Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

¿Qué son y qué función tienen las cumbres contra el cambio climático?

Estos encuentros nacieron con el objetivo de aplicar los artículos de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que pretende limitar los principales causantes del calentamiento planetario: los gases de efecto invernadero. Las cumbres climáticas (COP) se celebran cada año y sirven para revisar las medidas aplicadas por los países firmantes y negociar otras nuevas.

BBVA-COPS-cambio-climático-sostenibilidad

En términos de compromiso y coordinación internacionales, “la acción más importante en la lucha contra el cambio climático adoptada hasta la fecha” fue la Convención Marco. Así lo afirma la Oficina de Información Pública de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para rastrear su origen hay que remontarse a la Cumbre para la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, que logró un consenso mundial sin precedentes en el impulso al desarrollo sostenible y la protección ambiental: el Programa 21, aprobado entonces, establecía una relación directa entre desarrollo económico, desarrollo sostenible, consumo energético, modelo de transporte, destrucción de la capa de ozono y contaminación atmosférica global, así como la importancia de la ciencia para aportar soluciones. Así nacía la Convención Marco, que aquel año firmaron 158 naciones y hoy suscriben 197.

Un respiro para los ecosistemas

Dos años después empezaron a tomarse las primeras medidas para lograr sus objetivos. Entre ellos se encontraba estabilizar el nivel de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. El reto incluía darle a los ecosistemas plazo suficiente de adaptación natural al cambio climático. También asegurar la producción de alimentos para cubrir la demanda mundial e impulsar el desarrollo económico sostenible.

Estas aspiraciones se plasmaron en el Mandato de Berlín de 1995. Este establecía la necesidad de un protocolo o instrumento jurídico para los compromisos concretos de los países. Y así se llegó al Protocolo de Kyoto de 1997, que entró en vigor en 2005. Su meta: reducir entre 2008 y 2012 las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) y otros GEI por parte de los países industrializados en, al menos, un 5% respecto a los niveles de 1990.

BBVA

Para alcanzar dicho objetivo, Kyoto impuso metas concretas a las naciones, pero solo se consideraron vinculantes para las 36 más industrializadas, por un criterio de reparto de cargas y responsabilidades. En un principio, se estableció que Kyoto expirase en 2013, pero después se amplió su vigencia hasta 2020. Para ese segundo periodo, los países más desarrollados asumieron el compromiso de reducir un 18% las emisiones GEI respecto a 1990.

BBVA-COP-efe-cumbres-cambio-climático-sostenible-cuidado-planeta

EFE.

El nacimiento de las COP

El siguiente gran paso en ese proceso de coordinación internacional fue impulsar las cumbres climáticas anuales llamadas Conferencias de las Partes (COP en sus siglas en inglés, se entiende por “partes” a los países). La primera fue aprobada por el Mandato de Berlín en 1995 y desde entonces su labor consiste en revisar la aplicación de lo acordado por la Convención Marco y negociar nuevos compromisos.

El término ‘cumbre’ se aplica porque a las COP acuden representantes de alto nivel de los gobiernos firmantes de la Convención. Como los países firmantes de dicha convención y los firmantes del Protocolo de Kyoto no tienen por qué coincidir, existe otro órgano llamado Conferencia de las Partes donde se reúnen los que han suscrito el Protocolo (COP-MOP), si bien ambos encuentros se celebran simultáneamente.

Aunque las COP se organizan todos los años, algunas se consideran más notorias que otras por la relevancia de sus objetivos o sus desencuentros. Por ejemplo, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) destaca entre las “más icónicas” la de Kyoto (1997) o la de Copenhague (2009). Esta segunda, porque no consiguió un acuerdo para adoptar un nuevo protocolo en sustitución del de Kyoto, y porque los países no se comprometieron legalmente, de forma vinculante, a reducir sus emisiones sino únicamente con carácter voluntario. También destaca la de Varsovia en 2013, por el atasco de las negociaciones para sacar adelante dichos objetivos.

paris-cop-sostenibilidad-bbva-cumbre-clima

EFE.

El Acuerdo de París

Sin embargo, la más importante de todas las cumbres para el cambio climático recientes es la de la capital francesa de 2015. Allí se aprobó el Acuerdo de París, considerado un hito climático por el compromiso de los países a mantener a largo plazo el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados de media, preferiblemente por debajo de 1,5º grados centígrados, respecto a los niveles de la era preindustrial. Para alcanzar esas metas se asumen niveles más estrictos en la reducción de emisiones y por primera vez se consideran vinculantes dichos compromisos. Otra de sus grandes decisiones fue fijar cada cinco años objetivos más elevados.

No obstante, y a pesar de esa consideración vinculante para todos los países, numerosos expertos consideran su alcance aún insuficiente. “El problema es que los acuerdos firmados en esa cumbre están orientados más a llamar a la acción política de las naciones que a penalizar incumplimientos de compromisos. Por eso, las organizaciones ecologistas afirman que se corre bastante riesgo de que no se cumplan”, señala Mar Satorras, investigadora del Turba Lab de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).