¿Qué es y cómo funciona una cadena de suministro resiliente?
La resiliencia aplicada a la cadena de suministro significa que la secuencia de actividades que componen esa cadena de valor es capaz de adaptarse a situaciones adversas o a impactos negativos evitando disrupciones en el negocio o incluso generando nuevas oportunidades para la compañía.
Según Michael Porter, profesor de Estrategia de la Harvard Business School, la cadena de valor o cadena de suministro “es una potente herramienta que permite desagregar de forma ordenada una compañía en la secuencia de actividades relevantes que realiza para ofrecer un producto o servicio de valor a sus clientes.
Entre ellas se encuentran el aprovisionamiento de materias primas, el proceso de producción para dar con los productos terminados o el marketing, entre otros. Además, la cadena de valor es parte de un sistema de valor más grande. Esta incluye a proveedores y canales de distribución o logística hasta llegar al cliente o usuario final”
La relevancia de que la cadena de suministro sea resiliente
Factores como la mayor frecuencia y gravedad de eventos climáticos extremos como consecuencia del cambio climático (inundaciones, sequías, incendios, subida del nivel del mar, etc.), la escasez de recursos naturales dada su sobreexplotación. También riesgos sanitarios como las pandemias o la deslocalización de partes de la cadena de suministro a países más expuestos a estos eventos pueden debilitar la cadena de suministro de valor de una empresa. Todo ello puede dar lugar a disrupciones o impactos en sus operaciones.
Por ello su resiliencia es clave, permitiendo a las empresas ser capaces de adaptarse a estas situaciones negativas. Entre ellas, la reducción del suministro, el paro de una fábrica, un desastre natural o una crisis sanitaria. La pandemia fue un buen ejemplo, pues las industrias pasaron a fabricar respiradores y los hoteles alojaron a sanitarios o personas en cuarentena. Esto mitigó posibles impactos negativos o reduciendo posibles pérdidas. Además, por otro lado, dio lugar a crecimientos en cuota de mercado frente a competidores incapaces de adaptarse.
El ejemplo de cadena de suministro resilente en Latinoamérica
“En América Latina varias compañías se reinventaron con resultados positivos como respuesta a la pandemia", enfatiza Juan Cartier, vicepresidente y jefe de Cadena de Suministro Digital y Soluciones de Manufactura en SAP América Latina y el Caribe, en un artículo en la web de la multinacional alemana. Cita como ejemplo fabricantes que" revisaron rápidamente sus modelos, encontraron nuevas fuentes de materias primas localmente y rediseñaron sus nuevos productos para acomodarse a lo que estaba disponible". O fabricantes que aprovecharon las restricciones para potenciar su canal de venta ‘online’.
Para él la resiliencia de la cadena de suministro es “la capacidad de cada uno de sus participantes para responder con agilidad a los cambios. Las empresas que superaron con éxito el desafío demostraron capacidades clave como planificación integrada, logística flexible, impulso al comercio electrónico y agilidad en la acción”.
Cómo hacer más resiliente la cadena de suministro
- Para mejorar la capacidad de respuesta de la cadena de suministro la primera clave es contar con una visión detallada y rigurosa de la misma, identificando interrelaciones y posibles debilidades.
- En segundo lugar, realizar un mapa detallado de riesgos, identificando aquellos a los que está expuesta cada actividad de la cadena, con el objetivo de minimizarlos. Esto puede hacerse siguiendo el mapa de riesgos del Foro Económico Mundial. Ejemplos de riesgos serían contar con un único proveedor de materias primas o componentes clave, depender de distintos proveedores localizados todos en una misma región, o no contar con proveedores alternativos a los actuales en caso de shock.
- Por último, establecer planes de contingencia que poner en marcha si tiene lugar una crisis. Por ejemplo, una fábrica de vehículos puede definir qué va hacer ante una caída de suministro de componentes.
En este sentido es muy relevante la colaboración de las empresas con sus proveedores, especialmente los más críticos, mapeando aspectos como su presencia geográfica, su viabilidad financiera o su performance ESG ('environmental, social and governance', por sus siglas en inglés) o impacto en huella de carbono.
El apoyo de las entidades financieras
En este sentido, entidades financieras como BBVA apoyan y ofrecen a sus clientes empresariales diversas soluciones que:
- Les ayudan a mejorar la viabilidad financiera de sus proveedores, permitiéndoles optimizar su liquidez disponible gracias al cobro anticipado de sus facturas, mejorando así su financiación de la compañía. Un ejemplo es la plataforma Global Supply Chain Finance
- Les ayudan a activar o incentivar la sostenibilidad en su cadena de suministro, haciéndola más resiliente y colaborando en reducir su impacto ambiental. Soluciones como Sustainable Supply Chain Finance incentivan a los proveedores más sostenibles con una tasa más baja a la hora de anticipar el cobro de sus facturas, valorando esa sostenibilidad en base a metodologías de evaluación basadas en los criterios ESG, o bien a todos los proveedores del programa de ‘confirming’ en caso de que el destino de los fondos sea financiar un proyecto o inversión ‘verde’.
De esta forma, los clientes no solo pueden mejorar su ‘performance’ medioambiental y reducir el riesgo del posible impacto regulatorio en su cadena de suministro, sino que además pueden conseguir cadenas de valor más resilientes, transparentes y sostenibles.