TEDxMadrid 2016 a través de los ojos de una voluntaria
La última edición de TEDxMadrid -patrocinada por blue BBVA- tuvo lugar el pasado sábado y aún persiste el buen sabor de boca. Este año, el encuentro ha sido especialmente emotivo por la gran carga social de las ponencias, pero también increíblemente trabajoso para el equipo que hay detrás del evento de divulgación más interesante de la ciudad y, quizá, del país. Para sacar TEDxMadrid 2016 adelante, han sido necesarios 30 voluntarios, algunos empleados de BBVA que, con toda seguridad, repetirán el año que viene. Esta es la experiencia de una de ellas.
Las motivaciones por las que una persona se embarca en un voluntariado son muchas y variadas. Para Alba Gómez, social media manager de BBVA, apuntarse en la lista de voluntarios de TEDxMadrid fue sencillo: quería vivir en primera persona y desde dentro el encuentro anual en el que algunos de los pensadores y emprendedores más importantes del mundo vienen a Madrid a compartir lo que más les apasiona.
A toro pasado, después de los madrugones y el intenso calor que azotó Matadero Madrid el pasado fin de semana, Alba explica que le ha merecido mucho la pena: “¿Satisfacción personal? Sin duda. ¿Aprendizajes? Más de los que esperaba”.
Para formar parte del equipo, Alba se puso en contacto con la organización a través de un voluntario de años anteriores. Rellenó un formulario y, a las pocas semanas, se pusieron en contacto con ella para comunicarle que había sido seleccionada. Único requisito: poder echar una mano no sólo el día del evento sino también el jueves y viernes anteriores.
"¿Satisfacción personal? Sin duda. ¿Aprendizajes? Más de los que esperaba”.
Para los que no lo sepan, tan mítico es el evento en sí como la bolsa que cada año regala el patrocinador, en esta ocasión blue BBVA. De hecho, la bolsa TEDxMadrid se ha convertido en una especie de objeto de culto coleccionable muy demandado en cada edición. Cuenta Alba que, aunque pueda sorprender, el trabajo más laborioso de todos fue rellenar cada una de las bolsas con los regalos que amablemente cedieron algunas empresas y organizaciones. “Cada uno de los obsequios viene por separado y hay que montar las bolsas en tiempo récord. El trabajo en cadena acaba siendo la mejor opción”. Como en todo evento, no todo llega a la hora prevista, por lo que las bolsas se terminaron en el último momento. “¡Imaginaos el estrés! Al final todo salió bien”.
Alba y Sara, empleadas de BBVA y voluntarias en TEDxMadrid, entregando la bolsa blue BBVA.
En esta edición, en TEDxMadrid se ha dado una especial importancia a la lucha contra el desperdicio en general y al de los alimentos en particular. De hecho, la comida que se sirvió a los asistentes, a cargo de Olivia te cuida, se elaboró íntegramente con productos frescos procedentes de los Mercados de Madrid que, en un principio, iban a terminar en la basura. “Se trataba de fruta y verdura fea o dañada pero en perfectas condiciones, lista para ser consumida con todas las garantías de salubridad”. Un grupo de voluntarios acudieron personalmente a cada uno de los establecimientos para recuperar todo este alimento:
Otra tarea clave este año surgió de las charlas del público con los ponentes, encuentros que se han llevado a cabo por primera vez en TEDxMadrid y que han sido todo un éxito. “Los espacios que Matadero nos facilitó para celebrar estas charlas son, en su mayoría, grandes salas vacías donde hubo que colocar un montón de sillas. Un consejo para futuros voluntarios: aprended cómo coger pesos leves manteniendo la espalda recta”.
La organización convoca a todos sus voluntarios el día del evento a las siete de la mañana. La taquilla abre a las ocho pero el día D siempre quedan muchas cosas por preparar. Además, es justo el día en que todos los voluntarios se ven las caras por primera vez, después de dos días de dispersión absoluta entre Matadero, los mercados y otros establecimientos.
“Durante cada bloque de ponencias, un número de voluntarios tiene asignada la tarea de descansar y ver el evento”.
El sábado es el día clave y hay que dividirse para vencer. Unos compañeros ayudan con el desayuno a los camareros de La Cantina, mientras otros voluntarios se colocan en el acceso principal para controlar las entradas y acreditar a los asistentes. “Contábamos con dos taquillas: una para los que habían comprado la entrada por Internet y una segunda para los organizadores, ponentes del día y personas que habían pagado con bitcoins”.
Todos las personas que asistieron al evento recibieron la misma acreditación e información: una pulsera con la que entrar a todos los espacios de TEDxMadrid, un ticket para la comida y otro para recoger la bolsa blue BBVA, el programa del evento, postales con una frase clave de cada ponencia y un plano de los diferentes espacios donde se desarrolló cada actividad. “Además, entregamos la chapa newbie a todas las personas que acudían por primera vez a TEDxMadrid”.
Una vez empezado el evento, unos voluntarios se quedaron como personal de apoyo dentro de la sala con la orden de sólo abrir las puertas durante los aplausos finales para no cortar el streaming, pues todo lo que allí sucedió pudo seguirse desde cualquier parte del planeta en riguroso directo. “Mientras tanto, los demás nos encontrábamos preparando otros espacios, como la señalización de los lugares en los que hablarían los ponentes y la preparación del aperitivo”.
Ni que decir tiene que cada voluntario tiene un invitado favorito así que muchos de ellos cruzaron los dedos para que les tocara dar apoyo en sus charlas con público. “Sara González, una voluntaria que también trabaja en BBVA, es muy fan del Ministerio del Tiempo y se moría de ganas de que le tocara con Javier Olivares y así sucedió. ¡Se puso muy contenta! No cobramos, pero experiencias así lo compensan todo”. Alba, confesa admiradora de El Hematrocrítico, corrió la misma suerte.
Con la ponencia del esperadísimo James Rhodes llegó una nueva horda de personas a la sala principal. En ese momento, la labor de los voluntarios fue clave para acomodar a todas ellas antes de que comenzara la intervención del pianista. Por cierto, la de Rhodes fue una actuación vibrante, emocionante como pocas, aplaudida hasta rabiar por público y organizadores.
“Al final, salimos todos los voluntarios al escenario para recibir los aplausos de los asistentes. Me quedo, sin duda, con este instante de intenso cariño”.
Pero no todo es trabajar e ir de un lado para otro. Durante cada bloque de ponencias, un número de voluntarios tiene asignada la tarea de descansar y ver el evento. “Tuvimos tiempo para oír algunas de las charlas y estar entre bambalinas con los ponentes y hacernos alguna foto con ellos”.
Alba explica con qué momento se quedaría de los vividos en esos tres intensos días: “Al final del evento, tras los agradecimientos a los patrocinadores, salimos todos los voluntarios al escenario para recibir los aplausos de los asistentes. Me quedo, sin duda, con este instante de intenso cariño. Y con las cervezas que nos tomamos todos después…”.