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Diferencias entre las emisiones de alcance 1, 2 y 3

La manera más utilizada para medir la huella de carbono es el Protocolo GHG, método que separa las emisiones de gases en tres alcances. El alcance 1 corresponde a las emisiones directas por el consumo de combustibles de una empresa u organización; el alcance 2 incluye emisiones indirectas por la energía comprada; y el alcance 3 agrupa al resto de emisiones indirectas en la cadena de valor.

¿Qué son las emisiones de alcance 1, 2 y 3?

Un dato: 108,2 gramos. Esa es la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que emitió por kilómetro cada uno de los coches nuevos registrados en la Unión Europea el año pasado. No parece demasiado, hasta que empezamos a multiplicar. Por las carreteras de la UE circulan más de 250 millones de turismos que hacen una media de 12.000 kilómetros al año. Y a eso hay que sumar furgonetas, camiones y otros medios de transporte impulsados por combustibles fósiles.

La movilidad de personas y mercancías es responsable de la cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE, de acuerdo con la Agencia Europea del Medioambiente. Eso significa que está relacionada con la generación de algo menos de 1.000 millones de toneladas al año. De hecho, es el único sector en el que los veintisiete no han logrado reducir su huella de carbono en los últimos años.

Hablar de emisiones nos lleva, normalmente, a pensar en humos saliendo de tubos de escape o de chimeneas. Y en cierto sentido es correcto. Pero el concepto de huella de carbono va más allá e incluye “la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto”, tal como señalan desde el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España.

Bajo esta definición, cuando analizamos el impacto climático de un turismo no solo hay que pensar en el CO2 y los otros gases de efecto invernadero que se producen en el motor. Hay que tener en cuenta también las emisiones de la fabricación del vehículo y sus componentes, la energía consumida por las oficinas de la compañía, el transporte de las piezas y del vehículo o los desplazamientos de los agentes comerciales que vendieron el coche. Y es aquí donde entran en juego los alcances 1, 2 y 3.

Tres alcances de emisiones para medir mejor

Medir gases de efecto invernadero no es sencillo. A lo largo de las últimas dos décadas, se han desarrollado diferentes metodologías para hacerlo. Una de las más consolidadas es el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (o protocolo GHG, por sus siglas en inglés), creado sobre la base del acuerdo del Protocolo de Kioto, firmado en 1997. Esta es en la actualidad la metodología más empleada para medir la huella de carbono de las empresas y otras organizaciones.

“El protocolo GHG separa las emisiones en tres alcances diferentes. El objetivo es ayudar a las organizaciones y empresas a medir y gestionar sus emisiones de forma más eficaz”, explica Fernanda García, de la organización Climate Risk and Disclosure Associate de Carbon Trust, creada para ayudar a las empresas y las administraciones a acelerar su descarbonización. “El alcance 1 cubre las emisiones directas, el alcance 2 se aplica a las emisiones indirectas que provienen de la energía comprada y el alcance 3 agrupa todas las demás emisiones indirectas”.

Emisiones de alcance 1

Al calcular la huella de carbono de una organización, bajo el alcance 1 se incluyen todas las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que sean propiedad o estén controladas por esta. De acuerdo con el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, aquí entran el consumo de combustibles en instalaciones fijas de la empresa, en cualquier tipo de medio de transporte y en la maquinaria, las posibles fugas de gases fluorados de los equipos de refrigeración y cualquier otra actividad directa que genere estos gases.

En una compañía de la industria de la automoción, por ejemplo, las emisiones de alcance 1 incluyen, entre otras, todas aquellas generadas por el consumo de combustibles para la fabricación del motor y otras estructuras del vehículo, así como para su ensamblaje final en la línea de producción de la empresa.

¿Qué son las emisiones de alcance 1, 2 y 3?

Emisiones de alcance 2

El alcance 2 agrupa todas aquellas emisiones indirectas asociadas al consumo de energía de la empresa. De acuerdo con el ministerio español, en este cálculo se debe incluir el consumo eléctrico en edificios y en vehículos, el consumo de otras energías como calor, vapor, frío o aire comprimido y las instalaciones de energía renovable.

En el ejemplo del coche, aquí se incluyen todas las emisiones generadas por la electricidad que se ha adquirido para hacer funcionar las instalaciones, desde la de la máquina de café de las oficinas comerciales hasta la luz de la fábrica de montaje.

Emisiones de alcance 3

El alcance 3 es una especie de cajón de sastre de las emisiones. En él se contemplan todas las emisiones indirectas que se producen en la cadena de valor de la empresa como resultado de su actividad. Es decir, todo lo que no sean emisiones que genere la organización en sus instalaciones ni emisiones asociadas al consumo directo de energía. El protocolo GHG contempla 15 categorías de emisiones dentro del alcance 3, clasificadas en dos grandes grupos: emisiones ‘upstream’ (relacionadas con los bienes y servicios adquiridos o comprados) y ‘downstream’ (relacionadas con los bienes y servicios vendidos una vez que dejan de ser propiedad de la empresa).

En el caso de la industria automotriz, en el alcance 3 se incluirían, entre otras, las emisiones generadas para el abastecimiento de materiales como el aluminio, el plástico o el caucho y la fabricación de las piezas del motor y otros componentes manufacturados por terceros, pero también el uso del coche por parte de su dueño y los procesos desplegados al final de su vida útil (como el reciclado).

“Las emisiones de alcance 3 son las más difíciles de medir”, señala Fernanda García. “Y lo son, sobre todo, por seis razones: la complejidad de la cadena de suministro, la falta de control sobre las fuentes de emisiones, la mala disponibilidad de datos a lo largo de la cadena de suministro, la variabilidad entre metodologías de cálculo, industrias y regiones, la naturaleza difusa e indirecta de las emisiones y la existencia de informes incompletos sobre los gases de efecto invernadero generados".

¿Qué son las emisiones de alcance 1, 2 y 3?

En el camino de la reducción de emisiones hasta alcanzar la neutralidad de carbono, los tres alcances tienen un papel clave. “El alcance 1 es esencial para los esfuerzos internos de reducción, ya que aborda las emisiones bajo el control directo de la organización. El alcance 2 es crucial para las organizaciones que hacen la transición a fuentes de energía más limpias y fomentan el uso de energías renovables”, concluye García. "Y el alcance 3 es vital para lograr ‘Net Zero, ya que cubre una parte importante de la huella de carbono de una organización, a menudo relacionada con la cadena de suministro y las emisiones del ciclo de vida del producto”.

'Podcast': ¿Qué es la huella de carbono? ¿Cómo puedes reducir tu impacto ambiental?

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