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Planeta> Gestión del Agua Act. 04 sep 2024

¿Qué están haciendo los países para combatir la sequía?

En las últimas décadas, el cambio climático ha incrementado los fenómenos extremos y los gobiernos han comenzado a tomar medidas frente a la emergencia hídrica: reutilizar agua depurada, desalar agua marina, reducir su uso en la agricultura o controlarlo en las ciudades. Hoy, más que nunca, el ser humano convive con la ausencia de lluvias y las sequías.

¿Qué están haciendo los países para combatir la sequía?

Los pescadores del puerto de Paita (Perú) saben desde hace siglos que, algunos años, cuando se acerca la Navidad, las aguas del Pacífico se vuelven cálidas. Esto hace que la pesca se esfume. Otros, sin embargo, el agua superficial se mantiene fría y los peces se quedan, por lo que las capturas son mejores. En los últimos 100 años, hemos logrado comprender cómo este fenómeno que parecía local estaba en realidad conectado con otros a lo largo de toda la costa del Pacífico (en su orilla este, pero también en la oeste), en el Caribe y, en gran medida, en el resto del planeta.

Lo que los pescadores de Paita observaban (los primeros registros escritos son del siglo XVII) era la fase cálida de un fenómeno climático cíclico del Pacífico ecuatorial que hoy recibe el nombre de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés). Durante esta fase cálida, el agua superficial del océano está más caliente. También la sequía se extrema en el oeste (en países como Australia o la India) y las lluvias torrenciales cubren la costa de Sudamérica. Durante la fase fría del ciclo, la situación se revierte. Mientras Sudamérica se seca, las precipitaciones aumentan en la orilla oeste. Esta fase es conocida como 'La Niña'.

La ausencia de lluvias y las sequías son un fenómeno natural más o menos recurrente en gran parte del planeta. Las sociedades humanas llevan conviviendo con ellas desde el principio. Sin embargo, en las últimas décadas, el cambio climático ha entrado en escena. Este ha modificado los patrones a los que estábamos habituados e incrementando los fenómenos extremos. Ante este panorama, ¿qué se está haciendo para hacer frente a este fenómeno?

Bajo la sombra de La Niña: de Chile a México

En Chile apenas llueve y hace años que la nieve escasea en los picos de los Andes. Más allá de los ciclos cálidos y fríos de El Niño-Oscilación del Sur, el país que se extiende a lo largo de la costa pacífica de Sudamérica sufre una sequía histórica que se alarga ya durante 14 años. Como consecuencia, desde 2021, el Gobierno mantiene activada la situación de emergencia hídrica y ha desplegado un plan basado en cuatro pilares: aumento de la capacidad de desalar agua marina, tecnificación del riego para reducir el uso de agua de la agricultura, incremento de la extracción y la potabilización en el rural y control del consumo en las ciudades.

¿Qué están haciendo los países para combatir la sequía?

“En ciudades como Santiago de Chile se ha apostado también por el reúso del agua depurada”, señala Jorge Olcina, director de la Cátedra de Cambio Climático-Aguas de Alicante en Universidad de Alicante (España). “La reutilización de aguas depuradas es la gran apuesta de futuro para reducir el riesgo de sequía en todo el mundo. La ciudad puede y debe convertirse en un área de abastecimiento de agua reutilizada para usos diversos de la propia ciudad o de áreas agrícolas próximas que se beneficien de este recursos en momentos de escasez”.

“Las aguas depuradas no solucionan por completo los efectos de una gran sequía, pero permiten reducir el impacto a corto plazo si se disponen de las infraestructuras necesarias para llevar a cabo la depuración y la posterior distribución de las aguas depuradas hacia entornos agrarios o de ocio. Para ello es necesario disponer de estaciones de depuración de aguas modernas, tecnológicamente avanzadas, para que el agua resultante del proceso de depuración tenga una elevada calidad”, añade el experto.

Chile no es el único país de América Latina que sufre el impacto de la sequía. La región es, de hecho, una de las más vulnerables del mundo en este sentido y el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) señala que la probabilidad de que los patrones de lluvias se alteren considerablemente en América Central y del Sur es muy alta. Esto es lo que están haciendo otros países de la región para hacerle frente a la sequía:

  • Argentina. El país ha sufrido también una sequía persistente durante la última década que ha impactado sobremanera en su producción agrícola y ganadera. Más de 22 millones de hectáreas de cultivos y 21 millones de cabezas de ganado están en riesgo, por lo que las medidas adoptadas por el país han sido, sobre todo, de carácter económico (como el alivio de la deuda de los productores o los beneficios fiscales ante la venta forzosa de ganado). Localmente, se han tomado medidas para reducir el consumo de agua, como limitar el riego.
  • Uruguay. El país sudamericano está en una situación similar a la de su vecino argentino. En el último año se han tomado medidas como prohibir el uso de agua potable para fines no prioritarios (como riego de jardines o lavado de vehículos), tecnificar el riego en los cultivos o apoyar a los ganaderos, que han tenido que importar alimento ante la falta de pastizales. Además, Uruguay también está estudiando apostar por la reutilización de aguas residuales depuradas.
  • Perú. El país que “descubrió” El Niño y uno de los que tiene mayor extensión de tierras secas en América del Sur cuenta, desde 2016, con una Estrategia Nacional de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía. Perú enfrenta una de sus peores sequías en la historia y ha apostado, sobre todo, por un plan de siembra y cosecha de agua: mediante diferentes técnicas, se recoge y dirige el agua y la humedad desde las zonas altas de las montañas hasta los valles, donde se almacena para consumo humano.
  • México. El país norteamericano, que ha sufrido los efectos agravantes de La Niña en los últimos años, experimenta una situación seria de sequía en la zona centro. Allí, el Gobierno ha enfocado sus esfuerzos en la rehabilitación de pozos subterráneos, la mejora de las fuentes de abastecimiento, la distribución y campañas para incentivar el ahorro en el consumo de agua.

España: el camino que marca la Ley de Cambio Climático

En el último año, en España, tan solo la cornisa cantábrica ha recibido un nivel de precipitaciones dentro de lo habitual. En el resto del país, la sequía sigue haciendo mella en la agricultura, la industria y el ocio. De acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el conjunto del país mantiene una situación de sequía meteorológica que se alarga ya tres años, incluso a pesar de un invierno (el último) relativamente húmedo. Para hacerle frente, España aplica una serie de medidas incluidas en los Planes de Gestión de Sequía elaborados para cada una de las cuencas hidrográficas del país.

Algunas de las cuencas han empezado ya a aplicar medidas de restricción de agua para el riego y en ámbitos urbanos se han limitado los usos no prioritarios (como fuentes o riego de parques). Además, en algunas poblaciones concretas con problemas de acceso a agua potable se han desplegado sistemas de abastecimiento a partir de camiones cisterna. “Son solo medidas de emergencia, no de adaptación”, explica el director de la Cátedra de Cambio Climático-Aguas de Alicante en la Universidad de Alicante.

“Las soluciones a las sequías hay que plantearlas y ejecutarlas en los años de abundancia de lluvia, en los que no hay presión sobre los recursos hídricos porque son suficientes para abastecer los diferentes usos”, continúa Jorge Olcina. “Cuando se decreta la situación de sequía, si no se han diseñado medidas previas de adaptación, lo único que se puede aplicar son medidas de emergencia para intentar garantizar el abastecimiento, sobre todo, en zonas urbanas, donde la ley establece el uso de agua prioritario”.

¿Qué están haciendo los países para combatir la sequía?

Para el experto, los países deben trabajar en un esquema de gestión del agua a largo plazo, un plan que tenga en cuenta las alteraciones que el cambio climático está teniendo en las precipitaciones. “En España, debemos cambiar el modelo de planificación que hasta ahora ha sido el habitual: uno basado en la oferta continuada de agua. El contexto actual de cambio climático supone precipitaciones menos abundantes y más irregulares. Por eso, plantear construir nuevos embalses o trasvases pierde sentido. Tenemos que planificar desde la buena gestión de la demanda, haciendo un uso muy racional del agua disponible e incorporar recursos no convencionales, como aguas depuradas y aguas desaladas”, puntualiza Olcina.

En este sentido, Olcina señala que la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética jugará un papel fundamental en el futuro, ya que señala que la planificación y gestión del agua en nuestro país debe adaptarse a los efectos del cambio climático. El escenario lo conocemos cada vez mejor: un futuro con temperaturas más altas, mayor evaporación, lluvias más irregulares y menos abundantes y eventos extremos más frecuentes. “En algunos territorios, como el sur y el este de la península Ibérica, ya se registran estas tendencias, que irán a más en los próximos años, porque no estamos consiguiendo frenar el cambio climático por efecto invernadero de causa antrópica”, concluye.

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