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Planeta> Cambio climático 12 abr 2022

Zorros y mapaches, especies resistentes frente al cambio climático

Hay animales que se adaptan mejor al cambio climático. Los zorros y mapaches son un ejemplo. Un reciente estudio ha analizado 5.000 especies de 153 familias para explicar la relación entre evolución y clima.

Zorros y mapaches frente al cambio climático: ¿por qué algunas especies son más resistentes que otras?

No todos los animales resisten igual a las crisis del medioambiente y al cambio climático. Algunos encuentran barreras difíciles de superar incluso en los cambios más pequeños e imperceptibles para los humanos. Otros, sin embargo, han demostrado una gran resiliencia y capacidad de adaptación.

Entre estos últimos están, por ejemplo, los zorros y los mapaches. Animales capaces de sobrevivir en otros biomas y aprovechar diferentes recursos. Y es que, de acuerdo con un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la capacidad de adaptación de los mamíferos terrestres reside precisamente ahí: en su habilidad para encajar en diferentes ambientes.

Generalistas frente a especialistas

De acuerdo con el estudio Macroevolution and climate changes: a global multi-family test supports the resource-use hypothesis in terrestrial mammals, liderado por la UCM y publicado en la revista Historical Biology, la relación entre evolución y cambio climático depende, en gran medida, de la especialización ecológica de las especies. Es decir, de si estas se encuentran dentro de la categoría de generalistas o de especialistas.

Las especies generalistas son aquellas capaces de habitar distintos biomas (grandes unidades ecológicas con condiciones ambientales concretas). Al poder adaptarse a otros ambientes, sufren menos las alteraciones que produce el cambio climático en los ecosistemas.

Algunos ejemplos de mamíferos generalistas son el zorro y el mapache, animales capaces de vivir en climas y hábitats muy variados. Ambos sobreviven incluso en zonas urbanizadas y densamente pobladas, adaptando su alimentación a las diferentes circunstancias. Entre las aves, una de las que tiene más capacidad para integrarse en varios biomas es la urraca.

Las especies especialistas, por otro lado, son aquellas que solo sobreviven en un bioma concreto, por lo que su capacidad de supervivencia se ve muy afectada por los cambios climáticos. Un ejemplo es el oso panda, que solo se alimenta de hojas de bambú.

Diversificados, pero vulnerables

Para realizar este estudio, los investigadores tuvieron en cuenta datos de distribución de más de 5.000 especies animales. “Ya habíamos analizado algunos grupos en anteriores trabajos, pero esta es la primera vez que incluimos información de todas las especies de mamíferos terrestres, más de 5.000 repartidas en 153 familias”, señala Manuel Hernández Fernández, investigador del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la UCM.

Además de corroborar la hipótesis de que la capacidad de adaptarse a diferentes hábitats es un elemento fundamental de la evolución de las especies, sus conclusiones les permitieron señalar que algunos biomas son especialmente favorables para la diversificación de los animales especialistas.

A lo largo de la historia, la fragmentación de las poblaciones de animales en biomas diferentes ha promovido que aumentase la variedad de animales especialistas. “Si esta fragmentación se mantiene suficiente tiempo como para que el flujo genético se interrumpa entre ellas [las especies], puede dar lugar a la diferenciación de una especie distinta en cada uno de esos fragmentos poblacionales. Esto se refleja en una sobreabundancia de especies especialistas sobre las generalistas”, explica Hernández Fernández.

Algunos biomas, sobre todo los que tienen climas más extremos, son especialmente favorables a la diversificación de las especies. Son, por ejemplo, las selvas ecuatoriales, los desiertos subtropicales, las estepas y las tundras.

Sin embargo, la capacidad de diversificación de las especies especialistas tiene la contrapartida de que estas son más vulnerables ante los cambios climáticos. A menudo, las variaciones en las temperaturas y en los patrones de las precipitaciones generan cambios en sus hábitats a los que no consiguen adaptarse.

No obstante, cuando entra en juego el cambio climático, esta capacidad de diversificarse y adaptarse se ve también afectada por otros factores, como la fisiología o la historia evolutiva de las especies. Elementos determinantes que todavía empiezan a ser estudiados y que, señalan desde la universidad madrileña, todavía estamos lejos de entender totalmente.