Stuttgart, la sorpresa alemana
Sin ser la ciudad más turística de Alemania, Stuttgart ofrece al visitante una variada oferta de tradición y modernidad. La innovación automovilística y la tradición cervecera conviven en esta ciudad bañada por aguas termales. Es además, la puerta de entrada a la Selva Negra. Conoce Stuttgart más en detalle.
Un paseo en el barrio de las judías
El barrio más auténtico de Stuttgart es el Bohnenviertel (barrio de las judías), de estrechas calles que aún conservan el encanto de la ciudad antigua. El nombre del barrio viene de los cultivos de judías que los vecinos tenían en los jardines de sus casas. Galerías de arte, talleres de artesanía y negocios de antigüedades conviven con cafeterías y elegantes boutiques. La antigua Schellenturm está ocupada por una taberna donde probar los platos típicos de la cocina regional. También es una buena zona para degustar la bebida nacional en cualquiera de sus Biergarten (cervecerías al aire libre).
Una ciudad sobre ruedas
En el país del motor, Stuttgart acoge dos de las empresas más relevantes del sector: Mercedes y Porsche. Precisamente el Museo Mercedes-Benz es el más visitado de la ciudad y parada obligatoria para los amantes de las cuatro ruedas. Prototipos de los primeros vehículos conviven con versiones futuristas de automóviles, monoplazas de la Fórmula 1 o el mismísimo papamóvil. El museo se encuentra a las afueras de la ciudad y para aprovechar el desplazamiento se puede visitar también el estadio del VfB Stuttgart o el Hanns Martin Schleyer Halle, recinto donde se celebra el Torneo de Stuttgart de la WTA.
Baños de aguas termales
Stuttgart es la ciudad con más cantidad de agua mineral de Europa, solo superada por Budapest. Cuenta con una rica tradición termal y numerosos centros donde disfrutar de estas beneficiosas aguas. El más famoso es el Mineralbad Leuze, que recibe cerca de un millón de visitantes al año y cuenta con seis piscinas interiores y exteriores, saunas y áreas para los más pequeños.
Mercados de Navidad y el Volksfest
Como cualquier ciudad alemana que se precie, Stuttgart cobra protagonismo en dos fechas concretas. Los mercados navideños toman las principales plazas, con sus puestos decorados con las tradicionales galletas de jengibre y tazas llenas de Glühwein (vino típico que se sirve caliente). Merece una mención especial el mercado junto a la plaza del Castillo. Y si hablamos de tradiciones alemanas, no puede faltar la fiesta de la cerveza. La más famosa de la ciudad es la Cannstatter Volksfest, que se celebra a finales de septiembre, mucho menos turística que el Oktoberfest de Munich pero con la misma tradición e historia.
Mercado navideño en las calles de Stuttgart
Un salto a la Selva Negra
A 100 km de Stuttgart se encuentra Baden Baden, un buen punto de inicio para una escapada de unos días por la Selva Negra y por sus paisajes naturales ideales para recorrer en coche por estrechas carreteras que cruzan bosques y lagos. Resulta imprescindible visitar la localidad de Triberg, famosa por las cascadas y los relojes de cuco. También es muy recomendable la parada en los lagos de Titisee y Schluchsee, o en el encantador pueblo de Gutach, que alberga la casa más antigua de la región. Y para terminar la visita, no puede faltar un trozo de Schwarzwälder Kirschtorte o Selva Negra, la famosa tarta de chocolate y cerezas.