Rentabilidad e impacto positivo: cómo iniciarse en la inversión sostenible
El interés por las inversiones que contribuyen a la mejora de la sociedad y el medioambiente está empezando a generalizarse. Las personas que consideren invertir una parte de sus ahorros de acuerdo a valores como la sostenibilidad y el impacto positivo, cuentan ya con muchas opciones a su alcance. Sin embargo, antes de ponerse en acción, conviene tener en cuenta algunas claves.
La inversión sostenible, según la compañía de gestión de inversiones global BlackRock, consiste en “invertir en el progreso y en reconocer que las empresas que resuelven los mayores desafíos del mundo son las mejor posicionadas para crecer”.
Esta visión supone un nuevo enfoque a la hora de invertir. “Hasta ahora, solo se apreciaba la razón de ser de las inversiones como generadoras de rentas. Sin embargo, el ahorro puede tener una finalidad adicional”, explica la ‘Guía para invertir con propósito’ de la Fundación Open Value. “Se parte de la premisa de que orientar la financiación hacia determinados activos tiene importantes consecuencias sociales y medioambientales”, anima esta guía responsable.
La irrupción de la pandemia ha supuesto un aumento del ahorro en las familias que han podido mantener su nivel de ingresos. La gran recuperación a nivel global tiene en la inversión sostenible un buen aliado con garantías de rentabilidad e impacto positivo. Por ello, es una opción interesante para las personas que quisieran empezar en este mundo. Sin embargo, antes de hacerlo, deben tener en cuenta estas recomendaciones previas.
Establecer las bases
Antes de nada, conviene fijar la cantidad de dinero que se va a utilizar y asegurarse de que no se vaya a necesitar en el corto y medio plazo. “Solo destine a la inversión el excedente entre sus ingresos y sus gastos comunes”, aconseja Finanzas para Todos, el portal financiero impulsado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España.
Asimismo, es necesario conocer bien el perfil que se tenga y actuar en consecuencia. Según la CNMV, los inversores se clasifican, por su nivel de aversión al riesgo, en tres categorías: conservador, medio y agresivo. Además, conviene determinar qué metas se quieren alcanzar y en qué horizonte temporal.
Crear una política de inversión propia
Para dar sus primeros pasos, los pequeños inversores tienen como guía los índices bursátiles especializados, como el Dow Jones Sustainability Index, donde aparecen las empresas que cumplen con los criterios ASG. Es decir, los que analizan la relación de la compañía con el medio ambiente (A), la sociedad (S) y el buen gobierno corporativo (G).
Al igual que ocurre con cualquier otro tipo de inversión, un producto ASG puede invertir en diferentes categorías de inversión, ya sean activos monetarios, renta fija o renta variable. La inversión se puede personalizar, por lo que cada persona puede decidir qué aspectos de responsabilidad e impacto le interesan y elegir en función de sus preferencias. La Fundación Open Value distingue entre tres tipos de políticas de inversión:
- Política responsable: excluir sectores, activos o vehículos de inversión que conllevan efectos no deseables para la sociedad.
- Política transformadora: apostar por empresas con modelos de negocio sostenibles y un buen desempeño ambiental y social.
- Política de impacto social: orientar la inversión hacia compañías específicamente orientadas a dar respuesta a los problemas de la sociedad.
Dar con el producto adecuado y buscar la mejor compañía
Hay multitud de opciones en el mercado de la inversión sostenible. Entre los productos que se pueden elegir, destacan:
- Fondos de inversión que aplican criterios ASG: instrumentos de inversión y ahorro (instituciones de inversión colectiva) que incluyen criterios ASG en su política de inversión. Dicha política está definida en el folleto o documento de datos fundamentales para el inversor (DFI).
- Fondos de inversión solidarios: instituciones de inversión colectiva que ceden una parte de la comisión de gestión a determinadas entidades benéficas o no gubernamentales.
- Bonos verdes y sociales: emisiones de deuda pública o privada, a medio y largo plazo, para financiar proyectos respetuosos con el medio ambiente o que persiguen mejoras de tipo social.
BBVA cuenta en España con productos solidarios desde 1999, y actualmente comercializa una gama de soluciones sostenibles, que se compone de tres fondos de inversión y un plan de pensiones. Uno de esos fondos, BBVA Futuro Sostenible, es además un fondo solidario que en 2020 donó más de un millón de euros repartidos entre 28 proyectos solidarios.
Siempre es preferible iniciarse con un experto o una entidad financiera que ayude al pequeño inversor a conseguir sus metas financieras.
Hacer un seguimiento
Como ocurre con cualquier inversión, realizar un seguimiento es una tarea imprescindible para tomar el control de nuestras finanzas. Conviene pedir a la entidad la información pertinente para valorar el rendimiento de la cartera de inversión.
Una ventaja de este tipo de inversiones es que cuentan con mecanismos adicionales de control y altos niveles de transparencia para asegurar el cumplimiento de los criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno que se han definido expresamente.
El papel de la banca
El sector financiero ha dado pasos muy importantes para integrar la sostenibilidad en su negocio y alinearse con los compromisos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Entre ellos, la firma de los Principios de Banca Responsable, en el marco de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI), por parte de 200 bancos, entre ellos BBVA (que forma parte del grupo fundador). Estos principios son una guía para incorporar la sostenibilidad en todas las áreas de negocio de un banco.
BBVA, que ha sido considerado como el segundo banco más sostenible del mundo y el primero de Europa , trabaja de forma continuada para cumplir con los compromisos adquiridos y dar respuesta a los objetivos y requisitos de sostenibilidad de sus clientes, inversores y la sociedad en su conjunto. Para conseguirlo, ha acelerado su compromiso con la sostenibilidad hasta convertirla en una de sus prioridades estratégicas.