¿Qué es mejor, un árbol natural o artificial en Navidad?
La temporada navideña llegó y con ella el planteamiento de un dilema que cada año se presenta en estas festividades: ¿qué árbol utilizar para los festejos, natural o artificial? No hay una respuesta sencilla ya que la pregunta lleva implícita una gran cantidad de aspectos; sin embargo, la solución podría encontrarse en el impacto medioambiental que tiene cada uno.
Es muy probable que, ante este dilema, la primera respuesta sea la elección de un árbol natural. Sin embargo, no siempre es la mejor decisión. Para poder clarificar esta situación, se puede considerar la huella de carbono que genera cada tipo de árbol, como un elemento clave para tomar una decisión desde la perspectiva sostenible. Hay que tener en cuenta que la huella de carbono generada dependerá de las decisiones personales que se tomen para la compra y desecho del árbol.
Árboles naturales
En la elección de utilizar un árbol natural, lo primordial es que quien suministre el árbol, es decir, el vendedor, cuente con la certificación ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), ya que de esta forma se puede garantizar que el árbol no proviene de una tala ilegal y que su origen es de una zona o locación que tiene permitido el cultivo y la comercialización.
Asimismo, se debe procurar que el origen de los árboles sea un lugar razonablemente cercano ya que en caso de que su origen sea otro país, se deben tomar en cuenta los costos medioambientales para su traslado, (que pueden ser mayores que el propio producto); además, se deben considerar los beneficios locales que se generan para los ejidatarios, comuneros y plantadores que se dedican a esta actividad.
si únicamente se desecha y termina en un vertedero de basura, producirá gas metano a razón de 16 kg de CO2e
Una vez que las festividades concluyan, el retiro del árbol natural determinará qué tan buena decisión fue. De acuerdo con el portal CarbonTrust si el árbol se convierte en astillas y se esparce en un jardín o área verde, generará una huella de carbono estimada de 3.5 kg de CO2e. Por el contrario, si únicamente se desecha y termina en un vertedero de basura, producirá gas metano a razón de 16 kg de CO2e considerando un árbol de 2 metros de altura y sin raíces. Entonces es importante no solo tirar a la basura el árbol, hay que asegurarse de entregarlo a empresas u organismos formales que los reciclen o bien llevarlos a los centros de acopio que se disponen en estas fechas y que garantizan que serán tratados adecuadamente.
Actualmente existe una modalidad de economía circular para los árboles de navidad, en este modelo, los árboles se rentan. Una vez entregados en el hogar el cuidado es sencillo, solo se deben de regar frecuentemente, usar focos led para evitar el calor, no poner demasiados adornos y elegir un lugar adecuado en la casa. Estos árboles se regresan al terminar la temporada y posteriormente pueden utilizarse para reforestar, actividad que también puede ser llevada a cabo por la familia que lo rentó previamente, generando una mayor conciencia en la misma, además de la satisfacción de estar participando activamente en el cuidado del medio ambiente.
¿Y los árboles artificiales?
Fabricados con plástico y materiales contaminantes, en este punto parecen poco atractivos, si además se considera que pueden estar elaborados en países lejanos (como China) por lo que también habría que sumar las emisiones generadas para su traslado, entonces, ¿no son una opción? La respuesta se encuentra en su tiempo de uso y en el reciclaje.
CarbonCredits estima que la huella de carbono de un árbol artificial es de 40 kg de CO2e, comparando este dato contra las emisiones de un árbol natural, hecho astillas (3.5 kg de CO2e), la diferencia es significativa. Entonces un árbol artificial debería de utilizarse al menos 12 años para ser una mejor opción que la alternativa natural. Sin embargo, comparado con tirar un árbol natural al vertedero (16 kg CO2e), el plazo es de tres años, de tal forma que quien usa un árbol natural y lo tira a la basura sin asegurar su reciclaje está generando más CO2e que una persona que utiliza su árbol artificial por muchos años.
un árbol artificial debería de utilizarse al menos 12 años para ser una mejor opción
Esta diferencia pone en perspectiva la importancia de reciclar correctamente un árbol natural o bien de utilizar por un tiempo prolongado el árbol artificial que, al ser desechado, debe entregarse a una entidad que lo recicle correctamente, de lo contrario tardaría más de 100 años en degradarse.
Una tercera alternativa
Otro camino a seguir es hacer uso de la creatividad y de otros elementos navideños que sustituyan el uso tradicional del árbol. Algunas alternativas pueden ser decorar el hogar con árboles luminosos de LED o bien decorar un cactus o una planta en casa, utilizar ramas secas largas y curvadas para que se puedan colgar figuras y adornos, elaborar una silueta de árbol de navidad en una pared llenándola con fotografías familiares, así como cualquier otra idea que sustituya la necesidad de un árbol natural o artificial y que mantenga la tradición familiar.
En conclusión, no existe una respuesta universal y contundente para decidir qué tipo de árbol es mejor para celebrar la Navidad; sin embargo, existe un criterio claro en cuanto al compromiso que se debe asumir para que en el caso de árboles naturales se garantice su reciclaje y que no llegue a un vertedero. En el caso de los artificiales, garantizar su uso por al menos 12 años y al final de su vida útil asegurar su correcto reciclaje.
¿Cómo seguir colaborando con el medioambiente después de la Navidad?
Las actividades del ser humano generan una huella de carbono de la cual no siempre se tiene conciencia, además que, de querer conocerla, se necesitaría invertir tiempo en hacer cálculos y estimaciones de forma individual. Para facilitar esta información, la App BBVA Mx cuenta con una calculadora de huella de carbono, que considera los gastos efectuados en tarjetas de crédito y débito, así como de pagos domiciliados de gas, luz y gasolina.
Con esta información, de forma automática la app proporciona al cliente de la institución el impacto ambiental en unidades de CO2 y también ofrece equivalencias que traducen ese impacto en ejemplos, como los metros cuadrados de un incendio forestal, la importación de productos de otros países, viajes en avión, etcétera. Estas medidas ayudan a generar una mayor claridad del impacto de las actividades, pero la aplicación del banco no se queda ahí, también proporciona sugerencias que pueden invitar a la persona a adoptar cambios en el consumo y actividades que contribuyan a disminuir el impacto en el medioambiente. Finalmente, ayudar al planeta es una actividad en la que cada individuo puede colaborar adoptando medidas más sostenibles, como a la hora de elegir un árbol de Navidad.