¿Qué debes considerar antes de contratar una empresa de domótica?
Confort, comodidad, ahorrar en agua y electricidad son algunos de los puntos a tener en cuenta si te planteas instalar la domótica en tu vivienda. A esto se une la conciencia medioambiental para contribuir con la sostenibilidad planetaria. Estos son algunos de los requisitos básicos para acometer un proyecto.
Ya en 1924, el célebre arquitecto Le Corbusier describió el hogar como “una máquina para vivir”. Aunque en esa expresión ya incluía la técnica para que las viviendas fuesen más capaces de satisfacer las necesidades de sus habitantes, seguramente no sospechaba hasta qué punto fue visionaria su expresión. Podría decirse que en plena era digital esa máquina de vivir se ha convertido en una máquina domótica.
Esta disciplina tecnológica, que se refiere al conjunto de sistemas que automatizan y digitalizan las diferentes instalaciones domésticas, empezó a emplearse en los años noventa del pasado siglo. La arquitecta María Aurora Flórez de la Colina ya la explicaba en 2004 como “un conjunto de técnicas que emplean la electrónica, la informática y los automatismos industriales para ofrecer al usuario más confort, más tiempo de ocio y mejores servicios por medio de una red de comunicación y diálogo que permite la interconexión de equipos”.
Gestión energética y de consumos
El ahorro de recursos básicos como la energía y el agua siempre ha sido una de las prioridades para las personas que decidían instalar sistemas domóticos en casa. Pero por una cuestión económica casi exclusiva. Hoy ese ahorro se busca también por conciencia medioambiental. Un sistema de iluminación Led, o instalar electrodomésticos de bajo consumo, o un riego de goteo programado en horas nocturnas para evitar la evaporación son soluciones básicas de eficiencia.
“Hace unos años la principal demanda en cuanto a instalación domótica era el confort”, explica Jordi Sabaté, secretario técnico de la Asociación Española de Domótica e Inmótica (CEDOM). “Pero actualmente las aplicaciones más solicitadas son las relacionadas con la gestión de la energía. La domótica es una herramienta muy potente para ahorrar en consumo energético al incorporar funciones como el control de la iluminación, de toldos y persianas, de climatización y ventilación…”. Una de las funciones que hoy incorpora casi cualquier proyecto es el control de iluminación a través de sensores de movimiento o presencia y del nivel de luz natural.
Por ejemplo, el Departamento de Energía de Estados Unidos publicó en 2017 un estudio con la conclusión de que “la instalación de controles desarrollados y ajustados adecuadamente podría reducir el consumo de energía de los edificios comerciales en aproximadamente un 29%, lo que equivale a un 4% o un 5% de la energía consumida en todo el país”. Cada vez más gobiernos promueven la eficiencia energética a través de la tecnología domótica, como refleja una directiva de la Unión Europea, de 2018, que emplaza a los Estados miembros a “garantizar” que los edificios no residenciales “estén equipados, a más tardar en 2025, con sistemas de automatización y control”.
Las preguntas clave
Respecto a los criterios a la hora de diseñar un proyecto domótico, y por tanto de contratar a la empresa que lo lleve a cabo, Flórez de la Colina explica que existen “dos requisitos elementales para establecer un umbral básico de automatización o inteligencia: un elemento de control centralizado y una red interna a través de la cual se envíen las señales a los distintos equipos domésticos, con acceso a una red externa de comunicación”. El elemento de control puede ser una consola o el teléfono móvil (o ambos) y los usuarios utilizan una aplicación web o de ‘smartphone’ para dar instrucciones a los sistemas o monitorizar su rendimiento. “Pese a la relativa complejidad de estas tecnologías, el manejo se ha hecho cada vez más sencillo”, subraya Jordi Sabaté.
La tecnología de consumo masivo, como por ejemplo los dispositivos domésticos, implica una diversidad creciente de productos, servicios y marcas que puede llegar a confundir a los usuarios menos informados. Por eso, antes incluso de pensar en los detalles del proyecto hay que contestar a la pregunta ¿para qué? ¿con qué prioridades?
Puede diseñarse con el objetivo de incrementar los niveles de confort y autogestión de la vivienda, por ejemplo con electrodomésticos como una nevera que detecta los alimentos agotados y los encarga ‘online’ al supermercado. O el enfoque es priorizar el ahorro energético, especialmente en países donde tienden a subir las tarifas eléctricas, y por lo tanto el proyecto domótico puede incluir una instalación de autogeneración y autoconsumo con baterías y paneles fotovoltaicos.
Lápiz, papel, calculadora
Después hay que hacer números para definir cuestiones básicas como la inversión disponible, comparar presupuestos de diferentes empresas instaladoras, el plazo de amortización, o si interesa acometer todo el proyecto de una vez o por fases para hacer más llevadero el desembolso.
“Cuando decidimos instalar algún tipo de automatización en nuestra vivienda siempre conviene hacer un balance entre costes y beneficios teniendo en cuenta los niveles de ahorro” en consumos y mantenimiento, apunta Sabaté. Como no todo el mundo tiene facilidad para calcular estos datos a largo plazo, Sabaté sugiere ponerse en manos de especialistas sobre todo si el proyecto es de envergadura: “Recomendamos siempre acudir a un experto que asesore. A veces pedimos cosas que nos parecen lógicas pero el profesional nos dirá si realmente aportan valor añadido o no. Las empresas especializadas conocen el mercado, los productos, tienen la experiencia”. Y están al tanto de una evolución tecnológica que la digitalización acelerada, junto con nuevos hábitos como el teletrabajo o el ocio doméstico, hacen cada vez más rápida.
No es necesario automatizar una residencia por completo de la noche a la mañana. Puede hacerse de forma gradual. “Es posible diseñar el proyecto domótico a medida mediante sistemas modulares o escalables. Empiezas con un simple kit de enchufe y bombilla inteligentes y un gadget para controlar la iluminación, algo así de sencillo, y poco a poco vas viendo la utilidad y ampliando cuando te vaya bien. No necesitas hacer toda la inversión de golpe”.
Asesoría en un mercado complejo
Ese consejo de ir paso a paso y ganar conocimiento a partir de la propia experiencia requiere tiempo que a veces no se tiene. Pero también aporta la ventaja de conocer un mercado cada vez más complejo que no solo ofrece empresas especializadas, sino servicios diseñados y comercializados por gigantes tecnológicos como Google, Amazon o Apple. Ante las dudas, Sabaté propone confiar en marcas de prestigio que permitan la conectividad con productos de terceros. Por lo tanto este puede ser otro criterio para seleccionar a la empresa instaladora, que disponga de ese tipo de dispositivos.
“Si investigas verás que hay empresas con muchos años en el sector. Esto es una garantía de tranquilidad. Aparte de contar con el aval del mercado, esa experiencia puede suponer una mejor solución para los intereses concretos de cada cliente. También hay que preguntarse hasta qué punto estamos pagando marca o realmente por lo que vale tal o cual producto”, explica Sabaté.
Otro aspecto que puede resolver esa asesoría profesional es el método de comunicación entre dispositivos (Wi-Fi, GSM, Bluetooth, ZigBee…). Ninguno es a priori mejor que otro, depende del uso. Para pequeñas instalaciones, Wi-Fi puede ser una opción válida, y en automatizaciones más complejas sería aconsejable un sistema que integre un puente de enlace con conexión al ‘router’, por ejemplo.
Un estudio publicado en el ‘International Journal of Computer Applications’ compara las diferentes opciones y concluye que “un sistema ideal debería estar disponible para el usuario desde todo el mundo y en tiempo real. La interfaz debe ser una aplicación web con una app móvil asociada para acceder al sistema. Otra característica necesaria es la facilidad de instalación”.
“Se debe pensar mucho en el diseño de la interfaz para estas aplicaciones —continúa el informe—. Las capacidades Plug and Play serán otra ventaja y la facilidad para agregar nuevos dispositivos a una casa automatizada desempeñará un papel importante”, no solo por cuestión de rendimiento y calidad de servicio, sino para mantener el sistema actualizado al ritmo de la evolución tecnológica.
Tendencia al alza
Crece la demanda de domótica doméstica. Un informe de la consultoría ResearchandMarkets.com prevé una tasa de crecimiento anual compuesta del 12,5% hasta 2024 en el número de hogares que instalarán sistemas domóticos en el mundo, con Norteamérica a la cabeza de la tendencia.
Pero falta superar algunos retos para que la mayoría de las casas incorporen algún grado de automatización. “Una barrera de la domótica desde hace muchos años es el falso mito de que es solo para viviendas de lujo”, comenta Jordi Sabaté. “Pero cada vez más gente se está dando cuenta de que mediante la domótica puedes ahorrar energía. Con el tiempo se impondrá que estas soluciones son útiles y necesarias. Hace unos años, que una vivienda dispusiera de domótica era un plus que aportaba el constructor para diferenciarse de la competencia. Llegará un día en que no será un plus, será inconcebible que una vivienda no cuente con ella”.