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¿Qué es el autoconsumo energético y qué nos aporta? Energías verdes, comunidad y ahorro en la factura

Autoconsumo es producir tu propia electricidad renovable para ahorrar en la factura de la luz, aumentar la independencia energética y disminuir los gases contaminantes. Aunque hay distintas tecnologías, la solar fotovoltaica es la más desarrollada. Te contamos los tres tipos de autoconsumo que existen.

Al sur de Colombia, muy cerca de la frontera con Ecuador y a los pies del océano Pacífico, se encuentra la localidad de Tumaco. Para sus habitantes, el 2024 terminó con la inauguración de una comunidad energética. Esta gira alrededor de un sistema solar fotovoltaico y con la que se espera favorecer una transición energética y social más justa.

De hecho, probablemente sin saberlo, los vecinos de Tumaco están siguiendo unos pasos muy similares a los que dieron, ya hace años, los vecinos de Guzmán. En esta pequeña localidad de Burgos, en España, una decena de hogares, un hotel, un edificio sociocultural y una herrería son los protagonistas de un proyecto de autoconsumo fotovoltaico compartido. Su finalidad es generar su propia energía de origen renovable, bajo el lema ‘La energía del pueblo, para el pueblo’.

Estas comunidades energéticas (y tantas otras) se basan en el autoconsumo. Es decir, en la producción de su propia electricidad renovable gracias a la instalación de paneles solares fotovoltaicos u otros sistemas. El objetivo es ahorrar en la factura de la luz y reducir la dependencia de suministros externos. También se trata de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) ligadas a la quema de combustibles fósiles.

Podcast | Paneles solares: ¿Permiten ahorrar en la factura de la luz?

00:00 16:15

¿En qué consiste el autoconsumo?

“Cuando hablamos de autoconsumo, hablamos de producir nuestra propia energía”, explica Koldo Martín Escudero, investigador principal de ENEDI, el Grupo de Investigación Energética en la Edificación de la Universidad del País Vasco (UPV). “En vez de consumir directamente del mix eléctrico que nos viene de la red, producimos nuestra propia electricidad muy cerca de donde la consumimos”.

Tal y como explican desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), las instalaciones de autoconsumo pueden realizarse con cualquier tecnología de generación renovable, como solar fotovoltaica, mini-eólica, mini-hidráulica o de biomasa eléctrica, y pueden tener cualquier potencia, para formar desde pequeños sistemas residenciales de pocos kilovatios a grandes sistemas industriales de varios megavatios.

“Actualmente, los más utilizados son los sistemas para aprovechar energía solar, ya que en los últimos años ha habido mejoras importantes en la tecnología, la eficiencia de los módulos solares está incrementándose y los costos de producción están abaratándose. Todo esto está haciendo que esta tecnología sea la ganadora hoy en día”, comenta Martín.

“En cuanto al autoconsumo mini-eólico, la tecnología existe, pero es más cara que la del modelo fotovoltaico, y genera bastante ruido, lo que lo hace menos propicio para utilizar en un entorno urbano. Sí tendría más cabida en una zona rural, en donde puedes colocar un aerogenerador que va a muchas revoluciones sin molestar tanto a los vecindarios”, añade el investigador de ENEDI.

Tipos, ventajas y puntos débiles del autoconsumo

Actualmente, existen tres grandes tipos de autoconsumo. El primero es el modelo sin excedentes, en el que solo se puede consumir energía en el momento en que se está produciendo. El resto de lo que se genera se vuelca a la red eléctrica.

El segundo de los casos, el modelo con excedentes, da la opción de compensar esa energía que no se llega a consumir. “Esa parte de energía que produces y no autoconsumes, la viertes a la red y la compañía comercializadora te compensa por ello en la factura”, asegura este experto. Por último, existe una tercera opción en la que se paga por los excedentes que se vierten a la red. “Este modelo es más complejo, porque estaríamos entrando en temas monetarios y es necesario tributar, constituirse como una empresa o cooperativa”, añade el investigador.

Solo en 2024, y de acuerdo con el Informe anual del autoconsumo fotovoltaico de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), se instalaron 1.400 MW de autoconsumo fotovoltaico en España. Supone un 25 % menos que los instalados en 2023, y las cifras totales están lejos de cumplir con los objetivos de descarbonización planteados por el Gobierno, pero muestra, igualmente, el interés por apostar por las renovables.

Detrás de este interés están las ventajas del autoconsumo solar, como el ahorro en la factura de electricidad, la independencia energética, la valorización de los inmuebles tras la instalación de este tipo de sistemas y la reducción de la contaminación, ya que al reducir el uso de combustibles fósiles se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, a la atmósfera. Al apostar por las energías renovables, se contribuye a la transición energética.

“Estas ventajas dependen mucho del mix eléctrico que llegue por la red. Si fuese 100 % renovable, la ventaja no sería tan grande, pero como ahora mismo tenemos un mix eléctrico que depende de la energía nuclear o del gas natural, sí hay un impacto positivo importante al apostar por el autoconsumo”, sostiene Koldo Martín. “Por otro lado, entra en juego lo local. Consumimos donde producimos. Por lo tanto, no existen las pérdidas que sí genera la red de distribución eléctrica. Actualmente, en la red eléctrica española estas pérdidas son de en torno al 10% o al 15%”.

Si estás pensando en el autoconsumo para tu vivienda – vivas en una vivienda unifamiliar y formes parte de una comunidad de vecinos– o para tu empresa, BBVA en España te ofrece soluciones de financiación para la instalación de paneles solares.

Junto a los beneficios, es importante atender también a las dificultades y a los puntos más débiles de autoabastecerse. El principal es que exige consumir energía en el momento en que se produce. En un sistema fotovoltaico, por ejemplo, la mayor producción se da durante las horas del día, entre media mañana y la media tarde. Si se consume fuera de las horas de sol, el sistema se conectará a la red eléctrica.

“La gente que va a autoconsumir tiene que ser muy consciente de cuándo consume, para cuadrar estas dos curvas, la de consumo y la de producción. La opción más sencilla es cambiar de hábitos y adaptarse a los horarios”, señala el especialista de ENEDI. “Otras alternativas están ligadas al almacenamiento, ya sea a través de baterías eléctricas o de jugar un poco con la inercia térmica en el edificio o con la aerotermia. Si tienes un depósito de agua caliente, puedes almacenarla en las horas de producción para luego utilizarlas por la noche, por ejemplo”.

Iniciativas con el autoconsumo como protagonista

En los últimos años han surgido iniciativas que impulsan la apuesta por autoabastecerse. Una de las más representativas es la de Pablo Renovable, una comunidad energética que da forma al barrio solar más grande de España. 512 hogares (más de la mitad de las que forman la urbanización Pablo Iglesias, en Rivas-Vaciamadrid, España) y más de 1.500 personas disfrutan del autoconsumo colectivo gracias a 1.860 paneles solares.

Aunque cada vez se ven más placas solares en los tejados de las viviendas particulares, lo cierto es que estos sistemas ganan peso también en las instalaciones de empresas e industrias. El proyecto Autoconsumo con energías renovables en Chile, por ejemplo, ha hecho realidad iniciativas como ‘Ponle Energía a tu Empresa’, que apoya a las compañías para que incorporen sistemas de energías renovables.

Entre sus objetivos, está reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la actividad chilena, aumentar la competitividad de estas empresas y contribuir a que apuesten cada vez más por fuentes de energía amigables con el medioambiente.