Tipos de huertos para cultivar en casa y los beneficios que aportan
Un huerto en un jardín de una casa, uno urbano de terraza, balcón o azotea, también huertos verticales dispuestos a lo alto y no a lo ancho... Con luz solar, ventilación y un poco de espacio, el autoconsumo de hortalizas caseras es perfectamente viable.
La lista de beneficios de un huerto casero es casi tan larga como la de especies vegetales que se pueden cultivar en él.
El principal: la dieta saludable y sostenible para la familia. Además, el autoconsumo de verduras, hortalizas, legumbres, frutos, hierbas aromáticas o medicinales. Todo ello con total garantía de origen y método, incluidos abonos y sustratos ecológicos como el compost que se pueden elaborar en casa a partir de restos orgánicos vegetales.
Huertos caseros sostenibles
Según los expertos de La Huertoteca, estos pequeños cultivos caseros contribuyen a la sostenibilidad desde varios frentes. Por ejemplo el aporte de oxígeno y la captura de carbono, o la reducción de emisiones que implica consumir productos locales y sin necesidad de transporte, a diferencia de sus equivalentes comerciales que pueden proceder de otras regiones, países y hasta continentes.
“Ahorras en la cesta de la compra, sabes qué comes. También tienes la seguridad de que están libres de pesticidas, disfrutas productos de temporada y participas en la cultura ecológica”, apuntan. Más ventajas: son “una escuela verde” para niños que asisten en su propia casa a los ciclos de la naturaleza, una afición individual o compartible en familia o en comunidad (en un huerto de terraza para un grupo de vecinos, por ejemplo). Además decoran la vivienda, el edificio o la ciudad.
Al vincularse directamente con el espacio doméstico, el tipo de vivienda determina el tipo de huerto.
Huerto casero en el jardín
El más parecido a un cultivo tradicional es el huerto de jardín habilitado en una casa con espacio verde alrededor. Se planta directamente en el suelo, tanto en un cultivo abierto como protegido por un invernadero para alargar la temporada de producción.
Según la Asociación Española de Centros de Jardinería, es clave la ubicación en un lugar soleado y bien ventilado, no constreñido por barreras como árboles u otros edificios que impiden la circulación del aire. Conviene acondicionar la tierra base con sustratos y compost para hacerla más fértil o compensar su carencia en nutrientes o el nivel de acidez.
“La temporada es la gran aliada a la hora de elegir las plantas que se quieren cultivar. Lo mejor es guiarse por el sentido común, interpretar las fechas y ver condicionamientos como el clima, la luz o la localización”, recomienda el ingeniero agrónomo Fernando Cuenca.
Huerto urbano
Cuando la casa no cuenta con parcela alrededor o se trata de un piso o apartamento de un bloque de viviendas, el huerto urbano tendrá que adaptarse a terrazas, azoteas o incluso balcones. Y bajo la misma consigna de luz solar abundante y ventilación, no son recomendables espacios en umbría constante y poco oreados.
Se emplean jardineras, materas, macetas o cualquier contenedor adecuado para el sustrato (rico en material orgánico, ligero y poroso para que retenga bien la humedad) y con espacio suficiente tanto en profundidad como en anchura para el correcto desarrollo radicular y el baño de sol. “También se utilizan mesas de cultivo lo bastante profundas para albergar un buen volumen de sustrato y cómodas para trabajar de pie”, apunta Cuenca.
“Además hay que tener en cuenta detalles como la recogida de aguas, el peso de la plantación y qué se puede cultivar en espacios pequeños como una terraza”, añade el experto. Si el horticultor aficionado tiene poca experiencia, Cuenca aconseja comenzar con cultivos sencillos como hierbas aromáticas (perejil, cilantro, albahaca…) para ir dominando el ‘hobby’.
María Abalo, experta de La Huertoteca, también recomienda usar planteles germinados, es decir, plantas jóvenes cultivadas en vivero y con el desarrollo suficiente para mejorar su viabilidad. Con esa experiencia ganada, se puede pasar al cultivo directo de semillas en la temporada adecuada a cada clima y especie.
Huertos verticales
Otra variedad de plantación se adapta especialmente a entornos urbanos que crecen más a lo alto que a lo ancho: los huertos verticales. Aprovechan espacios sin holgura suficiente y se disponen las macetas o jardineras de abajo arriba sobre un muro o una pared, según el mismo principio de los jardines verticales y con una altura no excesiva, cómoda para regar y cuidar las plantas.
¿Cómo es la estructura de soporte? Se puede optar por adquirir una comercial, por ejemplo estanterías con varios niveles para recipientes medianos o grandes, también se venden grupos de bolsas de plantación que se cuelgan de la pared y acogen plantas más pequeñas, generalmente ornamentales o aromáticas. Otros tipos son las jardineras en escalera y las macetas en torre.
‘Hágalo usted mismo’
No es una opción complicada. Se puede construir un huerto vertical con materiales reciclados como botellas de plástico cortadas para rellenarlas de sustrato y colgarlas en una malla en la pared, o usar cajones, estanterías o palés. En este último caso se suele instalar en el hueco interior una bolsa grande con sustrato, se le practican pequeños cortes y en ellos se colocan las plántulas o matas. El palé se puede situar en sentido horizontal un par de semanas hasta que arraigan.
Una última opción si el huerto doméstico se queda pequeño para una afición mayor o surtir a la familia: los huertos urbanos municipales, generalmente en zonas de vega, que se pueden alquilar o asignar con fines sociales (personas mayores, desempleadas, asociaciones sin ánimo de lucro, etc.) y se suman a los pulmones verdes de la ciudad.