¿Qué supone el Pacto Verde Europeo? Claves para ayudar al planeta

Un billón de euros de presupuesto para lograr una economía sostenible, nuevas oportunidades de trabajo, un medioambiente limpio y una mejor calidad de vida, no sólo para los países y ciudadanos de la Unión Europea, sino en aras de un nuevo orden mundial que implique a socios y aliados. En esto, a grandes rasgos, consiste el Pacto Verde Global. Tal como expresa Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, “lograr que la naturaleza recupere la salud es fundamental para nuestro bienestar físico y mental y nos ayudará a luchar contra el cambio climático y los brotes de enfermedades. Es un elemento esencial de nuestra estrategia de crecimiento, el Pacto Verde Europeo, y forma parte de una recuperación europea que devuelve al planeta más de lo que le quita”. ¿La meta? El año 2050.

Objetivos ambiciosos

El Pacto Verde Europeo, presentado el 11 de diciembre de 2019 por la Comisión Europea, recoge medidas de control de polución, políticas sociales y acciones contra el cambio climático, leyes de sostenibilidad, reducción de las emisiones de gas, eficiencia energética, economía circular y economía verde. Además, se incluyen acciones destinadas al crecimiento estratégico de la Unión Europea en base al desarrollo de distintas políticas medioambientales.

Tal como recoge el comunicado de la Comisión, este pacto pretende también, preservar, mantener y mejorar el capital natural de la UE, así como proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos y efectos medioambientales. Pero va más allá, porque hace hincapié en que esta transición debe ser justa e integradora, otorgando prioridad a la dimensión humana.

De especial relevancia es, además, su vocación de acción global, no sólo en la UE sino haciendo extensible y solicitando la participación de aliados y socios para que este pacto sea efectivo y que dirija al planeta hacia un futuro realmente sostenible.

Estos son los distintos elementos que conforman el Pacto Verde Europeo:

• Un mayor nivel de ambición climática de la UE para 2030 y 2050.
• Lograr una contaminación cero en un entorno sin sustancias tóxicas.
• Suministro de energía limpia, asequible y segura.
• Preservación y restablecimiento de los ecosistemas y la biodiversidad.
• Movilización de la industria en pro de una economía limpia y sostenible.
• Logro de un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medioambiente.
• Uso eficiente de la energía y los recursos en la construcción y renovación.
• Aceleración de la transición a una movilidad sostenible e inteligente.

Las siete claves del plan de acción del Pacto

1. Energía limpia. La descarbonización del sistema energético constituye un punto clave de cara a los objetivos de 2030 y 2050. Y es que la producción y utilización de energía en todos los sectores económicos representa más del 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. El foco está puesto en la eficiencia energética, pero toda transición hacia una energía limpia debe implicar y beneficiar a los consumidores, lo que implica no olvidar y ocuparse del riesgo de pobreza energética.

2. Hacia una industria sostenible. Aunque la UE ya ha iniciado el proceso de transición hacia una economía climáticamente limpia, aún representa el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión. Según su propio informe, se necesitan veinticinco años para transformar un sector industrial y todas las cadenas de valor, así pues es urgente tomar las medidas oportunas de aquí a cinco años si se persigue la meta de 2050. La transición es una oportunidad excelente para potenciar la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, se avanza a pasos demasiado lentos para ver progresos en este sentido.

3. Construcción y renovación. Duplicar la tasa de renovación del parque inmobiliario para alcanzar los objetivos en cuanto al clima y eficiencia energética. Actualmente oscila entre el 0,4% y el 1,3%. Pero además, el reto está en responder al doble desafío entre eficiencia energética y asequibilidad: ya que 50 millones de consumidores tienen dificultades para calentar sus casas. Se impone pues una acción de renovación de edificios públicos y privados.

4. Movilidad sostenible. Para la UE en materia de transporte sostenible lo principal es el ciudadano, por tanto, su objetivo será facilitarle alternativas sanas, accesibles y limpias a su manera de transportarse hasta ahora. Es necesario reducir un 90% las emisiones que proceden del transporte por carretera, ferrocarril, aéreo y por vías navegables.

5. Biodiversidad. Los ecosistemas aportan servicios esenciales, como alimentos, agua dulce, aire puro y cobijo y, además, palian las catástrofes naturales, plagas y enfermedades y ayudan a regular el clima. Sin embargo, la UE reconoce que no ha alcanzado algunos de sus objetivos medioambientales más importantes para 2020. Es clave reforzar y mejorar la superficie forestal de la UE y centrar esfuerzos en la llamada ‘economía azul’ y reconocer el esencial papel de los océanos en el proceso de adaptación al cambio climático.

6. Alimentos saludables y justos
Alimentar a una población mundial que se expande supone un reto doble: pobreza cero sin destruir los recursos del planeta. Porque una irracional producción de alimentos sigue dañando la biodiversidad, contaminando el aire, el agua y el suelo y fomentando la cultura del despilfarro. La estrategia que la UE denomina ‘de la granja a la mesa’ adopta todos los beneficios que aporta la economía circular.

7. Planeta 10/ contaminación cero. El propósito es examinar de manera sistemática todas las políticas y regulaciones de la UE y los Estados miembros para conseguir un entorno sin sustancias tóxicas, para recuperar y preservar la biodiversidad en lagos, ríos, humedales y estuarios, y restablecer las funciones naturales de las aguas subterráneas y superficiales. Todo un plan para evitar la contaminación del aire, del suelo, del agua y de todos los productos de consumo.

La unión hace la fuerza

Y, como colofón, un fragmento del discurso que Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Unión Europea, ofreció en Bruselas agradeciendo a John Kerry, enviado especial por el clima de la administración Biden, la vuelta de los Estados Unidos a la misión conjunta: “Trabajaremos mano a mano para hacer de Glasgow un éxito. Será un gran esfuerzo llegar allí, y convencer a otros participantes importantes del mundo que hagan lo correcto. Pero estoy absolutamente convencido de que Estados Unidos y Europa juntos podemos mover montañas y asegurarnos de dejar un clima en el que nuestros hijos y nietos puedan vivir. Un mundo que sea habitable, que aprenda a vivir dentro de los límites planetarios”