a la inflación, que es el mayor enemigo de los activos de deuda, no se reduce su rentabilidad real. Un activo de este tipo que tuviera una rentabilidad del 6% y soportara una inflación del 2% ofrecería una rentabilidad real del 4%, algo que no ocurre cuando la rentabilidad del activo se liga a la inflación ya que su rendimiento se mantiene sin cambios.
Otros activos anti inflación
Es verdad que existen otros activos con los que protegerse ante un repunte de la inflación, pero -por distintos motivos- no funcionan igual de bien. Por ejemplo, los inmuebles funcionan aceptablemente bien contra la subida de los precios, pero son más volátiles y menos líquidos. El oro ha mantenido habitualmente una correlación fuerte con la inflación. Era uno de los activos refugio hace unos años, pero la globalización ha extendido la especulación y ha perdido con el tiempo su capacidad de defender las inversiones contra la inflación. Otra clase de activos que solía ir de la mano de la inflación eran las materias primas, en concreto, el petróleo, pues estaba ligado al precio del dólar. Sin embargo, al oro negro le ocurre actualmente algo parecido al metal dorado.
Por último, la renta variable también protege contra la subida de los precios, en especial las acciones de empresas procedentes de algunos sectores ligados a las materias primas, el consumo y la farmacia. No obstante, la volatilidad de estos activos los hace menos atractivos para inversores poco dados al riesgo y pierden efectividad contra la inflación en periodos cortos. Sin embargo, conviene tener en mente también que los bonos ligados a la inflación tienen como principal desventaja su sensibilidad a los cambios en los tipos de interés que deciden los bancos centrales y cuyo objetivo principal es, precisamente, la lucha contra la inflación.
Cómo comprarlos
Para adquirir esta clase de activos existen tres posibilidades. La primera opción pasa por comprar el activo en el mercado primario directamente (al Tesoro del país que emite el bono); la segunda, por comprarlo a través de un bróker; y la tercera, a través de un fondo de inversión de renta fija. Por comisiones, la primera es la más económica, pero está limitada al mercado local, problema que no se tiene si se compran a través de intermediarios. Además, en el caso de adquirir el activo a través de un fondo de inversión, se puede lograr una diversificación geográfica y de emisiones que mejore el resultado final de la inversión.