¿Qué es la diversidad cultural y qué importancia tiene en nuestros días?
La diversidad de culturas hace referencia a la convivencia e interacción en armonía y respeto mutuo entre varias culturas que coinciden en un mismo lugar y tiempo. Un concepto de cultura que hace referencia al modo de vida, tradiciones, lenguaje, creencias, gastronomía, etc. que caracterizan a un grupo de personas. Según UNESCO, “la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos”.
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Precisamente la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, que se remonta a 2001, establece 12 artículos referidos a este derecho universal de todos los ciudadanos. En ella, se expone que “la cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad. De hecho, la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras”.
Por lo tanto, los 12 artículos de la Declaración Universal de la Unesco son:
1. La diversidad cultural es patrimonio común de la humanidad.
2. De la diversidad cultural al pluralismo cultural.
3. La diversidad cultural, factor de desarrollo.
4. Los derechos humanos, garantes de la diversidad cultural.
5. Los derechos culturales, marco propicio para la diversidad cultural.
6. Hacia una diversidad cultural accesible a todos.
7. El patrimonio cultural, fuente de creatividad.
8. Los bienes y servicios culturales, mercancías distintas de las demás.
9. Las políticas culturales, catalizadoras de la creatividad.
10. Reforzar las capacidades de creación y de difusión a escala mundial.
11. Forjar relaciones de colaboración entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil.
12. La función de la UNESCO. Por su parte, su compromiso comporta promover la integración de estos principios, ser un referente para Estados, organismos internacionales, sociedad civil y sector privado, facilitar un plan de acción.
Además, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002. Dicha jornada tiene como objetivo señalar la necesidad y la urgencia de dar valor a la diversidad cultural y luchar contra la división entre culturas, que es la primera causa de conflicto en el mundo.
La diversidad cultural es una parte importante como fuerza que impulsa el desarrollo, no solo económico, sino como forma de enriquecer la vida de las personas. Además, es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible. Por ello, las diferencias cuentan con un potencial positivo y suponen un complemento único para crear soluciones que permitan convivir en los entornos naturales y sociales.
La diversidad cultural como una ventaja
Descubrir que la diversidad supone una ventaja competitiva es, de cara a la Agenda 2030, la línea a seguir. Porque los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible se pueden alcanzar si se aprovechan los valores y la creatividad de las distintas culturas del mundo. Los bancos del Grupo en los diferentes países han promovido la cultura local a través de una gran diversidad de actividades. Estos programas e iniciativas tienen un impacto directo en el ODS 4 (Educación de calidad), ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura) y ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles).
La diversidad cultural, clave en las empresas
Diversidad e inclusión deben de ser parte del ADN de una compañía. En empresas como, por ejemplo, Apple, parecen haberlo tenido siempre muy claro. Nombrada en 2018 como la organización más innovadora del mundo, según Fast Company, en su ADN tiene una de las claves para su éxito: “La compañía más innovadora también tiene que ser la más diversa. Nosotros tomamos un punto de vista holístico de la diversidad, que va más allá de las mediciones usuales. Un punto de vista que incluye la variedad de perspectivas de nuestros empleados, así como, también, los de desarrolladores de aplicaciones, proveedores y cualquiera que aspire a un futuro en la tecnología. Porque nosotros sabemos que las nuevas ideas provienen de maneras diversas de ver las cosas”. Toda una declaración de intenciones que ha marcado la trayectoria de la ‘manzana’.
José Antonio Gallego, responsable de Diversidad de BBVA, lo expresa así: “Asegurar un entorno de trabajo diverso, en el sentido más amplio del término, permite adaptarse mejor a las necesidades del conjunto heterogéneo de clientes y ofrecer un servicio más completo. Por ello estamos desarrollando una serie de iniciativas que fomentan la inclusión de aquellos grupos menos representados en la plantilla o que pueden tener más dificultades de acceso y promoción”.
En un estudio de Deloitte, ‘La revolución de la diversidad y la inclusión’, sus autoras, Juliete Bourke y Bernardette Dillon, exponen ocho axiomas imprescindibles, pero los que más inciden en la importancia de la diversidad como motor no solo de la economía sino también del respeto y la evolución son dos:
- La diversidad de pensamiento es la nueva frontera y su valor es indiscutible.
- La diversidad sin inclusión no es suficiente. Porque las organizaciones con culturas incluyentes multiplican por dos sus posibilidades de alcanzar sus objetivos financieros, por seis su capacidad de innovación, y por ocho su posibilidad de lograr sus objetivos de negocio.
Y es que la inclusión supone ser tratado equitativamente y con respeto, sentirse valorado, seguro, abierto, empoderado y parte de un todo.