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¿Qué es la etología y qué nos enseña sobre los animales?

La etología es la rama de la biología que investiga el comportamiento de los animales, de los salvajes y también de las mascotas. En los últimos años ha avanzado tanto que ya podemos saber cómo se adaptan al entorno y cómo les afecta la contaminación o el cambio climático, cuáles son más resilientes y los que sufren más.

¿Qué es la etología y qué nos enseña sobre los animales?

Hace ya casi un siglo, el zoólogo austríaco Konrad Lorenz realizó un experimento que comenzaba de forma aparentemente sencilla: observando huevos de aves. Descubrió que cuando las crías de ganso rompían el cascarón, se fijaban en su madre y comenzaban a seguirla e imitarla. De esta manera creaban de forma casi inmediata un vínculo que duraba toda la vida.

Pero sus descubrimientos no acabaron ahí. Lorenz percibió que, en los casos en los que los gansos le veían a él en primer lugar al salir del cascarón, también comenzaban a seguirlo y a imitarlo. Lorenz teorizó sobre este patrón de aprendizaje y comportamiento, y sus teorías ayudaron a crear las bases de una nueva disciplina científica: la etología.

La etología es la rama de la biología que investiga el comportamiento de los animales. Su estudio nos ha permitido entender mejor las decisiones que toman nuestras mascotas y la conducta de los animales salvajes. Hoy, la etología nos permite comprender también hasta qué punto el cambio climático y otros problemas medioambientales pueden condicionar la vida de los animales de todo el planeta.

La huella de la etología

“La etología se compone de dos ramas: la general, que estudia las conductas de los animales, y la clínica, que busca dar soluciones a los posibles problemas de comportamiento”. Así lo explica Stefanía Pineda, doctora en Veterinaria especialista en Etología clínica y profesora en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). “Se trata de una rama de la ciencia muy interesante, que toca la biología, la psicología, la veterinaria, la zoología y hasta la psiquiatría animal”.

¿Qué es la etología y qué nos enseña sobre los animales?

Los antecedentes de la etología se remontan a los estudios de Darwin, que en su libro ‘El origen de las especies’ explicó no solo el proceso de evolución de los animales, sino también cómo estos adaptan sus conductas a las diferentes circunstancias. “Luego entraron en juego Pavlov, Skinner y muchos otros psicólogos que se centraron en las conductas de aprendizaje”, añade Pineda.

Entre otros nombres destacados en el estudio del comportamiento de los animales está el de Jane Goodall, la primatóloga que reportó por primera vez que los chimpancés usan herramientas para conseguir alimentos. Está también el de Temple Grandin, una zoóloga y etóloga estadounidense que se centró en los animales domésticos.

“Grandin ha hecho aportaciones muy interesantes a la etología: sentó las bases para conseguir que las vacas entren en las salas de ordeño de las granjas de forma tranquila y dio claves muy importantes sobre la forma de pensar y la conducta de los animales. Su trabajo ha transformado muchas de las ideas que se tenían hasta el momento sobre su comportamiento”, explica la profesora de la UCM.

De acuerdo con Pineda, la etología ha avanzado mucho en los últimos años. “Se ha logrado descubrir, por ejemplo, que los animales siempre realizan acciones para conseguir algo. Buscan un refuerzo, que puede ser social, alimenticio o de otro tipo. Gracias a la técnica de ensayo y error, los animales van adoptando conductas y creando un aprendizaje”, explica Pineda.

“Cuando los animales hacen algo y el resultado es negativo, lo tienen en cuenta para no repetirlo en el futuro. Y si el resultado es positivo, lo vuelven a hacer. Además, muchas conductas adaptativas se transmiten de generación en generación, lo que ayuda a que muchos animales sobrevivan como especie en la naturaleza”, añade la experta.

¿Qué es la etología y qué nos enseña sobre los animales?

La adaptación al entorno

Uno de los objetivos de la etología es conocer mejor cómo los animales se adaptan a su entorno y a las circunstancias que los rodean. La conducta trófica, la conducta reproductiva, la conducta social e incluso la conducta de descanso y confort se desarrollan en relación con su contexto.

En este sentido, uno de los aspectos que más han influido en el comportamiento de los animales es su relación con el ser humano. “Con la domesticación se genera un vínculo, un apego que influye en los comportamientos de los animales. Incluso en los de los gatos, unos animales de los que se pensaba que no dependían en absoluto de los humanos, pero que han cambiado mucho su comportamiento debido a la domesticación”, señala Pineda.

En las últimas décadas, los ecosistemas en los que viven la gran mayoría de los seres vivos del planeta han comenzado a sufrir una serie de cambios importantes y rápidos debido a la acción humana. La contaminación, los cambios en los usos del suelo o las consecuencias del cambio climático (como el aumento de las temperaturas, la subida del nivel del mar y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos) provocan alteraciones que afectan a los animales.

¿Cómo afecta el cambio climático al comportamiento de los animales?

“El cambio climático afecta ya no solo al animal como individuo, sino también como especie”, explica Pineda. “Los casos de temperaturas extremas o inundaciones, por ejemplo, pueden provocar escasez en la alimentación y alterar los ritmos de cacería, la conducta social, los ritmos reproductivos y las migraciones. Tenemos el ejemplo de algunos mamíferos marinos que, cuando hay alteraciones en el clima, se pierden, no llegan a los lugares a donde acuden a reproducirse”, añade.

De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Helsinki, la variación en la disponibilidad de recursos y alimentos es una de las principales causas de cambios de comportamiento. A menudo, estos cambios afectan a todo el ecosistema: por ejemplo, al reducirse la cantidad de agua disponible, las plantas tienen menos nutrientes. Esto influye en la alimentación de los herbívoros y puede determinar sus tasas de natalidad y mortalidad, condicionando así al resto del ecosistema.

No obstante, no todos los animales sufren por igual los cambios en su entorno. Los zorros y los mapaches, por ejemplo, tienen la habilidad de adaptarse a diferentes ambientes y cambiar su alimentación en función de lo que les ofrezca cada contexto. De este modo, sufren menos las alteraciones en los ecosistemas.

De acuerdo con un estudio liderado por la UCM, al otro extremo de la balanza se encuentran las especies especialistas, aquellas que solo sobreviven en un bioma concreto. Un ejemplo son los osos panda, que se alimentan únicamente de las hojas de bambú. Si la disponibilidad de bambú se reduce (o desaparece), su supervivencia se ve gravemente amenazada. Lo mismo sucede con los koalas, que basan su alimentación en hojas de eucalipto.

De las mariposas monarca a nuestras mascotas

En ocasiones, las especies no tienen la capacidad de adaptarse a los cambios en su entorno. En 2022, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló las tres primeras especies que se han extinguido debido al cambio climático antropogénico: se trata de un roedor que vivía en unas remotas islas de Australia, una zarigüeya (también de Australia) y un sapo endémico de Costa Rica.

En los últimos años, hemos visto muchos ejemplos de animales que cambian su comportamiento para adaptarse a las nuevas condiciones que impone el cambio climático. Pingüinos que tienen que alejarse cada vez más de los nidos de sus crías para encontrar alimento en aguas más frías, mamíferos que se mudan a otras regiones más frescas o mariposas que retrasan el momento de comenzar sus migraciones son solo algunos de ellos.

Cuando pensamos en las consecuencias del cambio climático para los animales, a menudo nos centramos en la fauna salvaje, pero lo cierto es que afecta también a las mascotas. “Hemos notado que, si hace más frío, aumentan las conductas de juego y están más tiempo despiertos. Si hace calor, sucede lo contrario, bajan su actividad. De un modo u otro, las conductas ligadas a los ritmos biológicos se alteran”, explica la profesora de la UCM. “Al final, los primeros afectados por cualquier cambio que haya en la naturaleza son los animales”.