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Quiero instalar un punto de recarga para mi vehículo eléctrico: ¿Qué debo hacer?

Si posees una casa individual con garaje, enhorabuena. Eres el candidato a la instalación más sencilla y económica de un punto de recarga para un coche eléctrico o un híbrido enchufable. Es algo más compleja en garajes comunes de bloques de pisos, sobre todo si la plaza de aparcamiento está en otro edificio.

Quiero instalar un punto de recarga para mi vehículo eléctrico. ¿Qué debo hacer?

Más de 230 millones de vehículos eléctricos circularán en menos de diez años por las carreteras del mundo, según la Agencia Internacional de la Energía. Una de las asignaturas pendientes es la instalación de puntos de recarga.

A menudo las grandes diferencias de penetración de los vehículos eléctricos y los híbridos enchufables entre países no solo tienen que ver con cuestiones macro, como el desarrollo económico o el despliegue de grandes infraestructuras, sino con la posibilidad de instalar puntos de recarga en los domicilios para tener tiempo suficiente de recuperar las baterías, ya que el proceso es lento, y aprovechar las tarifas eléctricas más baratas.

Desde ese punto de vista, allí donde el porcentaje de viviendas unifamiliares es elevado es más fácil sumarse a la movilidad eléctrica. Y es que un coche eléctrico no es solo un vehículo, es el vehículo y, de forma indisociable, su punto de recarga doméstico. Todo esto hasta que no existan redes públicas extensas con recargas super rápidas para una cantidad masiva de usuarios.

Tipos de puntos de recarga para vehículos eléctricos

Los puntos de recarga se clasifican atendiendo a tres factores:

  1. Velocidad de la carga.
  2. Modo en que se conecta el vehículo.
  3. Tipo de conector.

En cuanto a la velocidad existen puntos de recarga lenta, pensada para uso doméstico donde el tiempo de recarga de la batería oscila entre las 6 y las 10 horas; recarga semirrápida, apropiadas para zonas públicas y con una duración de entre 1 y 3 horas; y recarga rápida, cuyas instalaciones son siempre fuera de la vivienda y en las que en menos de 30 minutos puedes almacenar el 70 % de la energía. Aquí estaríamos hablando de electrolineras, la infraestructura más compleja de todas. Entre el tipo de recarga más lenta y la más veloz hay una diferencia de potencia de entre 2,2 KWh y 50 KWh.

Quiero instalar un punto de recarga para mi vehículo eléctrico. ¿Qué debo hacer?

Opciones de instalación de los puntos de recarga

De cara a la instalación de un punto de recarga doméstico, asociaciones automovilísticas como el RACE recomienda acudir a profesionales dedicados expresamente a la instalación de puntos de recarga o con experiencia en la materia.

En países que quieren favorecer la movilidad eléctrica no es necesario pedir permiso a la junta de propietarios para poner un punto de recarga individual, aunque sí debe notificarse a la presidencia o la administración de la finca. La instalación conecta el contador de la vivienda (que suele estar en una sala común para esos dispositivos) con el punto de recarga individual, para de esta forma facturar el consumo correspondiente a cada usuario.

En caso de que varios vecinos quieran su punto de recarga, o aspiren a tenerlo en el futuro aunque solo sea por revalorizar la vivienda, lo más razonable será hacer una preinstalación común para todo el garaje con contadores individuales. En este caso, sí puede ser necesitaría una aprobación de la comunidad o la administración. Las normativas urbanísticas de cada vez más países obligan a que los edificios de nueva construcción o sometidos a rehabilitaciones profundas ya incluyan la preinstalación para puntos de recarga individuales en todas las plazas de aparcamiento.

Conexión en una casa individual

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Si el vehículo eléctrico dispone de adaptador, puede conectarse directamente a un enchufe doméstico convencional, aunque la limitada potencia doméstica implica una recarga muy lenta y peligro de sobrecarga. “Los cables pueden recalentarse mucho cuanto más tiempo fluya la corriente a través de ellos. Y el tiempo de recarga es entre ocho y diez veces mayor que con un cargador inteligente”, explica la compañía Wallbox, uno de los mayores fabricantes de cargadores de este tipo sujetos a la pared. Debido al peligro de usar el circuito convencional, a menudo las normativas nacionales lo prohíben y obligan a instalar un circuito exclusivo desde el contador de la vivienda al punto de recarga. Esta opción no solo garantiza más seguridad y capacidad (es posible que el usuario deba contratar más potencia a la empresa distribuidora de energía, aunque es preferible evitarlo para no pagar más y asumir recargas más lentas), también un servicio profesionalizado con cable integrado, control de potencia, ‘app’ móvil de gestión para, por ejemplo, iniciar automáticamente la recarga cuando empieza la tarifa nocturna más barata, etc.

Conexión en un garaje comunitario

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El coste de la instalación suele variar según la distancia entre el contador y el vehículo y por lo tanto de la cantidad de cable necesaria y lo complicado de su recorrido si hay obstáculos que salvar. Por lo tanto en una casa individual suele ser más económica que en el garaje comunitario de un bloque de viviendas. El coste también depende del modelo más o menos sofisticado de cargador individual y de las ayudas o subvenciones de gobiernos, entidades bancarias como BBVA, marcas y concesionarios para estimular la penetración de vehículos eléctricos.

El escenario más complejo se da cuando la plaza de garaje está en una finca o edificio diferente al de la propia vivienda. En ese caso, el usuario tendrá que solicitar a la distribuidora eléctrica un nuevo punto de suministro y un contador propio, lo que implica una factura aparte.

Otra opción es que los puntos de recarga se alimenten no de los contadores de las viviendas sino del punto de suministro de las zonas comunes del edificio, incluido el propio garaje. Pero esto requiere instalar un contador secundario y una plataforma de gestión para saber el gasto de cada usuario, y además poner de acuerdo a todos los propietarios, de ahí que sea una opción minoritaria.

¿Y qué pasa si el usuario es inquilino, no propietario de la vivienda o de la plaza de garaje? Pues tendrá que ponerse de acuerdo con el arrendador para que se haga cargo del gasto, asumirlo él o compartirlo en función de la duración del contrato de alquiler y su prolongación. Si el inquilino costea el punto de recarga de la pared, podrá llevárselo cuando decida mudarse. Existe una última posibilidad: alquilar ese punto de recarga individual a una empresa que lo instala a cambio de una cuota mensual.

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