¿Qué es un coche híbrido y cuáles son sus características?
Un vehículo híbrido es cualquier automóvil que combina un motor eléctrico con un motor de combustión (por lo general, de gasolina). Reduce el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero y de partículas, aunque en porcentajes muy diferentes según la categoría. Su contribución con la sostenibilidad, el ahorro en el consumo, la conciencia medioambiental, los incentivos a la compra y al uso en ciudad, además de los límites de autonomía y los precios de los eléctricos puros, están incentivando la compra de este tipo de coche.
¡Suscríbete a nuestra 'newsletter' semanal de sostenibilidad!
Fue el estadounidense Henri Pieper quien desarrolló en 1899 el coche eléctrico. Apenas un año después, Ferdinand Porsche batió dos récords de velocidad con una serie de vehículos híbridos. Pero la irrupción del petróleo, y por lo tanto la masificación de los motores que lo usaban como combustible, apartó de la carrera a la propulsión eléctrica. Habría que esperar casi un siglo, hasta 1997, para que el mítico híbrido Toyota Prius tuviera éxito como producto de gran consumo. Los híbridos volvían para quedarse.
Descarga aquí el monográfico: 'Hacia una movilidad de cero emisiones'
La movilidad sostenible de los coches híbridos
Hoy son pocas las marcas generalistas sin al menos un modelo híbrido en el mercado. Además, en cada país, cada vez son menos las flotas públicas o de empresas que no se han electrificado o tienen pensado hacerlo. Los motivos no son solo el ahorro en consumos y mantenimiento, sino también aprovechar las ayudas gubernamentales a la movilidad híbrida o eléctrica pura.
¿Cuáles son las características de los coches híbridos?
En los híbridos convencionales (HEV), el motor principal es el de combustión y se ayudan de un pequeño motor eléctrico cuya batería se auto-recarga mediante un sistema de frenado regenerativo (que convierte la energía cinética en energía eléctrica, a diferencia del sistema normal que la desperdicia). En los híbridos enchufables (PHEV), el motor eléctrico es mayor. Además, la batería tiene capacidad para mover el vehículo por sí sola durante una determinada cantidad de kilómetros (entre 30 y 60, según modelos). Esta se recarga en la red eléctrica, ya sea en puntos de conexión públicos o en postes privados en los domicilios de los usuarios.
Hay una tercera categoría, aunque bastante menor, que es la de los híbridos de autonomía extendida. En este tipo de vehículos, el motor principal es el eléctrico, también enchufable. Además incorpora un pequeño motor de combustión que funciona como un grupo electrógeno para recargar las baterías y así ampliar la autonomía del vehículo.
Existen otras opciones, como los híbridos suaves o microhíbridos. Su sistema eléctrico de apoyo, de 48 voltios, no desarrolla suficiente potencia para mover el coche, pero permite despreocuparse de la batería porque sus pilas ayudan a encender y a apagar el motor de gasolina y le dan un pequeño empujón. No reducen gran cosa el consumo, pero a cambio son los híbridos más económicos, de ahí su nueva vigencia.
Los coches híbridos enchufables, los más versátiles
Para el RACE, los híbridos enchufables pueden considerarse los modelos más equilibrados. “Ofrecen un rango de utilización que permite aprovechar su autonomía en modo eléctrico en el día a día (especialmente en entornos urbanos, donde los desplazamientos medios no suelen superar unas pocas decenas de kilómetros diarios), incluso sin necesidad de que entre en funcionamiento el motor de combustión”.
Sea cual sea el sistema, los híbridos son más ecológicos que los de combustión en la medida en que el motor eléctrico permite un menor consumo de combustible fósil, aunque en porcentajes muy diferentes según la categoría. Los vehículos con motor eléctrico principal lógicamente resultan menos contaminantes que los híbridos convencionales.
La cantidad de emisiones, especialmente de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero causante del calentamiento global, también depende de otros factores como el origen de la energía eléctrica de los híbridos enchufables: si procede de centrales que usan combustibles fósiles como carbón y gas o por el contrario se genera en instalaciones de energías renovables como la eólica y la fotovoltaica. Igualmente, hay que considerar el impacto medioambiental en la producción, duración y reciclaje de las baterías de litio al final de su vida útil.
Menor huella de carbono
En este sentido, una investigación de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier (Alemania) asegura que “los coches electrificados pueden mitigar las emisiones de CO2, incluso si se consideran las emisiones indirectas de la generación de electricidad y la producción de baterías. Es probable que los costos de mitigación de CO2 continúen disminuyendo en el futuro a través del aprendizaje tecnológico (por ejemplo en la mejora de la eficiencia, la capacidad y duración de las baterías y los sistemas de escape que filtran emisiones y partículas) y una participación creciente de las energías renovables en la combinación de generación eléctrica”.
No obstante, el beneficio medioambiental dista mucho de reducirse a la cuestión del consumo en un producto tan complejo como un vehículo. Por eso la consultoría francesa Carbonexit, experta en las medidas de reducción de emisiones, asegura que “más allá de las discusiones sobre costos, infraestructuras de recarga, etc., es importante tener en cuenta que los automóviles eléctricos usan una cantidad significativa de recursos”. Su presidente, François Le Scornet, destaca que utilizan materiales finitos como litio, cobalto y níquel, cuya elevada demanda debido a la eclosión de este tipo de vehículos puede ser perjudicial para el medio ambiente. Algunas de sus piezas incorporan metales muy escasos como el neodimio, cuya extracción y refinamiento también implica costes medioambientales y sociales.
El factor humano en los vehículos híbridos
Por su parte, la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, indica en un informe que “los vehículos híbridos enchufables emiten en la práctica 2,5 veces más CO2 del que se supone que producen” en un escenario de uso óptimo. La razón es más humana que mecánica: “Aunque estos automóviles tienen el potencial de funcionar solo con la batería eléctrica, lo que permite un alcance de al menos 32 kilómetros con cero emisiones, los propietarios no los cargan a diario, como deberían, y terminan usando el motor de combustión”.
De hecho, muchos dueños de híbridos enchufables en el Reino Unido, país donde se elaboró el estudio, los compraron atraídos por las ayudas gubernamentales, pero sin una preocupación genuina o al menos prioritaria por el medioambiente. Este es un fenómeno que a menudo señalan expertos como el periodista Máximo Sant, cuando opina que sobre todo los híbridos convencionales suelen adquirirse para conseguir la etiqueta ecológica que concede ventajas al usuario (circulación en las ciudades, preferencia de aparcamiento, tarifas reducidas, etc.). Aún así, los 100% vehículos eléctricos están siendo cada vez más demandados ya que los costes, la autonomía y el coste de recarga los hace más competitivos frente a los híbridos.
El coste económico de los vehículos híbridos
La cuestión del coste económico también es clave en la popularización de los vehículos híbridos y su cálculo sopesa varios factores. Por un lado, el precio de un vehículo suele ser comparativamente mayor que uno equivalente de combustión, aunque esa distancia tiende a reducirse poco a poco.
Por otra parte, la energía eléctrica sigue siendo por lo general mucho más barata que la gasolina y ese ahorro en el repostaje en parte compensa la diferencia en la inversión, en función del uso del vehículo y el mercado energético de cada país. Además intervienen otros ingredientes como las ayudas a la compra o exenciones fiscales, que podrían mantenerse en la medida en que avanza el compromiso internacional con la descarbonización de la economía y la transición energética.
Pero más allá del factor gasto, prima el del respeto medioambiental y contribuir desde los hábitos de consumo a un modelo de movilidad más sostenible (según la Agencia Europea del Medio Ambiente, coches, furgonetas, camiones y autobuses acaparan el 70% de las emisiones atribuibles al transporte). No solo frente a la polución atmosférica, también en la contaminación acústica que el modo de conducción eléctrica reduce. Si bien esta ventaja introduce un contratiempo: el mayor riesgo de atropello a peatones por parte de vehículos más silenciosos.
Funcionamiento ECO de los coches híbridos enchufables
Otras características técnicas de los híbridos contribuyen a su mejor comportamiento medioambiental. Entre ellas, el ahorro que supone el sistema de freno regenerativo, además de los modos de conducción ECO que optimizan rendimiento y consumo, o el simple uso del motor eléctrico para una circulación urbana con continuos arranques y paradas (que suelen elevar el consumo de combustibles convencionales y además maltratan la mecánica) y desplazamientos a baja velocidad. Hay que tener en cuenta que, sea cual sea la categoría de híbrido, el encendido y el arranque del coche siempre corren a cargo del modo eléctrico.
La Universidad Politécnica de Worcester (Reino Unido) ha investigado los hábitos en el uso de este tipo de vehículos y señala algunos retos: “En general, la tecnología va en la dirección correcta, pero hay que trabajar mucho para afinarla. Los ingenieros deben desarrollar motores eléctricos más eficaces y con un mayor rango de velocidades, conseguir que los híbridos sean comparables a los vehículos convencionales en precio y rendimiento para que los consumidores comiencen a comprarlos a mayor escala y cumplan las expectativas generadas”.