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¿Qué es el derecho a la educación? La importancia de ir más allá de la teoría

El derecho a la educación se trata de un requisito transversal básico para el desarrollo personal y social pleno de los seres humanos, lo que contribuye a un mundo más justo, equitativo y sostenible. Además de ser un derecho fundamental y universal, también es la base para acceder a otros muchos, como por ejemplo al de un trabajo digno.

¿Qué es el derecho a la educación? La importancia de ir más allá de la teoría

Desde su preámbulo, la Declaración Universal de Derechos Humanos manifiesta que “el respeto por los derechos esenciales que en este texto se reconocen, sólo puede llevarse a efecto mediante la enseñanza y la educación”. En otras palabras, puede considerarse como la base práctica para alcanzar otros derechos fundamentales, además de la concordia, el entendimiento y el desarrollo de sociedades cada vez más justas e inclusivas.

Los pilares del derecho a la educación

La concepción del derecho a la educación queda detallada en el artículo 26:

      1. “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos”.
      2. “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”.
      3. “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

También las constituciones democráticas del mundo lo incluyen. Por ejemplo, la española de 1978 dentro de los  “derechos fundamentales y las libertades públicas”. Un derecho reconocido tanto a los españoles como a las personas extranjeras residentes en el país.

El derecho a la educación, clave para el desarrollo de la sociedad

En todo caso, la visión universal que ampara la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entiende que adquirir conocimientos es vital para que los seres humanos alcancen una vida social plena, además del desarrollo económico y cultural puesto que las comunidades instruidas podrán competir y prosperar mejor en un mercado globalizado.

¿Qué es el derecho a la educación? La importancia de ir más allá de la teoría

De acuerdo con ese enfoque, el conocimiento puede tener como consecuencia una mejora de la salud y contribuir a salvar vidas. Y por lo tanto no es un derecho más, sino el que revaloriza y hace viables otros como el acceso a trabajos dignos, especialmente para los grupos más vulnerables como las mujeres en algunos países, migrantes, refugiados o personas pobres.

De hecho, el crecimiento del nivel educativo en el mundo y la garantía de la educación no pueden desligarse de esos grandes desplazamientos humanos que según la ONU irán a más debido a los efectos del cambio climático, sobre todo en los países con menos recursos. Y también por circunstancias coyunturales pero de un enorme impacto, como la provocada por la crisis económica tras el COVID-19.

La importancia del acceso a la educación

La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) se encargada de coordinar los esfuerzos internacionales para impulsar el derecho a la educación y vigilar el cumplimiento del Marco de Acción para la Educación 2030, desde que en 2015 se fijara la hoja de ruta con la definición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Uno de los 17 ODS, el número cuatro, recoge esa visión del conocimiento como pilar y aspira a “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. De ahí que pueda considerarse una vez más como un objetivo transversal: los demás ODS necesitan en buena medida la enseñanza y la capacitación “para que las personas vivan con dignidad, construyan su trayectoria vital y aporten a las sociedades de las que forman parte”.

En palabras de la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, “lo educativo, como mecanismo para acercarse a los más vulnerables, no puede hacerse esperar. La ayuda humanitaria, por ejemplo, no suele atender las necesidades educativas de los niños y muchos países de acogida no cuentan con los medios necesarios. Por eso es vital invertir en el aprendizaje de los que se desplazan continuamente”.

“Aquí radica la diferencia entre crear mayores problemas o abrir una vía de cohesión y aprovechamiento del potencial humano”, recoge la edición de 2019 del ‘Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo’, que tiene en cuenta todos los movimientos voluntarios y forzados de la población y vincula las agendas del Pacto Mundial de Naciones Unidas (la mayor iniciativa global de responsabilidad social corporativa por la sostenibilidad) y del ODS 4.

Invertir en educación, esencial para las generaciones futuras

Estos esfuerzos combinados suponen un pacto universal que exige una enorme capacidad de coordinación entre países, gobiernos, organizaciones y otros actores como el sector privado. Y donde todo esfuerzo es poco. Según la Unesco, para que las necesidades básicas queden cubiertas en todo el planeta, la cifra que hoy se invierte en educación debería multiplicarse por 10.

La Unesco estima que 84 millones de niños y jóvenes corren el riesgo de seguir sin escolarizar en 2030. Esta cifra supone que solo uno de cada seis países logrará alcanzar el ODS asociado al acceso universal a una educación de calidad para esa fecha si no se adoptan medidas adicionales. La escolarización de los niños y jóvenes es fundamental.

“Se están poniendo en evidencia, y además multiplicando, unas carencias que ya existían. El derecho a la educación es muy claro en cuanto a objetivos, pero no hay recursos suficientes. Por supuesto, las diferencias entre países son enormes, algo que también se está viendo claro, ya que el sistema educativo es igualador en lo académico pero no equitativo en general, explica Alberto Casado, director de Advocacy de Ayuda en Acción.

¿Qué es el derecho a la educación? La importancia de ir más allá de la teoría

Esta organización no gubernamental destaca el concepto de resiliencia como eje de “una estrategia para no dejar a nadie atrás, dado el riesgo creciente con situaciones como la del COVID-19”, añade Casado.

Según su último informe realizado por UNICEF junto con La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), “1.300 millones de niños de entre 3 y 17 años no tienen conexión a internet en sus hogares”, considerada como una herramienta eficaz para impulsar el nivel educativo, más allá del recurso a la teleducación en estos momentos. Según el desglose de los datos, en Europa Oriental y Asia el 42% de las personas en ese grupo de edad carece del servicio; el 49% en América Latina y el Caribe; y un 95% en África Occidental y Central. “Este precipicio digital le está costando el futuro a la próxima generación”, explica Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

A las herramientas tecnológicas hay que añadir las del propio modelo docente. “Esta crisis sin precedentes obliga a educar de otra manera. Es fundamental implantar un aprendizaje socioemocional para capacitar a los más pequeños ante estas situaciones de incertidumbre”, opina Piluca Losantos, directora de la Fundación Gomaespuma, que implanta en colegios españoles el programa internacional Think Equal (iniciativa global nacida en 2016 que promueve un plan de estudios integral destinado a la primera infancia como base para erradicar la violencia futura).

Instrumentos jurídicos internacionales sobre el derecho a la educación

Desde que finalizase la II Guerra Mundial, Naciones Unidas y UNESCO han elaborado numerosos instrumentos con el objetivo de establecer un marco normativo en torno al derecho a la educación. Estos se dividen en dos categorías:

  • Vinculantes: son adoptados y ratificados por los Estados Miembros. Se componen, fundamentalmente, por las convenciones y los tratados.
  • No vinculantes: se refiere a aquellos que, a pesar de no ser de carácter jurídico vinculante, dan una gran autoridad política y moral. Por ejemplo, los marcos de acción, las recomendaciones y las declaraciones.

Obligaciones y responsabilidades de los Estados en relación al derecho a la educación

Según la UNESCO, los Estados deben:

  • Respetar, es decir, evitar tomar medidas que obstaculicen el derecho a la educación.
  • Proteger, es decir, poner en marcha medidas para evitar que terceras partes interfieran en el disfrute del derecho a la educación.
  • Cumplir, es decir, adoptar medidas que ayuden a disfutar del derecho a la educación tanto a los particulares como a las comunidades.

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