Seis razones para ser optimistas en la lucha contra el cambio climático
Todavía hay esperanza para ganar la batalla al calentamiento global. Es lo que piensan los expertos mundiales en cambio climático. Entre las razones para este optimismo destacan las leyes climáticas promulgadas, el aumento presupuestario, la apuesta de grandes ciudades y el compromiso ciudadano.
Cada vez más personas de todo el mundo sufren, en algún momento de su vida, solastalgia. Es decir, el miedo y el estrés que generan el cambio climático y el deterioro de la naturaleza. Sin embargo, existen numerosos motivos para confiar en que la ciencia y el planeta terminen ganando la batalla al calentamiento global y a la ansiedad ecológica.
La tercera parte del último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), organismo de Naciones Unidas que promueve el conocimiento sobre el cambio climático, se ha centrado en las soluciones y señala varios avances que se han hecho durante los últimos años y que muestran que la sociedad va en la dirección correcta. Estas son algunas de las razones para confiar y ser optimistas en la lucha contra el cambio climático:
Todavía es posible reducir las emisiones
Queda poco margen, pero estamos a tiempo. Para lograr que la temperatura de finales de siglo no suba más de 1,5 oC respecto a la época preindustrial, las emisiones de gases de efecto invernadero deben alcanzar su pico en 2025 y bajar a partir de esta fecha. El siguiente reto sería reducirlas a cero en 2050.
Cada vez se aprueban más leyes climáticas
Para reducir las emisiones hace falta legislación. Actualmente, 56 países de diferentes continentes cuentan con leyes climáticas específicas, una cifra importante si tenemos en cuenta que estos estados son responsables de más de la mitad de las emisiones globales.
En algunos de ellos, las políticas han llevado a mejorar la eficiencia energética, a adoptar sistemas basados en economía circular o a descarbonizar el transporte. De acuerdo con el IPCC, 18 países han logrado reducir sus emisiones de forma sostenida durante al menos una década desde 2005.
Aumentan las medidas económicas frente al cambio climático
Para rebajar las emisiones es necesaria, también, la financiación. El informe del IPCC señala que los flujos financieros destinados a la mitigación climática (y, en menor medida, a la adaptación) aumentaron hasta un 60 % entre 2013-2014 y 2019-2020.
En la COP26, la cumbre del clima celebrada en 2021 en Glasgow, se acordó que los países más ricos deben aportar 100.000 millones de dólares anuales para impulsar la acción climática de los países en vías de desarrollo. Cumplir este compromiso es también fundamental para lograr que las emisiones dejen de subir a partir de 2025.
El coste de las tecnologías de bajas emisiones lleva años recortándose
El precio de producir energía limpia se ha reducido notablemente. En la última década, el coste de la tecnología necesaria para generar energía solar disminuyó un 85 %. El de la eólica, un 55 %.
Esta bajada puede dar un importante impulso a la adopción de energías renovables. Apostar por soluciones limpias y reducir la dependencia de los combustibles fósiles es el camino más claro hacia un futuro sin emisiones.
Las ciudades están cambiando
Tal y como señalan desde el IPCC, las ciudades ofrecen importantes oportunidades para reducir las emisiones. Muchas urbes alrededor del mundo han comenzado ya una transformación para favorecer la electrificación de los vehículos, el uso del transporte público y la peatonalización, por ejemplo. Esto tiene beneficios que van más allá del clima, como la mejora de la calidad del aire o la reducción de la congestión del tráfico.
Muchas ciudades alrededor del mundo han comenzado ya una transformación.
Entran en juego, también, la creación de espacios verdes y de edificios más sostenibles. De acuerdo con Jim Skea, copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC, se están construyendo edificios de energía cero o libres de emisiones en numerosos países de climas diferentes.
Cada vez hay más personas comprometidas
En su evaluación, los autores del informe señalan que cada vez más ciudadanos están motivados para participar en la lucha por el clima. Lo cierto es que muchas personas están informadas sobre la problemática que rodea al medioambiente y dispuestas a hacer cambios a nivel personal.
Esto es fundamental, ya que entre las soluciones que presenta el IPCC hay varias que pueden ser apoyadas de forma individual. Por ejemplo, adoptar dietas con más vegetales, acabar con el desperdicio alimentario y cambiar el coche por el transporte público o la bicicleta.