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¿Qué es la economía azul y cuáles son sus características? Lo que el mar ofrece

El futuro del ser humano depende de la gestión sostenible de todo lo que nos ofrece el mar, de la llamada economía azul. Además de transportar la energía solar, los océanos conectan ecosistemas y son grandes sumideros de dióxido de carbono (CO2).

¿Qué es la economía azul y cuáles son sus características? Lo que el mar ofrece

Son apenas un puñado de marcas sobre la arena. Pero son las huellas de una historia fascinante: la del primer animal en la historia del planeta que se aventuró fuera del agua. Las señales indican que este ser vivo, una especie de ciempiés del tamaño de una langosta, tenía patas y arrastraba su cuerpo. No se sabe para qué abandonaba la protección del agua ni si había habido otros pioneros antes que él. Pero sí que emprendió ese viaje hace unos 530 millones de años.

En aquel entonces, la vida bullía ya bajo la superficie de los océanos. Desde que los primeros microbios aparecieron hace 3.500 millones de años y las primeras cianobacterias empezaron a bombear oxígeno

hace 2.500 millones, la vida prosperó en el agua. Fuera de los ecosistemas líquidos, el mundo siguió siendo hostil durante miles de millones de años. La historia de la colonización de la superficie terrestre es algo mucho más reciente, pero su éxito fue mucho más rápido.

Hoy, el 86 % de la biomasa del planeta prospera en la tierra (sobre todo, gracias a la vida vegetal, el 99 % de la cual está fuera de los océanos). Aun así, todo en el planeta azul nos conecta de una forma u otra al mar. Incluso los seres humanos, que con nuestros sistemas y tecnologías parecemos querer avanzar al margen de la naturaleza, seguimos profundamente ligados a los océanos. De hecho, nuestro futuro depende en gran medida de la gestión sostenible de todo lo que nos ofrece el mar, de la llamada economía azul.

'Podcast': Economía azul para un planeta verde

00:00 20:03

El 97 % del agua del planeta está en los océanos. Aunque la mayoría de seres vivos estemos en tierra, necesitamos ese agua para sobrevivir. El ciclo del agua es el motor de vida del Planeta. El agua nos llega a través de la evaporación oceánica y la lluvia que forman parte de los complejos sistemas climáticos de la Tierra. Los océanos, además, transportan la energía que recibimos del sol por todo el planeta y son la vía de conexión natural para todos los ecosistemas terrestres. Y los océanos son, también, grandes sumideros de carbono: una de cada tres toneladas de dióxido de carbono (CO2)emitidas por las sociedades humanas ha acabado, hasta ahora, almacenada bajo la superficie.

Para los humanos, los océanos son también clave. El 40% de la población global vive cerca de las costas, un porcentaje que se estima irá en aumento en las próximas décadas. Y el pescado es una de las fuentes de alimento más importantes (suma el 17 % de todas las proteínas ingeridas en el mundo y más del 50 % en los países en vías de desarrollo). De hecho, más de 260 millones de personas trabajan directamente en la pesca y la acuicultura y la ONU estima que las actividades económicas ligadas a los océanos generan entre tres y seis billones de dólares al año.

¿Qué es la economía azul y cuáles son sus características? Lo que el mar ofrece

La economía azul va todavía un paso más allá de todo esto. Según el Banco Mundial, el término se utiliza para referirse a todos los sectores económicos y las políticas que en conjunto determinan si el uso de los recursos oceánicos es sostenible. Además, la economía azul busca promover el crecimiento económico, la inclusión social y la preservación de los medios de subsistencia y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad de los océanos y las zonas costeras.

“Los sectores de la economía azul incluyen, entre otros, los recursos vivos marinos, la extracción marina de recursos no vivos, el transporte marítimo, las actividades portuarias, la construcción y reparación naval y el turismo costero”, señala Darío Bernal Casasola, coordinador general del Campus de Excelencia Internacional Global del Mar (CEI·Mar). “En todos ellos aparecen como denominador común la innovación y el desarrollo de nuevos productos”.

Las cifras de la economía azul

La actividad económica de los sectores citados por Bernal Casasola emplea, solo en la Unión Europea (UE), a 4,5 millones de personas; y genera un volumen de negocio de 650.000 millones de euros al año. Según el Blue Economy Report 2021 de la UE, el sector de los recursos marinos vivos (la pesca y la acuicultura) sigue siendo el más fuerte, pero en los últimos años han emergido también otras actividades importantes en pro del medioambiente, como la producción de energías renovables en entornos marinos.

Los beneficios económicos son igualmente destacados en todo el mundo. Sin embargo, la sostenibilidad de la mayoría de estas actividades no está garantizada a largo plazo. El calentamiento y la acidificación de los océanos (producto de las emisiones de CO2), así como la sobreexplotación de los caladeros, están reduciendo la capacidad de regeneración de los recursos pesqueros. Menos de la mitad de las áreas marinas consideradas clave para la biodiversidad está protegida. Y las zonas muertas ­–provocadas por el exceso de fertilizantes en las aguas costeras y la eutrofización– se han duplicado en todo el mundo en la última década.

La ONU, que en su Agenda 2030 establece el objetivo de conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, estima que, para solucionar estos desafíos, es necesario incrementar la inversión en investigación científica y tecnológica marina, algo a lo que hoy apenas se dedica el 1,2 % del presupuesto global de investigación.

“Actualmente, se destina una pequeña cantidad de los fondos para el clima y el desarrollo a las inversiones en economía azul”, añade Bernal Casasola. “Pero la sostenibilidad es una obligación y un hilo conductor transversal en las estrategias de todos los sectores de actividades relacionados con la economía azul. Un modelo de economía azul debe propiciar crecimiento económico de manera inclusiva con las comunidades locales y a su vez frenar la degradación ambiental. Esto implica reformular los modelos de desarrollo de manera que valoricen no solo las actividades económicas en sí mismas, sino también a los servicios ecosistémicos del océano”.

¿Qué es la economía azul y cuáles son sus características? Lo que el mar ofrece

 Los muchos beneficios de los océanos

“La economía azul utiliza toda la potencialidad que tienen las aguas marinas para generar recursos sostenibles y que puedan ser canalizados para el desarrollo territorial de los estados”, señala el coordinador general de CEI·Mar.  “Esto incluye la utilización óptima y eficiente de los recursos y el desarrollo sostenible, inclusivo, armonioso y respetuoso con el medioambiente”. Pero los océanos aportan muchos otros beneficios más allá de los estrictamente económicos, servicios ecosistémicos que sirven para mejorar la calidad de vida de las personas y el resto de los seres vivos.

Según la ONU, los ecosistemas marinos mantienen la salud del planeta y sostienen el bienestar social a través de los siguientes servicios ecosistémicos:

  • La vida que contienen genera la mitad del oxígeno que respiramos y absorbe el 26 % de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano.
  • Las dinámicas oceánicas determinan en gran medida los patrones climáticos globales y contribuyen a regular el transporte de calor en el planeta.
  • La pesca no solo es una actividad económica, sino que es uno de los escudos frente a la inseguridad alimentaria en los países de ingresos más bajos.
  • Los ecosistemas costeros y las zonas intermareales son las barreras más efectivas de las poblaciones costeras frente a la subida del nivel del mar y el impacto de las tormentas.
  • Los océanos son, además, fuente de cultura y un elemento de identidad poderoso para la mayoría de los pueblos del planeta.

Los pilares de la economía azul

Asegurar la sostenibilidad medioambiental y social de todas las actividades económicas que hoy giran en torno a los océanos es una tarea compleja. Para abordarla, existen muchos enfoques, pero uno de los más aceptados a nivel global es el desarrollado por WWF ya en 2015. Según este, una economía azul debe:

  • Brindar beneficios sociales y económicos a las generaciones actuales y futuras. Debe lograrlo reforzando el sistema alimentario, la seguridad, la erradicación de la pobreza o la salud, entre otros aspectos.
  • Restaurar, proteger y mantener la diversidad, la productividad, la resiliencia, las funciones básicas y los recursos de valor de los ecosistemas marinos.
  • Basarse en tecnologías limpias, energías renovables y flujos circulares de materiales. Solo así se logrará la estabilidad social y medioambiental a largo plazo, dentro de los límites planetarios.
  • Estar regida por procesos públicos y privados que sean inclusivos, basados en información objetiva, responsables, transparentes, innovadores y con visión a largo plazo.

Los océanos fueron claves en la aparición de la vida en el planeta Tierra. En ellos nacieron también los primeros colonizadores de la tierra con minúsculas. Y de ellos sigue dependiendo la estabilidad de todo el sistema global, más de 3.500 millones de años después. Asegurar la sostenibilidad de las actividades que los humanos desarrollamos alrededor de los océanos es asegurar también la sostenibilidad de un futuro común para todos los habitantes del planeta.