Honey Ospina fue oro en modalidad figuras, en el Mundial ITF de Taekwondo de Irlanda
La taekwondista colombiana, Honey Ospina, en una sola jornada, derrotó a contrincantes de Italia, Nueza Zelanda, Irlanda, Alemania y Finlandia para quedarse con el oro del ITF, también llamado Taekwondo Tradicional.
En su primera participación en la categoría mayores de un mundial de Taekwondo, la deportista bogotana patrocinada por BBVA, se alzó con el oro en Dublín, Irlanda, en donde se desarrolla el Campeonato Mundial ITF de Taekwondo.
La colombiana llegó a esta instancia tras una fase eliminatoria en la que venció a la italiana Isabella Battan a primera hora de la mañana del día de hoy. Tras seguir en su serie y vencer a la neozelandesa Kara Rae y a la irlandesa Naomi Coonghe, Ospina entró a semifinales, en donde se impuso sobre la alemana Aileen Kircher para llegar a la gran final frente a la finlandesa, Aartola Jutta.
Honey compite en la modalidad de figuras en la que la deportista debe ejecutar las figuras y movimientos propios de su Dan en los tiempos y recorridos precisos, que son calificados por un jurado que se ubica en diferentes áreas del ring para visualizar de manera total y desde diferentes ángulos la presentación en la que solo participan dos competidoras.
Honey Ospina, taekwondista colombiana patrocinada por BBVA.
“Yo participo en el taekwondo tradicional que es regido por el ITF, es una entidad diferente al taekwondo olímpico, por eso quienes participamos en ITF no tenemos olímpicos; para nosotros un mundial como este es una de las máximas justas en las que podemos participar”, dijo Honey Ospina, antes de partir para Dublín.
La deportista agrega: “Todavía recuerdo el día que me hice campeona mundial en Italia en 2015; me hallaba en el costado central del 'dojang', llevaba puesto el cuarto cinturón que recibí y frente a una multitud con bastante expectativa, sentía la atención sobre mí”.
Recuerda que ese día cada respiro intensificaba el nerviosismo y la tensión entre la otra competidora y ella aumentaba a cada segundo, hasta que escuchó: Si-Jak, siguió las indicaciones y sin darse cuenta había llegado de nuevo a la posición inicial. El resultado indicaba que había ganado el oro. “Ese día despertó mi instinto competitivo y conocí mi espíritu ganador; me había enamorado del taekwondo. Me había enamorado de la competencia”, señala.