Talleres se quedó con la Copa BBVA Francés
La Copa BBVA Francés, un clásico en Córdoba a esta altura, suele entregar espectáculos que distan de ser simples partidos amistosos.
Los imponentes fuegos artificiales que coronaron el duelo del domingo entre Talleres y River, sumados a los abrazos y sonrisas gigantes en las caras de los integrantes del plantel ganador y las muecas de preocupación de los derrotados, marcaron la temperatura de un desafío que engalana al estadio Mario Kempes en forma recurrente. Más allá de que puedan faltar algunos jugadores titulares en los conjuntos que se enfrentan, el trofeo en juego siempre impone un desafío exigente. Y ahí se explica el festejo final del Talleres, de Juan Pablo Vojvoda, frente al River “muletto”, del Muñeco Gallardo, luego del 3 a 1.
Si bien la -correcta- expulsión de Luciano Lollo cuando iba poco más de media hora de juego desarmó en cierta forma el partido, antes de esa incidencia fundamental, el equipo local ya había mostrado un mejor funcionamiento que River. Es cierto que apenas se mostraban las uñas y solo Ortiz, por la derecha, era realmente desequilibrante, pero Talleres daba la sensación de estar más cerca del gol.
El experimento de Gallardo no mostró cohesión en ningún momento del partido. El uruguayo Nico de la Cruz exhibió chispazos de talento y velocidad, pero no alcanzaba a generar sociedades ni a ser un proveedor eficiente de pelotas peligrosas para Mora y Scocco, que navegaban a la deriva en el ataque.
El arquero de Talleres, Mauricio Caranta, en el back de prensa, conversa con TyC Sports. Foto: Gentileza Talleres de Córdoba.
Y la apertura del marcador llegó pocos minutos después de la expulsión de Lollo. Otra corrida de Ortiz por la derecha derivó en un centro que le quedó comodísimo a Bustos para definir frente a un Lux indefenso. Y entre el cierre del primer tiempo y los quinces minutos iniciales del segundo, Talleres fue imparable para los de Gallardo y lo bombardeó. Cinco veces los palos salvaron otra caída del arco de River, hasta que Komar definió de zurda después de otro rebote. River quedaba 0-2, con un jugador menos y sin signos de reacción; ni los grandes ni los chicos lograban hacerse cargo de la situación.
Los entrenadores empezaron a realizar cambios para renovar el aire de los equipos y en ese movimiento constante River encontró una luz de esperanza por el bombazo que metió el juvenil Julián Alvarez para descontar. Sin juego, pero con un golazo, el conjunto de Gallardo volvía a meterse en el partido, casi sin merecerlo. Pero le duró poco la ilusión, porque no consiguió empujar a Talleres contra el arco de Caranta.
Los locales habían bajado la intensidad, pero les alcanzó para asegurar el triunfo con un contragolpe rápido cuando ya se jugaba tiempo de descuento. Lux le tapó un zurdazo a Ian Escobar, que había llegado como una locomotora desde el fondo, y Valiente -que había comandado la jugada- tomó el rebote de derecha para sellar el 3 a 1.
En el podio, abundaron las sonrisas de los chicos de Talleres. Los de River ya se habían llevado sus caras preocupadas al vestuario, porque Gallardo tiene varios desafíos importantes en pocas semanas, pero no está seguro de contar con las variantes necesarias: se le vienen los octavos de final de Copa Argentina, varias fechas clave de la Superliga con el partido contra Boca en el medio y los cruces con Independiente por los cuartos de final de la Libertadores.
Foto de Portada: Gentileza Talleres de Córdoba.