¿Qué es el calentamiento global y cuáles son las causas?
El calentamiento global es resultado del aumento del efecto invernadero. El concepto comenzó a investigarse en el siglo XIX, ganó popularidad en las décadas de 1960 y 1970 y desde entonces se ha expandido no solo por universidades y organismos públicos de todo el mundo, sino en las preocupaciones —y las experiencias— de cada vez más habitantes del planeta. Hoy se confirma como uno de los mayores desafíos de la civilización humana.
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Wallace Smith Broecker popularizó el término en el artículo publicado en 1975 'Calentamiento global: ¿Estamos al borde de un calentamiento global pronunciado?'
Además, lo que el geofísico estadounidense planteaba como hipótesis, lo refrendó el quinto ciclo de informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), de Naciones Unidas. "El calentamiento en el sistema climático es inequívoco. De hecho, desde la década de 1950 muchos de los cambios observados no tienen precedentes en un periodo de decenios a milenios. Por lo tanto, la atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido y el nivel del mar se ha elevado".
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prepara su Sexto Informe de Evaluación, el llamado Informe de Síntesis. "Un documento político fundamental para dar forma a la acción sobre el cambio climático", afirmó el presidente del IPCC, Lee Hoesun. "No se equivoquen: la inacción y el retraso no son opciones", añadió.
Diferencia entre calentamiento global y cambio climático
El calentamiento global avanza rápidamente, "lo que hace muy difícil, tanto para la naturaleza como para las sociedades humanas, adaptarse a las nuevas condiciones", alerta el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España.
Es importante tener en cuenta que aunque se suelen utilizar como sinónimos, los términos ‘calentamiento global’ y ‘cambio climático’ no son lo mismo. En realidad, el segundo engloba al primero, al tratarse de un fenómeno más amplio que se refiere "a los cambios en el estado del clima que pueden identificarse a través de cambios en los valores promedio y/o en la variabilidad de sus propiedades", según define la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
¿Qué es el calentamiento global?
El calentamiento global resulta del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que la radiación térmica emitida por la Tierra queda atrapada en la atmósfera debido a los gases con ese efecto (GEI). Su presencia es natural y necesaria para mantener la temperatura del planeta en unos valores habitables. El problema es que las emisiones de gases como el metano o el óxido nitroso se han disparado en comparación con la era preindustrial.
"Las emisiones antropogénicas recientes de GEI son las más altas de la historia", señala el último informe del IPCC. El cambio climático puede ser originado "por procesos naturales internos o por forzamientos externos también naturales como la modulación en los ciclos solares o las erupciones volcánicas. También puede ser causado por cambios inducidos por el hombre de forma persistente en la composición de la atmósfera", amplía la CMNUCC. Y es, en este segundo caso, el de las causas antropogénicas, cuando se habla más específicamente del calentamiento global. Es decir: el cambio climático puede tener causas naturales o antropogénicas, mientras que las causas del calentamiento global son siempre producto de la actividad humana.
Los primeros estudios sobre el calentamiento global
Pedro Linares, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería en la Universidad de Comillas y director de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad, ha participado en el informe 'Cambio climático: Bases científicas y cuestiones a debate', auspiciado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Fundación Naturgy.
Junto a Julio Lumbreras, profesor de la UPM y coordinador del informe, e Íñigo J. Losada, profesor y director de Investigación del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), plantea una retrospectiva de la ciencia del cambio climático y su relación con los GEI: comenzó en 1824, cuando el matemático y físico francés Jean-Baptiste Joseph Fourier propuso la idea de que la atmósfera retiene la radiación infrarroja emitida por la Tierra, y que esa retención podía variar en función de la actividad humana. Le seguirían Eunice Foote (1856) y John Tyndall (1859). Arrhenius (1896) calculó el impacto de la variación de estos gases en la temperatura.
"Todos estos avances se produjeron, al igual que otros muchos en la época, por el trabajo individual y aislado", recuerdan los expertos. Hasta que una creciente preocupación por las cuestiones ambientales a partir de los sesenta y los setenta del siglo pasado llevó a una medición más precisa de los cambios de la concentración de CO2 en la atmósfera, que el científico estadounidense Charles David Keeling había comenzado a estudiar en 1956.
"Esta preocupación permitió establecer grupos y programas de investigación de mayor tamaño en universidades y organismos públicos como la NASA, capaces de desarrollar modelos computacionales complejos y medidas de mayor fiabilidad. Todo ello culminó con la creación, en 1988, del IPCC", cuentan Linares, Lumbreras y Losada.
Datos del cambio climático; más análisis y menos especulación
El IPCC fue creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) "para ofrecer una visión científica del estado actual de los conocimientos sobre el cambio climático y sus posibles repercusiones medioambientales y socioeconómicas".
Cada nuevo informe recoge los avances científicos respecto al anterior y establece qué áreas necesitan una nueva investigación. Es el principal órgano internacional para evaluar el cambio climático y una fuente excepcional de información rigurosa para quienes han de tomar decisiones políticas. Los dirigentes mundiales llevan más de 25 años reuniéndose en otras tantas cumbres del clima (COP, Conference of the Parties, por los países o partes firmantes de la CMNUCC). La primera en Berlín, en 1995, la última celebrada en Sharm El Sheikh, Egipto, 2022, mientras que la siguiente en el calendario será la COP28, prevista en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023.
Mientras tanto, la realidad del calentamiento global avanza imparable, monitorizada por los sucesivos informes de evaluación del IPCC. El segundo, publicado en 1995, hacía hincapié en mitigarlo a través de “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático".
El tercero sacaba a colación las medidas para adaptarse a sus efectos. El cuarto, de 2007, constataba las graves consecuencias medioambientales que desencadenaría el progresivo aumento de la temperatura, como extinciones masivas de especies o una mayor frecuencia y virulencia de eventos climáticos extremos. El quinto resumía las proyecciones de modelos climáticos en función de medidas más o menos estrictas: una subida de entre 0,3 y 1,7 grados centígrados en el escenario más optimista y de 2,6 a 4,8 en el más pesimista.
El último en salir, aumentó el nivel de alarma de su mensaje. El cambio climático observado está causando ya innumerables disrupciones en el planeta afectando de forma directa a millones de personas. Es consecuencia, entre otros, del incremento de los episodios meteorológicos extremos.
En ese sentido, los daños que está causando el calentamiento global son, en algunos casos, irreversibles. Por ejemplo, el hielo perdido de los glaciares o el aumento del nivel del mar está teniendo consecuencias desastrosas sobre las zonas costeras, donde vive casi el 40% de la población humana. Además, existe una migración silenciosa y global de especies hacia los polos o hacia las montañas en busca del clima que han perdido donde vivían antes.
Dos grados, la gran línea roja del calentamiento global
Promover un desarrollo sostenible, resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Mantener el aumento global de la temperatura por debajo de 2 grados centígrados y proseguir los esfuerzos para limitarlo únicamente a 1,5 grados.
Son los objetivos del Acuerdo de París, nacido en la Cumbre del Clima de 2015 para tomar el relevo al Protocolo de Kioto (surgido de la cumbre de 1997), como acuerdo internacional para reducir las emisiones de seis gases GEI causantes del calentamiento global. Comenzó a aplicarse en 2020. "Fue una declaración de buenas intenciones, otra cosa es cómo se esté traduciendo a políticas reales", matiza Linares.
"Se suele decir que, por fin, el cambio climático está en la agenda... Bueno, depende de a qué llames estar en la agenda. Si te refieres a que hemos tomado conciencia de la importancia del problema, pues sí. Pero que sea una prioridad política, pues no tanto", apunta el experto. "Hay quien se lo toma en serio, como la Unión Europea, que se ha marcado unos objetivos de reducción de emisiones para 2030 y ha anunciado su neutralidad climática para 2050. Pero Estados Unidos, salvo California, no está haciendo gran cosa. Y China ha anunciado que será neutra en carbono para 2060, pero aún no ha dicho cómo", observa.
"Los modelos sirven para intentar entender un escenario futuro a partir de un determinado cambio, pero tienen incertidumbres", reconoce Linares. "Sabemos que, si hacemos esto, existe una elevada probabilidad de que ocurra aquello, y que si cambiamos, las consecuencias serán otras".
"Cualquier científico serio no irá más allá de estimaciones aproximadas: si seguimos así y aumentamos en 2 grados la temperatura del planeta para 2100, ¿cuáles son los posibles escenarios? ¿Y si llegamos a los 3 grados? ¿Cuánta gente tendrá que emigrar? ¿Qué ocurrirá con la agricultura? ¿Y con los fenómenos adversos? ¿Y el nivel del mar?"
Linares no está de acuerdo con la afirmación tipo "si seguimos así, no habrá vida en la Tierra". Insiste en que existen incertidumbres científicas y hay que manejarlas, y riesgos que hay que gestionar. "Esto no quiere decir que no sepamos la dirección que debemos seguir. La incertidumbre puede llevar a la inacción y es todo lo contrario: tenemos que actuar".
24 de octubre: una fecha para sensibilizar sobre el calentamiento global
Cada 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, con el objetivo de movilizar y sensibilizar a personas de todo el mundo acerca de los graves efectos del cambio climático y el peligro que conlleva el calentamiento global.
Casi la mitad de la población humana experimenta falta de agua, parte de la cual está causada por el cambio climático. Esto impedirá conseguir los ODS de “cero hambre” y “agua para todos”. El cambio climático está contribuyendo ya a crisis humanitarias en Asia, África y América Central, minando la seguridad alimentaria de millones de personas.