Todo sobre el equipaje de mano en los vuelos: medidas y restricciones
Las maletas (o valijas) son uno de los elementos esenciales de cualquier viaje y una de las cosas que a menudo se dejan para el último momento, especialmente en los casos en que se decide llevar el equipaje en la cabina. Sin embargo, es esencial conocer de antemano cuáles son las normas y consejos de cada aerolínea para evitar gastos de última hora al llegar al aeropuerto.
Si se decide viajar con el equipaje a bordo, las características que este bulto deberá cumplir no solo dependerán de la política de equipaje de mano de cada aerolínea, sino del tipo de billete concreto que el pasajero haya adquirido. Para un viaje de fin de semana, por ejemplo, sería suficiente con una maleta de tamaño S (pequeña). Esta suele tener unas medidas de 55 x 40 x 20 centímetros y es la que llamamos de cabina o de mano.
“Se podrá subir en el avión siempre que cumpla los límites de medidas de la aerolínea con las que se viaja”, matiza Elena López, coordinadora del portal especializado Mundo Equipaje. Estas medidas suelen ser bastante similares en aerolíneas de Latinoamérica. Las compañías Avianca (Colombia) y Aerolíneas Argentinas, por ejemplo, establecen en su política de equipaje de mano que la valija o ‘carry on’ deberá tener unas dimensiones de 55 x 35 x 25 centímetros y, las mochilas o bolsos un máximo de 40 x 30 x 15 centímetros en el caso de la compañía argentina y 45 x 35 x 25 según la política de Avianca. En el caso de Aeroméxico las dimensiones varían unos centímetros más, permitiendo bultos con unas dimensiones de 55 x 40 x 25 centímetros. Tampoco deberán pasar de los 10 kilos (14 si se viaja en Business) de peso que marcan compañías como Iberia y Air Europa.
“Cada aerolínea es un mundo, así que hay que comprobarlo antes de viajar, siempre”, insiste López. Por norma general, las ‘low cost’ son más restrictivas que las tradicionales en cuanto al tamaño y el peso del bulto que puede acompañar al viajero; para llevar algo más grande y pesado, toca abonar un extra o un billete más caro que el básico.
En cuanto a estos suplementos, en los últimos años las propias aerolíneas han marcado sus propias directrices sobre las dimensiones y condiciones de viajar con equipaje de mano. El pasado 21 de septiembre, la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo (PETI) aprobó una nueva iniciativa para asegurar que todos los pasajeros puedan llevar consigo un equipaje de mano sin estar suscrito a ningún coste adicional. Esta nueva medida, aplicable a todos los países de la Unión Europea, trata de regular la aplicación de tarificaciones adicionales que algunas compañías exigían a sus pasajeros. De esta manera y de ahora en adelante se entiende que, dentro del precio del billete, todos los clientes podrán llevar consigo una maleta a la cabina del avión siempre que las dimensiones cumplan unos "requisitos razonables".
La política de equipaje de mano de Ryanair es, quizás, el ejemplo más extremo en cuanto a este modelo de suplementos: su tarifa básica permite una pieza de 40 x 20 x 25 centímetros junto con un bolso pequeño y las bolsas de ‘duty free’, y todas deben caber debajo del asiento de delante. Hay que pagar para llevar una maleta más grande, o contratar la opción ‘Prioridad’, que da derecho a un bulto adicional de 55 x 40 x 20 centímetros y 10 kilos de peso.
En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) invita a los pasajeros a reclamar si les han aplicado esta “práctica abusiva” en cuanto a pagos adicionales. En México el consumidor también posee coberturas frente a esos posibles cargos adicionales por llevar equipaje de mano. De hecho, a finales de 2022 la Procuraduría Federal del Consumidor de México animó a los consumidores a denunciar y a poner quejas formales si se les imponía estos pagos.
El contenido del equipaje de mano está sujeto a mayores limitaciones que el facturado:
- Sólo se pueden llevar líquidos en envases de hasta 100 mililitros (salvo la comida infantil o medicamentos).
- Están prohibidos los objetos metálicos, contundentes, afilados ni punzantes.
- No se puede llevar ningún tipo de sustancia química o tóxica.
Los dispositivos electrónicos sí están permitidos (hay que sacarlos y ponerlos aparte en una bandeja al pasar el control de seguridad), excepto para entrar a Estados Unidos o Reino Unido si el origen y aerolínea parten desde 10 aeropuertos concretos del Norte de África y Oriente Próximo. A estos pasajeros se les prohíbe subir a la cabina con dispositivos electrónicos más grandes que un teléfono móvil. Si desean viajar con aparatos de mayor tamaño, estos tendrán que ser facturados para viajar dentro de la bodega del avión.
¿Maleta blanda o rígida?
En cuanto al material en el que está fabricado la maleta, la conveniencia de utilizar aquellas hechas de un material blando (como tela), semirrígido o duro dependerá del tipo de viajero y del viaje a hacer. “Las maletas blandas son flexibles y maleables, además de ligeras y más baratas, pero no son las más seguras y resistentes”, analiza López. En su opinión, las más recomendables para llevar en la cabina serían las valijas rígidas que, aunque tradicionalmente eran más pesadas, actualmente son mucho más livianas gracias a la aparición de materiales como el polipropileno y policarbonato que han sustituido al plástico ABS.
El espacio extra (hay modelos que pueden ampliar su capacidad gracias a un sistema de abanico o fuelle) y la seguridad —centrada en el tipo de cierre y en el material— son dos aspectos a tener en cuenta. López recomienda proteger el equipaje con un candado por dígitos, y valora los beneficios de algún bolsillo oculto en el que guardar las “pertenencias más críticas”.
El tirador, las asas y las ruedas también son importantes. “Si se es una persona alta, hay que tener en cuenta que el tirador tenga diferentes posiciones para que no tenga que ir encorvada”, advierte López. La mayoría de maletas llevan asa superior, “pero está bien que lleve lateral, algo que no suele ser tan habitual en las de cabina”, añade. En cuanto a las ruedas, hay maletas de 2 y de 4, que a su vez pueden ser simples o dobles”, señala. A más ruedas, más precio, más peso y más elementos que se pueden dañar, pero también mayor maniobrabilidad, muy de agradecer si se transita mucho aeropuerto.
Santiago insta a dejarse los “por si acasos” fuera del equipaje de mano. “La mitad de cosas que metemos luego ni las utilizamos”, argumenta. Recuerda que las prendas se pueden lavar en caso de viaje largo, y que es posible reducir eligiendo menos prendas de ropa pero que combinen entre ellas, solo un bolso de color neutro que sirva para todo el vestuario y uno o dos pares de zapatos que se adapten a todas las actividades previstas. “Yo suelo revisar mi maleta dos veces después de hacerla, y en cada revisión descarto cosas”, asegura.
En el embarque, lo recomendable es vestir la ropa y el calzado que más pese, llevar el libro de papel en la mano y los auriculares en el cuello, sugiere Santiago. Como norma general, se controlan más exhaustivamente las medidas y el peso del equipaje a los primeros viajeros en subir al avión. De hecho, en muchas ocasiones los últimos en embarcar se ven obligados a dejar su bulto en la bodega, al no caber ya en cabina, según revela. La maleta de viaje es un compañero más en la aventura, así que elegir la adecuada es imprescindible para disfrutar un viaje cómodo y placentero.