"La innovación sigue siendo la clave del éxito de las transiciones hacia energías limpias"
El sector energético mundial ha atravesado tiempos extremadamente turbulentos en los últimos años. Muchos consumidores de todo el mundo acusan las consecuencias de los elevados y volátiles precios de los combustibles fósiles, especialmente del gas natural, que han provocado una fuerte presión sobre el coste de vida.

El mundo aún no ha superado el problema de las emisiones y su acumulación en la atmósfera tiene efectos cada vez más visibles y desestabilizadores sobre el clima mundial.
Pero entre todas las tensiones y señales de alarma, hay algunas tendencias más esperanzadoras. El despliegue de energías limpias se ha acelerado y los últimos datos de inversión de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estiman que en 2024 se destinó casi el doble de capital a proyectos de energías limpias que a combustibles fósiles. La mayoría de las nuevas centrales eléctricas se basan ahora en tecnologías limpias, encabezadas por la energía solar fotovoltaica y la energía eólica. Para los consumidores, las opciones limpias para la calefacción, la refrigeración y la movilidad están empezando a ser las más baratas, sobre todo si se tienen en cuenta los costes del ciclo de vida.
Las tendencias positivas actuales evidencian el poder de la innovación al introducir nuevas tecnologías en el mercado y reducir sus costes, impulsadas por la investigación y el desarrollo, el respaldo político, la inversión en capital de riesgo y la competencia entre fabricantes. Gracias a la innovación, hemos alcanzado un punto donde muchos pilares fundamentales de una economía basada en energía limpia están maduros, probados y son competitivos en términos de coste.
No obstante, la necesidad de continuar innovando en energías limpias está lejos de haberse agotado. El mundo aún carece de todas las herramientas necesarias para alcanzar las emisiones net zero, y queda un amplio margen para mejorar el rendimiento, los costes y la interoperabilidad de muchas de las tecnologías limpias actuales.
Es fundamental avanzar en todos los frentes, aunque hay dos áreas que requieren especial atención.La primera es el papel de la innovación en sectores como la industria pesada y el transporte de larga distancia, donde aún no se dispone de tecnologías y procesos de bajas emisiones de forma accesible. La segunda es la necesidad de facilitar el acceso a tecnologías innovadoras en las economías en desarrollo, y fomentar el surgimiento de ecosistemas locales de innovación que sean autosuficientes en estos mercados.

En relación con el primer punto, estimamos que cerca de un tercio de las emisiones que deben evitarse de aquí a 2050 para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ˚C aún no cuentan con tecnologías «listas para usar». Esto exige un ritmo acelerado de innovación en áreas como nuevas químicas para baterías, tecnologías de captura de dióxido de carbono y combustibles de bajas emisiones para los sectores de navegación y aviación. El apoyo gubernamental sigue siendo crucial, especialmente en un contexto donde el acceso al capital se ha vuelto más costoso. Estas políticas suelen incluir la financiación para el desarrollo y la demostración de tecnologías, así como la creación de mercados para estas nuevas soluciones mediante la contratación pública o instrumentos reguladores, por ejemplo, normas técnicas específicas.
Otro desafío crucial es llevar las tecnologías innovadoras a las economías en desarrollo, donde la demanda energética crece rápidamente y donde materiales como el acero, el cemento y otros productos industriales de alto consumo energético serán esenciales para construir infraestructuras y mejorar el nivel de vida. La financiación, la colaboración y las alianzas internacionales son fundamentales para permitir que las mentes más brillantes y las empresas más creativas de estas economías trabajen en tecnologías limpias adaptadas a las necesidades locales. Además, son clave para acelerar la transferencia de conocimientos y facilitar la difusión de estas tecnologías a un espectro mucho más amplio de países y comunidades.
No sabemos con certeza qué combinación de tecnologías nos conducirá a un sistema energético más seguro y sostenible. Sin embargo, un sistema energético grande y complejo requerirá una amplia variedad de soluciones, que incluyan desde productos modulares como las baterías y nuevos combustibles de bajas emisiones como el hidrógeno, hasta servicios digitales como las centrales eléctricas virtuales, diseños innovadores de edificios y nuevos sectores como la extracción de litio, entre otros. El desafío es crear las mejores condiciones posibles para que los innovadores puedan desarrollar, probar y mejorar estas ideas, y luego abrir oportunidades y mecanismos que les permitan llegar al mercado a gran escala.