Refugiados, desplazados y migrantes: qué tienen en común los 100 millones de personas que huyen de sus hogares
Por primera vez en la historia, el número de desplazados alrededor del mundo supera los 100 millones, según los últimos datos de ACNUR. Solo en Ucrania, ocho millones de personas han huido desde febrero. Para ponerlo en perspectiva, si se formara un país con todos ellos, figuraría como el decimocuarto más poblado del planeta ya que equivalen a más del 1% de la población mundial. Este dato recoge tanto a personas refugiadas y solicitantes de asilo, como a los 53,2 millones de desplazados por conflictos dentro de sus propios países. Muchos de ellos huyen con poco y les toca comenzar de cero, y a veces desde una situación aún más vulnerable. Su asentamiento y éxito en el país de arraigo depende mucho del estatus legal porque desplazado, migrante y refugiado no son sinónimos.
Diferencias entre desplazados , migrantes y refugiados:
- Desplazados: Son aquellas personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares o residencias habituales en el marco de un fenómeno conocido como migración forzosa. Incluso muchos desplazados solo se mueven internamente dentro de su propio país. En este caso, aunque hayan abandonado su hogar, siguen contando con el mismo estatus legal.
- Migrantes: Los migrantes económicos son personas que han salido de su país en busca de oportunidades laborales. En ocasiones, provienen de lugares en pobreza extrema y pueden llegar a jugarse la vida para entrar en un país con el fin de trabajar. A los migrantes se les aplican las leyes de cada país en materia de inmigración. Lo que hace que en unos sea más fácil que en otros conseguir permisos de permanencia y por ende trabajo, seguridad social y servicios de salud.
- Refugiados: A diferencia de los migrantes, los refugiados son personas que huyen de conflictos armados, violencia o persecución y se ven por ello obligadas a cruzar la frontera de su país en busca de seguridad. Para conseguir este estatus, creado por la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, deben solicitar un permiso especial, un proceso que en muchos casos suele ser largo y complicado, pero a cambio, reciben la protección total del país de acogida. Es decir, pueden disfrutar de todos los beneficios que les corresponden a los ciudadanos autóctonos. Pero la complejidad del proceso hace que no todos los aplicantes sean aceptados. Por ejemplo, en Chile, según datos del Servicio Nacional de Migraciones, solo 701 de las 21.847 (el 3,2%) de peticiones de refugio han sido aceptadas en la última década.
Sin embargo, lo que todas las personas que abandonan su hogar huyendo de la pobreza o la violencia tienen en común es que deben comenzar una vida nueva independientemente de cuál fuera su estatus en su país de origen. Es complejo, porque carecen de servicios y atenciones básicas.
Por ejemplo, muchas de estas personas no tienen acceso a los bancos ni a otros servicios financieros convencionales aunque en sus países de origen sí lo tuvieran. Es el caso de muchos venezolanos, según datos de Global Findex 2017, el 73% de ellos tenían acceso a una cuenta bancaria antes de salir de su país.
Esto supone un enorme obstáculo en su camino hacia la autosuficiencia y la independencia económica. Porque sin una cuenta bancaria, carecen de un lugar seguro para ahorrar y recibir dinero, tienen muchas menos opciones para hacer pagos o acceder a préstamos. En resumen, sin estos servicios, no pueden participar plenamente en la economía de un país ni construir una vida estable para ellos y sus familias.
Laura Otero, emprendedora venezolana que forma parte del Banco Comunal STGO Cocina en Chile. - FMBBVA
La FMBBVA brinda oportunidades para los refugiados y migrantes
Respondiendo a uno de los ejes estratégicos centrales de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), la inclusión social, cuatro de sus cinco entidades microfinancieras están liderando iniciativas para atender a estos colectivos.
Recientemente, en Chile, Fondo Esperanza ha firmado un acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para dar acceso a microcréditos y educación financiera a migrantes a través de un banco comunal que han formado en colaboración con el programa STGO Cocina.
Apoya a refugiados, migrantes y chilenos a través del acceso a capacitaciones, asesorías personalizadas en ventas y el uso de una cocina comunitaria que cumple con los estándares de calidad indicados por el Ministerio de Salud para la elaboración de diversos productos con resolución sanitaria para su venta.
“Nos complace la incorporación de Fondo Esperanza a este programa, porque es un referente nacional en el ámbito del apoyo integral a emprendedoras. Este acceso a microcréditos permitirá que los emprendimientos de las personas beneficiadas sean sostenibles y proyectables a futuro, y, además, les permitirá seguir elevando los estándares de calidad de sus productos” señala Rebeca Cenalmor-Rejas, jefa de la Oficina de ACNUR en Chile.
A día de hoy, Fondo Esperanza ha apoyado a casi 800 emprendedoras migrantes a través de distintas iniciativas.
La FMBBVA atendió en 2021 a más de 79.000 migrantes, desplazados y refugiados en América Latina
La relación entre la FMBBVA y ACNUR comenzó hace 15 años. Microserfin, su entidad en Panamá, lleva desde 2008 colaborando con ACNUR para atender a refugiados. A diferencia del programa de Chile, en Panamá, el emprendedor debe tener estatus de refugiado y recibir una referencia de Cruz Roja. Al cierre de marzo de 2022 se han otorgado 328 operaciones.
Un ejemplo es Shirley Mosquera, que huyó de Colombia con sus dos hijos menores, por la violencia entre bandas criminales que ponían en peligro su vida y la de su familia. Los tres primeros años fueron muy difíciles, pero en el camino encontró el apoyo de Microserfin, Cruz Roja y ACNUR, que la ayudaron a levantarse y encontrar estabilidad a través del emprendimiento en el nuevo país de acogida.
Ahora, además de su tienda, tiene otros proyectos en marcha como unas bebidas naturales de arroz, avena y otros ingredientes especiales que hoy vende en la escuela cercana. Además, desde hace poco, se animó a comenzar su tercer emprendimiento: personalizar sillas de madera para los cumpleaños temáticos de los niños de su comunidad.
Shirley Mosquera, emprendedora colombiana y refugiada en Panamá - FMBBVA
A Shirley aún le quedan algunos sueños por cumplir, pero reconoce sus logros, “cuando miro hacia atrás, recuerdo que antes nos sacaban de los lugares donde vivíamos porque no podíamos pagar y ahora quizás no estoy en el lugar donde quisiera, pero sí tengo una posición estable, mis hijos pueden comer lo que quieran, puedo pagarles su escuela y hasta tengo a mi hijo más grande en una escuela de básquetbol, eso me da satisfacción como madre. Y yo incluso estoy haciendo las cosas que quiero hacer, ya me veo como una empresaria con mi propio negocio, manejo mi tiempo y mis recursos”, comenta.
Historias como las de Shirley o de los más de 79.531 migrantes, desplazados y refugiados que ha atendido la FMBBVA en 2021, demuestran que dada la oportunidad y acceso a productos y servicios financieros, estas personas consiguen crear una nueva vida utilizando su ganas, disciplina y creatividad, que siempre llevaban dentro. Como ha señalado Yéssica Campos, subgerente de Fondo Esperanza, “el emprendedor no tiene fronteras, sino que los une el mismo ímpetu para salir adelante”.