Tesla y China enfrentan a bitcoin al reto de la sostenibilidad
Las restricciones de Tesla y China al bitcoin ponen encima de la mesa nuevas formas de generar criptomonedas con una mayor eficiencia energética.
A mediados de mayo, Elon Musk publicaba en sus redes que Tesla suspendía la opción de pago con bitcoin hasta que la criptomoneda fuera más sostenible. Además, China, país que concentra una gran parte del minado de ‘bitcoins’, ha anunciado fuertes restricciones al comercio con ella que también podrían tener impacto en su producción, lo que ha hecho que algunas de las mayores granjas de minado del mundo detengan su actividad temporalmente.
Estos dos anuncios han llevado a que la cotización de la criptomoneda, la principal a nivel mundial por capitalización de mercado, llegara a descender hasta un 50% a mediados de mayo con respecto a las cifras de abril, evidenciando su alta volatilidad.
Energías fósiles para generar activos digitales
Un ‘bitcoin’ se genera con tecnología ‘blockchain’ mediante un proceso de minado basado en el llamado ‘proof-of-work’ (PoW), un mecanismo de consenso que requiere que todos los equipos tecnológicos implicados resuelvan operaciones matemáticas cada vez más complejas. De esta forma las transacciones quedan validadas de forma segura y descentralizada, pero, a medida que se generan más bitcoins y entran más mineros en escena, estas operaciones se vuelven más complejas. Por ello, el minado requiere ordenadores y recursos tecnológicos progresivamente más potentes y una alta demanda de energía para sostenerlos.
Según el Centre for Alternative Finance de Cambridge, bitcoin representa el 0,59% de todo el consumo energético mundial; solo en 2020 pasó de 71 teravatios/hora (Tw/h) a 128 Tw/h, una tendencia que no puede hacer más que aumentar: un artículo publicado en ‘Nature’ en abril estima que, para 2024, este consumo energético podría aumentar hasta los 296 Tw/h, generando así más de 130 millones de toneladas de carbono: el equivalente a más de las emisiones de gases de efecto invernadero de la República Checa y Catar.
La excepcional demanda energética para el minado ha hecho que la mayor parte de esta actividad se concentre en China, cuya producción eléctrica es muy barata pero más contaminante al utilizar energías fósiles, en gran parte carbón.
Además, tener que usar ordenadores especializados, con prestaciones altas y en permanente mejora, lleva a que se queden obsoletos muy pronto y sean irreutilizables para uso doméstico, porque están orientados al minado de criptomonedas. Se calcula que a marzo de 2021 se habían generado casi 58 mil toneladas de residuos de ‘hardware’, un 47% de ellas solo el último año.
Hacia la optimización del consumo energético
Son varias las opciones que se presentan para salvar este preocupante reto medioambiental.
En 2012 se creó un mecanismo de consenso alternativo al PoW conocido como ‘proof-of-stake’ (PoS), en el que la potencia computacional deja de ser un factor determinante para validar las transacciones. Mientras que en el PoW todos los nodos computacionales rinden al máximo para resolver las operaciones matemáticas necesarias para minar criptomonedas, en el PoS los nodos validadores se eligen de manera aleatoria, aunque priorizando aquellos que cumplen una serie de requisitos. Este método alivia la carga energética necesaria para la generación de nuevas criptomonedas.
“‘Blockchain’ es una tecnología emergente, a medida que evoluciona vemos que cada vez es más eficiente. Tenemos como ejemplo la migración de PoW a PoS o la aparición de ‘blockchain’ privados con mecanismos de consenso eficientes”, explica Francisco Maroto, líder de la disciplina Blockchain en BBVA.
Son cada vez más las criptodivisas que optan por operar con PoS. Es importante destacar que la plataforma Ethereum, sobre la que trabaja no solo la criptomoneda ether (segunda a nivel mundial por detrás del ‘bitcoin’) sino también muchos otros proyectos digitales basados en ‘blockchain’, se ha comprometido a migrar en los próximos meses a Ethereum 2.0, una nueva versión que utilizará el consenso PoS y bajará así un 99% su consumo energético.
Por su propia naturaleza, no parece probable que bitcoin pueda acogerse a PoS de la misma forma que lo hará Ethereum. Sin embargo, el anuncio de las autoridades chinas podría constituir un paso diferente en la buena dirección: las granjas de minado de este país buscarían nuevas localizaciones geográficas en las que continuar operando, regiones en las que las actividades de minado estén soportadas por energías renovables y tienen un menor impacto en el cambio climático. “Los actores del ecosistema cada vez están más concienciados sobre la sostenibilidad y dan preferencia a las fuentes de energía renovables”, continúa Maroto.
De hecho, los mineros de América del Norte se han comprometido con Elon Musk a desarrollar soluciones más sostenibles para su actividad.
Sostenibilidad y ‘blockchain’
La tecnología ‘blockchain’ tiene un enorme potencial de uso en proyectos relacionados con la sostenibilidad. “En BBVA estamos explorando la posibilidad de participar en diversas iniciativas relacionadas con la energía y la sostenibilidad que utilizan ‘blockchain’, como por ejemplo plataformas de compensación de la huella de carbono”, afirma Francisco Maroto.
Entre otras iniciativas, BBVA ha emitido el primer bono verde estructurado que utiliza tecnología ‘blockchain’ para la negociación de sus términos y condiciones, lo cual permite simplificar los procesos y agilizar los tiempos de negociación. Los fondos son destinados a financiar proyectos verdes bajo el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de BBVA.