Tecnología de película: de la ciencia ficción a la realidad
Desde mediados del siglo XX, el futuro ha sido un foco atractivo para desarrollar miles de producciones audiovisuales de ciencia ficción. Imaginar cómo será la vida con ayuda de tecnología cada vez más avanzada y, en cierta medida, desconocida, ha despertado el interés de muchas generaciones de espectadores ansiosos de gozar de las mismas. Sin embargo, a pesar de toda la creatividad e imaginación que envuelven estas narraciones, la evolución científica y tecnológica ha permitido que cada vez menos cosas queden afincadas en el mundo de la imaginación: las fantasías de nuestros padres son realidades para nosotros.
En comunicación, los ejemplos van desde los intercomunicadores portátiles que se presentaban en 'Star Trek' (1966), que hoy se han superado como smartphones --y son casi una extensión de nuestro cuerpo--, hasta las tablets que aparecían en '2001: A Space Odyssey' (1968) y las teleconferencias que se realizaban en 'Blade Runner' (1982). Todas ellas tecnologías que en los años de estreno fueron casi impensables de realizar.
El transporte tampoco ha sido ajeno a esta evolución. Los carros autónomos de 'Total Recall' (1990), e incluso la tabla voladora conocida como 'Hoverboard' de 'Back To The Future II' (1989), ya son productos ofrecidos en el mercado y que tienen una gran acogida. Y siguen los ejemplos.
Sin embargo, un último invento que se suma a la lista resulta bastante particular. Cualquier fan de 'Stars Wars' (1977) recuerda la famosa Estrella de la Muerte: una estación de combate espacial construida por el Imperio Galáctico, de forma esférica y diseñada especialmente para destruir planetas.
Su característica más sobresaliente es, sin duda, su rayo destructor o también llamado 'superlaser': un conjunto de rayos lasers que se unen en un punto donde forman un haz mayor que, al multiplicar su poder, es capaz de eliminar un planeta con un solo disparo. Una tecnología que solo existía en el universo de 'Stars Wars', hasta ahora.
Un estudio realizado en la Universidad de Macquarie, publicado en la revista 'Laser and Photonics Reviews', ha demostrado un método similar. La potencia combinada de varios rayos lásers puede canalizarse en un solo haz que duplica en intensidad y brillo a los lásers de entrada al atravesar un diamante ultra puro en un punto de convergencia. Esta combinación de rayos se logra a través de un efecto cooperativo producido del diamante que evita la distorsión de los rayos individuales. Además, la ventaja del diamante como conector está en su capacidad para eliminar con gran rapidez el calor provocado por la conjunción de lásers de alta potencia.
"Este descubrimiento es tecnológicamente importante ya que los investigadores de láser están luchando con el aumento de poder más allá de un cierto nivel debido a los grandes desafíos en el manejo de la acumulación de calor", explica el líder y coautor de la investigación, Dr. Aaron McKay. “Combinar haces de varios láseres es una de las maneras más prometedoras de elevar sustancialmente la barrera de energía”.
¿Pero para qué serviría esta nueva tecnología si no es para destruir planetas enemigos? En realidad, el objetivo es mucho más práctico y menos malvado. Los lasers pueden ser un recurso clave en las estrategias militares de defensa, para combatir amenazas de seguridad por aviones no tripulados de bajo costo o tecnología de misiles. Asimismo, esta tecnología de alta potencia serviría también para mitigar el problema de basura espacial que parece amenazar los satélites, como lo comenta Rich Mildren, coautor del estudio.
“Combinar haces de varios láseres es una de las maneras más prometedoras de elevar sustancialmente la barrera de energía
A pesar de ello, es inevitable sentir un poco de temor al hablar de este nuevo descubrimiento. No hace falta mencionar el terror que sembró, en la ciencia ficción, un rayo con una tecnología similar. Pero de algo sí hay que estar seguros: no presenciaremos una Estrella de la Muerte. No por ahora.
Incluso si Kim Jong-un o Donald Trump quisieran construir un arma parecida a la de Darth Vader, necesitarían un presupuesto mucho mayor al que manejan para construirla. Un estudio de la Universidad de Lehigh en Pensilvania, basándose en materiales, distancias y tecnologías, estimó que se necesitaría una cifra de $ 8,100 millones para construir el arma letal del Imperio de 'Star Wars'. Cifra comparable a trece mil veces el PIB mundial.
Incluso, si por arte de magia se pudiese acumular todo ese dinero para construirla, se necesitaría más de 800.000 años para crear suficiente acero para su construcción, con base en la tasa actual de producción de acero.
De todas formas, esta no será la última innovación de ciencia ficción que sorprenda o intimide a la humanidad. En un futuro no tan lejano, lo que parecía irrealizable será común y cotidiano: 'smartphones' holográficos, integración entre el hombre y la máquina, comunicación telepática e, incluso, la solución a la muerte, que ya está siendo investigada por Calico, una empresa fundada por Google y Arthur D. Levinson.
Quizás, el mundo sea similar a lo que se presenta en la serie americana Incorporated, ambientada en el año 2074, o, sin mucha suerte, como Black Mirror, donde la tecnología revela el lado menos humano de la humanidad. Como afirma José Luis Cordeiro, ingeniero y profesor fundador de la Singularity University en Silicon Valley “En muchas ocasiones, la ciencia ficción de hoy es la ciencia real de mañana”.
Solo cabe esperar que estos avances científicos sean utilizados con fines positivos para que no caigan en manos equivocadas. El lado oscuro puede ser tentador para los sedientos de poder.