¿Sabes qué es el índice Dow Jones Sustainability Index?
Cómo evaluar en términos de sostenibilidad a las mayores empresas del planeta. A esta cuestión respondió en 1999 el Dow Jones Sustainability Index, un índice que en su última edición estaba compuesto por 322 grandes compañías. Al principio, pocas empresas estaban interesadas en salir en esta estricta selección; hoy, la sostenibilidad es inevitable.
En 1990 apenas se hablaba de crisis ambiental. Pero los problemas ya estaban ahí y había mucha ciencia que lo demostraba. De hecho, ese mismo año se publicó el primer informe del panel de expertos en cambio climático: el IPCC. En sus páginas se señalaba ya la urgencia de actuar contra un problema global con el potencial de multiplicar los desafíos a los que los humanos nos íbamos a enfrentar. Aun así, la ciencia climática apenas se colaba en las agendas de gobiernos ni en las de las empresas.
Por eso, cuando Reto Ringger fundó en Suiza el grupo Sustainable Asset Management, casi nadie pudo ver la importancia del cambio que estaba por llegar. Era 1995 y, bajo las siglas SAM, Ringger acaba de crear el primer fondo de inversión centrado en exclusiva en activos sostenibles. Una de las primeras acciones de la nueva compañía fue crear un índice de referencia para saber qué era sostenible y qué no, qué compañías estaban realmente centradas en desarrollar negocios social y medioambientalmente responsables.
Cuatro años más tarde, en 1999, SAM y Standard and Poor's, una compañía de análisis de negocio de EE. UU. más conocida como S&P, lanzaban la primera edición del Dow Jones Sustainability Index. El objetivo era, y sigue siendo, evaluar el desempeño en términos de sostenibilidad de las mayores empresas del planeta y destacar a los líderes de cada industria. Hoy, S&P Dow Jones Indices es una filial con vida propia en el grupo y forma parte de sus índices, el objetivo de cualquier organización sostenible.
“Cuando el índice se creó en los años noventa, apenas había compañías interesadas en él. Pero su relevancia ha aumentado y formar parte de él se ha convertido en algo muy importante para la mayoría de las empresas”, explica Florian Kiesel, experto en finanzas corporativas y profesor de la Universidad de Bolzano, en Italia. “Al principio, con un esfuerzo mínimo, una compañía podía tener una buena puntuación en el índice. Pero ahora es muy difícil entrar o mejorar el rating”. La sostenibilidad se ha convertido en algo inevitable.
¿Cómo funciona el Dow Jones Sustainability Index?
La familia del Dow Jones Sustainability Index (DJSI) está hoy formada por un índice global y varios regionales. Todos son actualizados con regularidad y siguen el desempeño de las empresas de mayor tamaño en términos de sostenibilidad. En el índice mundial, por ejemplo, toma las 2.500 mayores compañías en el Dow Jones Global Total Stock Market Index (que recoge solo empresas en bolsa) y selecciona alrededor del 10% más sostenibles. En la última edición, estaba formado por 322 grandes empresas.
“El índice se elabora teniendo en cuenta dos factores: el tamaño de la empresa y su rating ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés)", señala Kiesel. Desde 2021, la empresa que analiza los datos y elabora este rating es S&P Global. “Las empresas no pueden solicitar ser incluidas en el índice como tal, la única forma de hacerlo es actuar de forma sostenible”, destaca.
Una vez las empresas han sido seleccionadas por el DJSI en función a su tamaño y al rating de S&P Global, entran en juego una serie de criterios y fuentes de información para evaluar la sostenibilidad real de la compañía. Estos son el Corporate Sustainability Assessment (un cuestionario elaborado anualmente con la colaboración de las empresas), la propia documentación de las organizaciones, el análisis de la información pública y las apariciones en los medios de comunicación (que en la actualidad elabora RepRisk ESG Business Intelligence) y otros datos facilitados por las empresas.
“Antes de elaborar el índice, S&P Global ESG Research utiliza los datos de RepRisk para detectar controversias en las compañías y analiza cómo las compañías reaccionan ante ellas e intentan solucionarlas", añade el experto en finanzas corporativas. “El ecoblanqueamiento no es una estrategia sostenible a largo plazo. Llega un momento en que existe demasiada diferencia entre la realidad y la información que envía la empresa y esta brecha es muy difícil de cerrar. Además, esto entraña riesgos de reputación muy importantes".
Acabar siendo incluido en el Dow Jones Sustainability Index tampoco es el final del camino. Desde el primer momento, las empresas en el DJSI son monitorizadas diariamente para detectar conflictos y analizar cómo estos son resueltos. Si el problema en sí o la forma en que se reacciona no son adecuados, la empresa puede acabar siendo excluida del índice. Por ejemplo, un desastre medioambiental catastrófico o una violación clara de los derechos humanos puede acabar con la expulsión de la compañía.
La ventaja de ser sostenible
Hoy, existen otros índices de sostenibilidad, pero el Dow Jones Sustainability Index sigue siendo de los más estrictos, además de contar con la trayectoria más dilatada. Los procesos que llevan a una empresa a formar parte o no del DJSI son rigurosos. Una vez seleccionadas, las empresas pueden aspirar a alguno de estos reconocimientos:
- Sustainability Award Industry Mover. La empresa que ha logrado la mejora de mayor proporción respecto al año anterior.
- Sustainability Award Gold Class. La empresa que obtiene una puntuación final en el 1 % de los más altos de su sector.
- Sustainability Award Silver Class, con una puntuación entre el 1 y el 5 % más alto de su sector.
- Sustainability Award Bronze Class, con una puntuación situada entre el 5 % y el 10 % más elevado de su industria.
“Desde un punto de vista reputacional, formar parte del índice es muy importante. Muestra que no solo has tomado buenas acciones en el presente, sino que mantienes una visión estratégica a largo plazo centrada en la sostenibilidad”, explica Florian Kiesel. “Además, es importante desde el punto de vista financiero, ya que el hecho de estar en el Dow Jones Sustainability Index puede atraer inversores interesados en activos sostenibles”.
BBVA se ha convertido en el banco más sostenible del mundo, junto a la entidad surcoreana KB Financial Group. Ambos obtienen la mayor puntuación dentro de la categoría de bancos a nivel global. Es la primera vez que BBVA alcanza el puesto más alto en este ranking de referencia internacional, después de ocupar la segunda plaza mundial y la primera de Europa en los dos últimos años.
Más allá de la reputación y las posibles inversiones, la sostenibilidad también puede impulsar mejoras en los resultados operativos y económicos de una empresa. Un paper publicado recientemente por un grupo de investigadores de la Universidad de Extremadura concluía, tras analizar buena parte de la literatura al respecto, que algunos aspectos de la sostenibilidad ambiental (como la eficiencia y la reducción de emisiones) podrían ligarse directamente a un mejor desempeño económico.
Sin embargo, la gran pregunta, cuál es el retorno económico de ser sostenible, sigue todavía sin una respuesta definitiva. “De lo que estamos seguros es de que mantener criterios ESG evita muchos riesgos. Por ejemplo, si abandonas los combustibles fósiles, cuando caiga su precio o cuando estos empiecen a escasear, estarás más protegido”, concluye Florian Kiesel. “Ser sostenible puede no tener un efecto directo inmediato, pero a largo plazo sabemos que los resultados mejoran. La prueba es que en el índice DJSI tenemos hoy algunas de las mayores compañías del mundo”.