¿Qué es la sostenibilidad social? La importancia de que existan oportunidades para todos

La publicación en 1987 del Informe Brundtland (titulado en realidad 'Nuestro futuro común') fue todo un hito histórico. En respuesta a la continua preocupación por el deterioro de la capa de ozono, el calentamiento global y otros problemas medioambientales asociados con el aumento del nivel de vida de la población mundial y la industrialización, en 1983 se creó la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que se encargó de publicar este informe con el sobrenombre de su presidenta, la también expresidenta de Noruega y exdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Brundtland.

Por primera vez se registraba el concepto de desarrollo sostenible y se daba por fin visibilidad a la problemática económica, social y medioambiental. Era un programa global para el cambio que proponía estrategias de sostenibilidad de cara al año 2000: “Está en manos de la humanidad hacer que el desarrollo sea sostenible, duradero y que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”.

Efectivamente, la sostenibilidad se sigue concibiendo de la misma manera hoy en día y el concepto sigue haciendo énfasis en la búsqueda del equilibrio entre el respeto al medioambiente, el crecimiento económico y el bienestar social.

El caso concreto de la sostenibilidad social hace referencia a la búsqueda del fortalecimiento de la cohesión y la estabilidad de las poblaciones y a su desarrollo vital. Y se aplica a sectores sociales o poblaciones en situación de desventaja con respecto a las demás o que se encuentran desprotegidas de algún modo, y eso es algo que debemos tener muy presente en nuestro comportamiento diario como personas individuales, como miembros de nuestra comunidad o como trabajadores de una empresa.

El importante rol de las empresas para la sostenibilidad social

La sostenibilidad social también se relaciona con la ampliación de las oportunidades para todos, en el presente y en el futuro. Junto con la sostenibilidad económica y ambiental, es clave para reducir la pobreza y promover la prosperidad compartida.

El bienestar social es un objetivo esencial en la sostenibilidad del planeta y precisamente las empresas tienen un papel importantísimo en ello. Su forma de relacionarse con las comunidades donde operan es esencial para conseguirlo y hacer que esa comunidad se desarrolle.

Las empresas españolas están a la vanguardia en esta materia. Como informa el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, nueve de cada diez grandes empresas españolas reportan sus políticas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad en sus informes anuales; un 29 % reconoce el impacto del cambio climático en su negocio, pero no lo cuantifica; más de la mitad de las grandes empresas aplican modelos de verificación de sus acciones en responsabilidad y Sostenibilidad y ocho de cada diez reconoce los Derechos Humanos como una cuestión de negocio.

Pero ¿qué implica para una empresa comprometerse con su responsabilidad social?

• Se toma en consideración cómo las actividades de la empresa afectan a las personas.
• Se trata de evitar que los negocios supongan un coste humano.
• Se buscará la seguridad de los trabajadores y su bienestar.
• No se comprometerá su salud ni la de las comunidades.

Una empresa sólida financieramente, que respete los derechos laborales y se comprometa con la preservación del medioambiente conseguirá trabajadores más satisfechos y productivos, clientes y proveedores más fieles y una sociedad dispuesta a apoyarla en situaciones complicadas. Será, probablemente, una empresa más rentable y menos arriesgada a largo plazo.

Hay muchos ejemplos. La empresa Auara, que se dedica a vender agua mineral, colabora al mismo tiempo a la potabilización de agua en determinados lugares. Esta labor se realiza mediante la cooperación con varias ONG como es el caso de Ayuda en Acción. La empresa también realiza una labor de reciclaje y optimización de consumo energético. O Harineras Villamayor, una pyme española pionera porque apostó por tomar las decisiones de forma consensuada y democrática, y también por su política de empleo estable: el 95 % de los trabajadores son fijos. O Filo Diretto, una aseguradora italiana que presta un servicio generalista y aporta un 1 % de sus beneficios a proyectos de apoyo sanitario y de protección de menores en riesgo de exclusión. Además, promueve la donación de entre el 5 y el 10 % de sus comisiones.

Un nuevo departamento de prácticas mundiales denominado Sostenibilidad e Inclusión Social (SIS) refleja la importancia que se asigna a eliminar las barreras al desarrollo y a hacer mayor hincapié en las personas que han quedado excluidas de las oportunidades económicas y sociales. Se sustenta sobre estos cinco pilares:

• La sostenibilidad social remite a sociedades inclusivas y resilientes, donde los ciudadanos pueden manifestarse y los Gobiernos responden.  El Departamento de Prácticas Mundiales de Sostenibilidad e Inclusión Social ayuda a las personas marginadas y vulnerables a superar los obstáculos que les impiden participar plenamente en la sociedad y respalda los esfuerzos de los individuos por determinar su propio futuro.

• La inclusión social hace referencia a la creación de oportunidades para todas las personas y al tratamiento de desigualdades sistémicas profundamente arraigadas. A nivel mundial, la pérdida de la riqueza de capital humano debido a la desigualdad de género asciende aproximadamente a 160,2 billones de dólares. Los afrodescendientes continúan sufriendo niveles considerablemente más altos de pobreza (un valor 2,5 veces más alto en América Latina). El 90 % de los niños con discapacidad de los países en desarrollo no asiste a la escuela. En muchos países, resulta especialmente difícil abordar la exclusión, la discriminación y la violencia que sufren las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI). Hasta la fecha, el 70 % de los países continúa considerando la homosexualidad como un delito.

• El empoderamiento consiste en ayudar a las personas a que sean capaces de buscar soluciones por sí mismas. El elemento central de la labor operacional son los programas de desarrollo impulsados por cada comunidad, que empoderan a las comunidades para que sean arquitectas de sus propias respuestas de crecimiento y reducción de la pobreza.

• Para crear sociedades resilientes se necesita trabajar en los entornos más frágiles y adversos. En los últimos años se han redoblado los esfuerzos por abordar la violencia de género proporcionando más de 300 millones de dólares para operaciones destinadas a afrontar este problema. La labor en materia de desplazamiento forzado en Kenya, Uganda, Etiopía y Djibouti también incluye un componente relativo a violencia de género. En Myanmar, por ejemplo, esto implica ayudar al país a recuperarse de múltiples conflictos (en algunos casos, de décadas de duración) a través del Proyecto Nacional de Desarrollo Impulsado por la Comunidad, que alcanzó a más de 7 millones de beneficiarios de 63 localidades.

• El Marco Ambiental y Social (MAS) es una parte integral de la sostenibilidad social. El MAS constituye una parte integral de los tres pilares básicos de la sostenibilidad social: inclusión, empoderamiento y resiliencia. ¿Qué significa esto en la práctica? En términos de inclusión, esto implica, por ejemplo, aprovechar el MAS en Senegal para diseñar servicios de transporte más inclusivos. En Bangladesh, significa utilizar el MAS para ofrecer a las mujeres rohinyás desplazadas espacios seguros, apoyo psicológico y servicios de atención de partos y de derivación de casos.

La Agenda 2030 de Naciones Unidas indica la necesidad de incidir en la sostenibilidad social para que el desarrollo sea realmente sostenible. Dentro de la estrategia de sostenibilidad, los aspectos sociales tienen una gran importancia. La ONU prioriza los siguientes puntos:

• Erradicación de la pobreza.
• Trabajo digno.
• Igualdad de género.
• Inclusión social para personas con capacidades diversas.
• Atención sanitaria universal.
• Acceso al agua potable y al saneamiento integral.
• Acceso universal a la educación y formación.
• Respeto a los derechos de los pueblos indígenas.

BBVA y su compromiso social

Con la sostenibilidad como una de sus seis prioridades estratégicas, BBVA destinará 550 millones de euros a iniciativas sociales para apoyar el crecimiento inclusivo en los países en los que está presente. Con el plan 2021-2025, BBVA aspira a responder a los desafíos sociales más importantes en cada región desde tres focos de actuación: reducir la desigualdad y promover el emprendimiento; crear oportunidades para todos a través de la educación.