Desde el año 2020, el 1% más rico de la población ha captado casi dos tercios de toda la riqueza generada, según la organización Oxfam. Pero esta desigualdad en el mundo no significa que el resto de la población viva en la pobreza. Sí, desigualdad y pobreza están relacionadas, pero no son lo mismo.
Fin de la pobreza
La pobreza urbana y la pobreza rural son muy distintas. En las ciudades se aprecia más la desigualdad y la supervivencia depende en mayor medida del dinero. En los pueblos existen dificultades para acceder a mercados y servicios y los empleos son más inestables. Sus causas y consecuencias varían entre países y regiones.
La pobreza infantil marca la vida de 300 millones de niños y niñas en todo el mundo. De hecho, 1 de cada 5 menores son criados con recursos limitados o nulos en los países desarrollados. Esta realidad conecta distintas dimensiones, desde las carencias económicas a las nutricionales, de salud, educación o vivienda.
Una catástrofe natural como un huracán, evidencia cómo los desastres pueden colocar a las personas a las puertas de la pobreza y la vulnerabilidad, subrayando la necesidad de mejorar la protección social para mitigar el impacto de estos eventos.
Más de 333 millones de menores viven en situación de carencia extrema, según UNICEF. La pobreza infantil tiene muchas causas: guerras, conflictos, cambio climático, falta de alimentos y servicios básicos (salud, educación o saneamiento), desempleo o desigualdad social. Las consecuencias son aún más.
La erradicación de la pobreza es uno de los grandes retos marcados por la ONU para el 2030. Por ello, la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen que ver directa o indirectamente con este desafío. Esta meta, la cual pretende acabar con las situaciones de vulnerabilidad asociadas a este problema, se encuentra en el puesto número uno dentro de la ordenación de los ODS. Pero hay otros objetivos que buscan erradicarla.
Aunque la reducción de la pobreza es una realidad, la ONU asegura que 1.200 millones de personas, de 111 países, todavía viven en situación de pobreza multidimensional. Y no es solo una cuestión económica: la nutrición, acceso a conocimiento, vivienda, agua y saneamientos o participación institucional también cuenta.
La falta de recursos que impide a una persona satisfacer sus necesidades básicas, es decir la pobreza, es un problema global que los expertos abordan desde diversas perspectivas. El objetivo: estudiar cada una de sus causas y poder combatirla.
La pobreza se puede definir como la carencia o la escasez de aquello que necesitamos para vivir de forma segura y digna. Ya no solo cuentan los ingresos para medir la exclusión. El acceso a la educación, la sanidad, la energía o la falta de oportunidades conforman el mapa.
La pobreza energética es una condición en la que las personas no pueden satisfacer sus necesidades energéticas básicas, como calefacción, refrigeración y electricidad, debido a la falta de acceso a los recursos o a la capacidad de pagarlos. Esta, además, puede tener un impacto significativo en la salud, la educación y el bienestar económico de las personas.
Durante más de tres décadas, el economista Oded Galor se ha centrado en el estudio de las diferencias del crecimiento económico y la desigualdad en el mundo, llegando a la conclusión de que es posible revertirlas. La inversión en educación es clave para el impulso de la diversidad y, por ende, del progreso de las sociedades. Así lo señala Galor en ‘Aprendemos juntos 2030’ de BBVA.
Todos los esfuerzos de América Latina para reducir los niveles de pobreza y avanzar en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) No.1 de Naciones Unidas se verán opacados por los efectos del coronavirus sobre la actividad económica.
La erradicación de la pobreza y la reducción de la desigualdad siguen siendo dos de los grandes retos de la región, en momentos en que varios países de América Latina son testigos de protestas y demandas sociales.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Formación en emprendimiento y microcréditos, las iniciativas de BBVA contra la pobreza
BBVA en Colombia lleva años apostando por el fin de la pobreza, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Para ello, impulsa dos acciones, una dirigida a estudiantes de secundaria y otra a la población vulnerable de zonas rurales y urbanas.
Con el fin de contribuir a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº1 de Naciones Unidas (el fin de la pobreza), BBVA apuesta por uno de los mecanismos que más contribuye a erradicar la misma y que tiene que ver con la inclusión financiera. Por ello, la entidad promueve la educación financiera a través de su Centro para la Educación y Capacidades Financieras, como un elemento clave para la inclusión social y económica. En este punto, la labor de la Fundación Microfinanzas BBVA es, también, fundamental.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Estas son las tendencias que marcarán el paso del emprendimiento social en 2019
2019 se presenta lleno de retos que supondrán una oportunidad para los emprendedores sociales. Los expertos hablan de nuevos nichos de negocio en temas relacionados con el cuidado del planeta, el ‘big data’, la salud, la alimentación ecológica… que van a protagonizar la agenda emprendedora del año.
En una columna de opinión publicada por 'El Espectador', la economista jefe de BBVA Colombia, Juana Téllez, da cuenta de los avances en materia de disminución de los índices de pobreza en el país, y la importancia de mantener bajo control las variables que promueven su disminución.
El nivel de pobreza en América Latina alcanzó el 30,7% de su población en 2016, cifra que se mantendría estable en 2017, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Y si bien la pobreza viene en aumento desde 2015, el balance a mediano plazo es positivo ya que se redujo en 15,2 puntos porcentuales en los últimos 14 años.
La pobreza en Colombia ha disminuido gradualmente, se ha mejorado el acceso a los servicios públicos, la educación es gratuita, la salud se aseguró, se redujo el gasto de bolsillo y un 50% de la población esta subsidiada. Aunque el panorama luce bien, todavía es necesario mejorar el Sisbén, las vías al interior del país, los sistemas de riego y el transporte público, y para seguir reduciendo la tasa de pobreza es necesario priorizar el gasto.
Más de 700 millones de personas son extremadamente pobres según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta situación no se elige, por ello, organizaciones como la Fundación Microfinanzas de BBVA trabajan por ayudar a estas personas a salir de esta situación extrema.
Un simple móvil puede marcar una gran diferencia en la vida de los cientos de millones de personas que viven en los países menos desarrollados del planeta. Allí, las apps no son sólo recursos para el trabajo y el ocio, sino herramientas para mejorar la salud, la seguridad o los ingresos de los más pobres.
Lucía Fernández tiene 59 años y vive en la ciudad peruana de Chosica. Su receta para preparar chicharrones le ha permitido salir de la pobreza con ayuda de la Fundación Microfinanzas BBVA. Pero el camino de esta luchadora mujer desde que salió de su pueblo, a más de 3.000 metros de altitud en la cordillera de los Andes, no ha sido fácil.
El día 12 de octubre pasará al recuerdo de muchas personas interesadas en la Economía, como el día en que le fue concedido el Premio Nobel de Economía al profesor estadounidense, de origen británico, Angus Deaton.