¿Qué es el ecocidio? El daño a la naturaleza y sus consecuencias
El número de delitos contra el medioambiente en los últimos 40 años es abrumador y las consecuencias para la humanidad, devastadoras. Hasta ahora, estos casos acaban en la justicia civil, y las condenas solo en multas.
El desastre nuclear de Chernobyl en 1986; el vertido de la petrolera Exxon Valdez en Alaska en 1989; el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon de la petrolera británica British Petroleum en 2020; 80 millones de personas desplazadas por megaproyectos (represas y embalses) entre 1950 y 2015 en China y 65 millones en la India entre 1947 y 2010; el vertido de más 20.000 toneladas de combustible en el círculo polar ártico por el derrumbe de un depósito de combustible de la central termoeléctrica en la ciudad de Norilsk; el accidente químico de 1984 en Bhopal (India), la rotura de la balsa minera de Aznalcóllar, propiedad de la empresa sueca Boliden, en 1998; el accidente nuclear de Fukushima (Japón) en 2011, la tala ilegal continuada de árboles de la Amazonía brasileña… La lista de casos de ecocidio podría alargarse hasta el infinito.
No todo el mundo las recordará todas, pero si ya se han cumplido los 40 años es muy posible que haya miles de personas que no tengan que buscar en los archivos de los desastres ecológicos ninguna de estas catástrofes. Las tenemos muy presentes.
Muchas de ellas han segado vidas humanas. Otras, flora y fauna. Y han dejado su marca en el ecosistema durante quién sabe cuántos años: suelos en los que no se podrá cultivar, árboles muertos, aguas contaminadas, aire tóxico…
Ecocidio: un desastre ambiental
El ecocidio es el daño masivo y la destrucción de los ecosistemas, es decir, un daño grave a la naturaleza de forma generalizada o a largo plazo. Los juristas más prestigiosos relacionados con este tema, como recoge Stop Ecocidio, lo han definido de diferentes maneras, aunque todas coinciden en poner encima de la mesa un problema que está cambiando el mundo. Por ejemplo, la senegalesa Dior Fall Sow, exfiscal internacional de la ONU, insiste: “Reconocer el ecocidio como un crimen internacional es el enfoque más adecuado para luchar contra la impunidad de este crimen y sus autores".
“El ecocidio como crimen internacional ha permanecido invisibilizado. Reconocer el ecocidio es dar voz a las víctimas frente a los responsables de los crímenes ambientales y facilitarles y hacerles posibles su defensa ante la justicia internacional. El ciudadano solo puede actuar teniendo voz a través de una sociedad participativa e inclusiva de la ciudadanía”, dice Margarita Trejo Poison, profesora de Derecho Público y Ambiental de la Universidad Camilo José Cela y experta en crímenes contra el medioambiente
El número de víctimas de los desastres ecológicos aumenta cada año, pero poco se sabe de qué es un ecocidio. Por poner solo un ejemplo, el accidente químico de 1984 en Bhopal (India) provocó el desplazamiento de más de 200.000 personas. Además, causó 20.000 muertos y 500.000 damnificados. El desastre continúa debido a un suelo contaminado con productos químicos.
Por eso, se pretende incluir el ecocidio como crimen dentro de la Corte Penal Internacional. De este modo, algunas de las catástrofes medioambientales más conocidas pasarían de juzgarse por la vía civil a la vía penal. Hasta el momento, este tipo de casos se han juzgado casi por completo por la justicia civil y normalmente las condenas conllevan únicamente multas.
Crimen medioambiental
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que entró en vigor en 2002, reconoce cuatro crímenes internacionales: genocidio, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y agresión. Pero no el crimen ambiental. El borrador, en su redacción original, incluía los delitos medioambientales como quinto crimen. Contó con el voto favorable de 50 países. Se suprimió por la oposición de países como Francia, Holanda y EE. UU.
En 2012, surgió la iniciativa Acabemos con el ecocidio en Europa: una iniciativa ciudadana para dar derechos a la tierra con el objetivo de proponer una directiva sobre el ecocidio y lograr una normativa uniforme en el ámbito europeo. Un hecho que ha logrado que la Comisión Europea haya aprobado un proyecto que incluye un listado de delitos medioambientales y prevé la imposición de sanciones más severas.
El ecocidio reconoce que los graves daños medioambientales no son un problema local, sino que afectan a la comunidad internacional e inciden en los derechos humanos. Ante la debilidad de los derechos nacionales para sancionar a las empresas multinacionales y corporaciones públicas o privadas, debe actuar la justicia penal internacional.
Pero mucho antes de que aterrice en la Corte Penal Internacional se espera que el ecocidio lo haga en los Códigos Penales estatales, como el de Francia, y como también se ha abordado ya a escala de la Unión Europea.