Reforestación sostenible: ejemplos de éxito en el mundo
El éxito de una reforestación no depende únicamente de una buena ejecución, sino también de una planificación previa correcta y de una gestión posterior eficiente. En el monográfico gratuito de BBVA, ‘Una nueva vida para los bosques: las lecciones de la reforestación sostenible’, podrás conocer varios proyectos de recuperación de bosques en los que la sostenibilidad juega un papel fundamental.
El mundo está lleno de experiencias exitosas en temas de conservación de la naturaleza y, en particular, de reforestación de bosques degradados. Estas involucran a diferentes agentes de la sociedad. Entre los agentes que pueden jugar un papel crucial se encuentran los Estados, las empresas privadas, las organizaciones sin ánimo de lucro o los propios ciudadanos y miembros de comunidades indígenas. Existen muchas vías para reforestar correctamente nuestros bosques y dependen en gran medida de las necesidades y las características de cada situación.
Repasamos tres ejemplos de buenas prácticas de reforestación sostenible que han surgido en los últimos años en América Latina y España:
Acción Andina: trabajo comunal para regenerar los bosques más altos de los Andes
La organización Acción Andina tiene un objetivo titánico: reforestar los bosques nativos de ‘Polylepis’ de la cordillera de los Andes. Estos bosques son fundamentales para las comunidades locales porque garantizan la disponibilidad de agua, pero actividades como la minería y los cambios en el uso de la tierra han ido mermando su extensión.
Hace ya más de tres décadas, el conservacionista peruano Constantino Aucca decidió centrar sus esfuerzos en restaurarlos. Fundó la Asociación Ecosistemas Andinos (ECOAN), que plantó más de tres millones de árboles y restauró más de 3.000 hectáreas de tierra en Perú. En 2018 el proyecto dio paso a Acción Andina, que cubre desde Venezuela hasta el centro de Argentina y Chile y trabaja para y con las comunidades rurales.
“Desde el principio pusimos como prioridad trabajar con las comunidades locales. Siempre se dice que el hombre era el problema, porque está detrás de la deforestación y de las quemas. Si el hombre es el problema, ¿por qué no se trabaja para que sea también la solución? Entendimos que, si no se involucraba a la gente, no iba a funcionar nada”, subraya Aucca.
Entre los objetivos de Acción Andina está proteger y restaurar un millón de hectáreas de bosque en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Por su trabajo y su compromiso para prevenir y revertir la degradación de los ecosistemas andinos, Constantino Acca ha sido nombrado Campeón de la Tierra por las Naciones Unidas.
Reforesta: restauración ecológica a través de la colaboración
La ONG española Reforesta lleva desde 1991 trabajando para revertir el proceso de degradación ambiental de la tierra y de los bosques. En sus más de tres décadas de vida ha realizado numerosos programas de restauración y reforestación, así como de estudio de la naturaleza, educación, formación, voluntariado y comunicación. El resultado tiene la forma de más de 63.000 árboles plantados en 33 proyectos y con el apoyo de unos 16.000 voluntarios.
“Perseguimos cuatro grandes objetivos: mejorar la salud del ecosistema donde trabajamos, aumentar la cobertura arbórea en lugares desarbolados, fomentar los corredores ecológicos e incrementar la diversidad en áreas arboladas pero pobres en especies”, explica Miguel Ángel Ortega, presidente y fundador de Reforesta. “Seguimos el enfoque de la restauración ecológica, por lo que seleccionamos las especies adecuadas en función del clima y del suelo, tanto de árboles como de arbustos y en ocasiones también de herbáceas”, subraya.
La clave de su éxito, señala el presidente de Reforesta, está en un equipo de personas con un gran conocimiento del medio natural. Además, la ONG busca hacer partícipe a la sociedad en sus tareas. “Esto es fundamental, ya que el ser humano es el principal agente modificador de las condiciones naturales, muchas de las cuales tienen efectos negativos”, añade Ortega.
CINCIA: recuperar el Amazonas que se llevó la minería
En la región Madre de Dios, de la Amazonía peruana, la minería lleva décadas transformando el territorio. Durante años, esta minería fue artesanal, pero a partir de los años noventa comenzó a incorporarse maquinaria, aumentó la mano de obra y la extracción del oro se volvió más acelerada y descontrolada. Cientos de miles de hectáreas fueron degradadas, algunas incluso dentro de áreas naturales protegidas.
El Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA) lleva 12 años investigando para crear programas de restauración y reforestación de áreas degradadas por la minería en Madre de Dios y generar así alternativas que permitan devolver el verde a la Amazonía.
“Hacer investigación en esta área es muy importante”, señala John Farfan, ingeniero forestal y especialista en Restauración en CINCIA. “Lastimosamente, la minería no solo deforesta los bosques primarios y altera la estructura del suelo, sino que también contamina las aguas de los ríos y los lagos, destruye humedales, extingue la fauna y la flora, contamina el aire y además atrae problemas sociales como la trata de personas o la explotación infantil”.
El primer paso de los trabajadores de CINCIA es conocer cómo estaba la zona antes de ser deforestada o degradada. Para ello, utilizan información de imágenes satelitales o de drones y realizan entrevistas a personas que conocieron el terreno. A continuación, buscan semillas de las especies forestales pioneras para producirlas en un vivero y planifican el diseño de la plantación según las características de cada espacio. Posteriormente, realizan controles para determinar cuáles son las actuaciones más exitosas y plantear nuevos experimentos.
Entre los beneficios de esta reforestación están recuperar el equilibrio ecológico y lograr que la dinámica entre el bosque, la fauna y el ser humano sea lo más parecida posible a como era antes. “Es muy difícil tener un ecosistema como el de antes, pero iniciamos el camino”, interpreta Farfan. “Ver crecer árboles en estos suelos degradados, atrayendo polinizadores y dispersores de semillas como aves, o encontrar huellas de animales extintos por la degradación de su ecosistema es tan satisfactorio que te da fuerzas para continuar con esta línea de trabajo”.
La lista de ejemplos de buenas prácticas no acaba aquí y tampoco se limita a la reforestación. La organización peruana ARBIO, por ejemplo, también trabaja para monitorear y conservar la selva de Madre de Dios. Su principal objetivo es proteger este ecosistema, mantener su biodiversidad y evitar que vuelva a ser víctima de la deforestación y la degradación. Desde el año 2010, esta organización sin ánimo de lucro impulsada por mujeres ha protegido más de 916 hectáreas de selva.