Singapur, un gigantesco huerto urbano en un país sin tierras
Singapur tiene un 1% de su suelo cultivado, por eso han proliferado los huertos urbanos. Y también los jardines verticales, que tapizan una ciudad repleta de rascacielos para hacerla más sostenible. En esta ciudad-estado existen 10.000 productores urbanos que cultivan el 25% de los vegetales.
La naturaleza ha entrado de lleno en algunas grandes ciudades. Y Singapur es una de ellas. Con 730 km², es el país más pequeño del Sudeste Asiático, pero ya desde 2012 enseña al mundo entero los llamados Gardens by the Bay (Jardines en la Bahía), una de sus atracciones turísticas imprescindibles. Ocupan una extensión de más de 100 hectáreas en Singapur central. Se trata de un ejemplo de bioconstrucción en todos los sentidos, y no solo por sus gigantescos árboles: Gardens by the Bay presume de erigirse en tierra ganada al mar y de ser un parque adyacente a una reserva marítima.
Singapur se ha convertido en un icono de la sostenibilidad urbana. “Uno de los retos medioambientales ha sido tratar de poner la ciudad en un jardín, no solo jardines dentro de la urbe”, ha asegurado en alguna ocasión María Boey, arquitecta, planificadora urbana y presidenta del Instituto de Parques y Recreo de Singapur. La ciudad-Estado pertenece al movimiento Naturación urbana, que promueve las ciudades verdes en respuesta a la pérdida de zonas ajardinadas en las urbes desde mediados del siglo XX. Uno de sus puntos fuertes es la apuesta por la construcción de jardines verticales y cubiertas ajardinadas como sistemas estratégicos para integrar la naturaleza en la ciudad.
Creatividad verde en las edificaciones
“Aquí se trabaja mucho el concepto de jardín vertical. Tenemos muy poco espacio y la ciudad es enorme, así que a través de estos jardines se oxigena. Llama la atención la cantidad de verde que se ve en los edificios de Singapur. Es impresionante. Además, los trabajos de jardinería que hacen son maravillosos”, cuenta Roseta Urda Peña, expatriada española en Singapur desde hace seis años.
Ella ha ido viendo el proceso de conversión de la ciudad en un lugar cada vez más verde a lo largo de todo este tiempo. En los últimos años, las autoridades hacen hincapié en promocionar la puesta en marcha de huertos urbanos. El libro 'At home from pot to pot', una guía para animar a cultivar en tu casa, se ha convertido en todo un éxito en el país asiático.
“La agricultura urbana está proliferando en las grandes ciudades de forma acelerada en las últimas décadas. El caso de Singapur es muy especial debido a las políticas de apoyo gubernamentales y de iniciativa privada. Hay políticas de ámbito económico, social y también es muy relevante el papel de los ciudadanos en el diseño y mantenimiento de las zonas verdes”, explica la investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid Teresa Briz, profesora del departamento de Economía Agraria, Estadística y Gestión de Empresas.
Otra experta, Beatriz Urbano, profesora del área de Economía, Sociología y Política Agraria del departamento de Ingeniería Agrícola y Forestal de la Universidad de Valladolid, hace alusión al debate sobre si es realmente sano consumir lo que se produce en entornos contaminados. “Está claro que la vegetación mejora los problemas ambientales, pero en el caso de la producción de alimentos se cuestionan los contaminantes que quedan en los productos producidos dentro de ciudades”.
Tradicionalmente se ha visto la agricultura en las ciudades como algo vinculado a situaciones de crisis y relacionado con grupos marginales. Hoy se aprecia el carácter de mejora medioambiental, tanto en la calidad del aire como en la amortiguación de ruidos.
Actualmente, menos del 1% de las tierras de Singapur están dedicadas al cultivo, por lo que tiene que importar el 90 % de los alimentos que necesita.
Las autoridades quieren revertir esta situación y llegar a cubrir para 2030 a nivel local el 30 % de las “necesidades nutricionales” de la población, pero existe el problema de la falta de espacio en una ciudad superpoblada. En apenas 697 kilómetros cuadrados residen 6 millones de personas, por eso se está promoviendo la creación de huertos en las azoteas de los edificios.
En 2012 se inauguró el primer huerto urbano vertical, un concepto creado por el microbiólogo y profesor universitario Dickson D. Despommier. Aunque su idea era crear granjas de cultivos orgánicos en rascacielos, el huerto vertical se le parecía bastante. Según la FAO, en Singapur existen 10.000 productores urbanos que ya se encargan de cultivar el 25% de los vegetales.
Las instalaciones de estos huertos constan de torres de aluminio divididas en estantes donde se cultivan verduras de diferentes tipos: calabacín chino, espinacas, lechuga y hasta seis variedades de otras verduras asiáticas.
En la actualidad, se estima que 800 millones de personas están involucradas en la agricultura urbana en el mundo y con ello suplen hasta el 20% de las necesidades alimentarias.