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Planeta> Cambio climático Act. 10 feb 2023

Puntos de inflexión para el colapso ambiental: ¿Estamos cerca de superarlos?

El cambio climático no es algo lineal. Existen puntos de inflexión que si se superan, pueden provocar cambios incontrolables. El derretimiento de Groenlandia y del permafrost, el deshielo del casquete de la Antártida, la degradación de la Amazonía y la muerte masiva de corales son algunos de estos umbrales críticos.

Puntos de inflexión para el colapso ambiental: ¿Estamos cerca de superarlos?

La mañana del pasado nueve de enero de 2023 amanecía fría en Qaanaaq. Para los 1.640 habitantes de esta localidad de Groenlandia, uno de los asentamientos humanos más septentrionales del planeta, los termómetros no superarían aquel día los 20 grados bajo cero. Iba a hacer un poco más de frío de lo normal, pero las temperaturas estarían dentro de lo esperable en un territorio cubierto, en su mayoría, por hielos perpetuos. Sin embargo, los meses que precedieron aquel nueve de enero no habían tenido nada de normal.

Durante 2022, al igual que la mayor parte del planeta, Groenlandia registró temperaturas mucho más altas de lo habitual. En septiembre, los termómetros llegaron a superar los 20 °C, una situación que cada vez es más normal en Groenlandia y en el resto del círculo polar Ártico. Allí, las temperaturas suben cuatro veces más rápido que en el resto del planeta y, con el calor, la pérdida de hielo se ha multiplicado por seis en los últimos años. Tanto, que se empieza a pensar que la desaparición de Groenlandia como territorio helado es una posibilidad real.

El cambio climático no es algo lineal. Existen una serie de umbrales que, una vez superados, pueden desencadenar cambios mucho más abruptos. Son lo que la ciencia llama puntos de inflexión o ‘tipping points’, y en pocos sitios del planeta son más evidentes que en Groenlandia. Un análisis de más de 200 estudios científicos ha revelado que algunos podrían haber sido ya superados, pero eso no significa el apocalipsis climático de un día para otro, sino que podemos estar adentrándonos en un terreno desconocido y cada vez más resbaladizo.

Puntos de inflexión para el colapso ambiental: ¿Estamos cerca de superarlos?

Los puntos de inflexión del cambio climático

Groenlandia es una isla inmensa, un territorio de 1,7 millones de kilómetros cuadrados (más de tres veces la superficie de España). Además de ser la mayor isla del planeta –con permiso de la Antártida o Australia, que son considerados continentes–, alberga también uno de los dos casquetes glaciares de la Tierra. Estos son masas de hielo de gran espesor que cubren una región extensa de la superficie continental. Llegaron a ocupar buena parte del planeta, pero hoy solo se encuentran en la Antártida y en Groenlandia. Ambos están, también, derritiéndose.

El casquete de Groenlandia, que tiene tanta agua como para elevar el nivel del mar en 7,2 metros en todo el mundo, pierde hielo cada vez más rápido. Lo hace tanto en la superficie como bajo ella y al entrar en contacto con un océano Ártico que también está cada vez más caliente. Esto provoca que el casquete pierda espesor y la superficie pierda altura. Dado que el aire a menor altitud es más cálido, la capa de hielo se expone a temperaturas más elevadas y el derretimiento se acelera. Es decir, cuanto más se hielo pierda, más rápido se derretirá el resto del casquete glaciar. Este bucle de retroalimentación es el que hace que exista un punto de inflexión que, de superarse, puede desencadenar cambios abruptos.

De acuerdo con el sexto (y último) informe del IPCC, el panel intergubernamental de expertos en cambio climático, un punto de inflexión climático es un umbral crítico más allá del cual un sistema se reorganiza, a menudo de manera abrupta y/o irreversible. Aunque el IPCC reconoce que todavía nos falta mucho por conocer sobre los ‘tipping points’ del clima de la Tierra, también señala que cuanto mayor sea el nivel de calentamiento y mayor sea el tiempo durante el que se excede el umbral, mayor será el riesgo de que se produzcan cambios inesperados e incontrolables.

Además del derretimiento de Groenlandia, se han identificado otros puntos de inflexión que pueden provocar consecuencias climáticas globales, como el deshielo del casquete glaciar de la Antártida, la degradación de la Amazonía, el derretimiento del permafrost o la muerte masiva de corales. La primera evaluación importante de los ‘tipping points’  identificó en 2008 nueve de estos umbrales pero, desde entonces, se ha avanzado mucho en el estudio del clima y en la tecnología disponible para medir los cambios que se están produciendo en el planeta.

“Ahora hemos identificado 16 partes del sistema climático que podrían superar sus puntos de inflexión como resultado del cambio climático provocado por la actividad humana. Nueve de ellos son, además, puntos de inflexión globales que afectarían al estado de todo el sistema de la Tierra”, explica David Armstrong McKay, investigador de la resiliencia del sistema terrestre en la Universidad de Estocolmo. Estas conclusiones llegan tras evaluar y analizar más de 200 artículos científicos publicados desde 2008 e incluyen evidencias de registros climáticos antiguos, modelos climáticos, observaciones actuales y expectativas teóricas.

Puntos de inflexión para el colapso ambiental: ¿Estamos cerca de superarlos?

¿Cuántos puntos de inflexión hemos alcanzado?

Aunque se hable a menudo de barreras y de límites de temperatura, el cambio climático no es un gran precipicio tras el cual, llegado el momento, la humanidad caerá al vacío. Es más bien una pendiente que se inclina cada vez más y en la que nuestra velocidad de caída hacia consecuencias inesperadas y un clima inestable y extremo se acelera con cada centésima de grado que sube la temperatura global. En este símil de cuestas abajo encajan también los puntos de inflexión. No son precipicios, sino umbrales a partir de los cuales las probabilidades de que ocurran cambios catastróficos se multiplican.

“A partir de una subida de la temperatura media global de 1 °C respecto a niveles preindustriales, son varios los puntos de inflexión climáticos que empiezan a ser más probables. Las temperaturas idealmente no deberían haber superado ese 1 °C para que el cambio climático se mantuviese dentro de unas fronteras relativamente seguras”, añade el investigador. “De acuerdo con nuestro análisis, cinco puntos de inflexión climáticos han superado ya los umbrales mínimos de calentamiento necesarios. Es decir, no se puede descartar que ese punto de inflexión no se vaya a alcanzar en los próximos años si el calentamiento no se reduce”.

Estos son el colapso del casquete de Groenlandia y del de la Antártida occidental, el deshielo abrupto del permafrost boreal, la muerte de los arrecifes de coral tropicales y el colapso de la corriente de convección del mar de Labrador. De acuerdo con el trabajo de investigación, todavía no hay datos ni conocimiento suficientes como para saber con exactitud cuándo se alcanzarán estos puntos de inflexión de forma irreversible. Sin embargo, los científicos dan por seguro que, si se alcanza una subida de 1,5 °C y se mantiene durante el suficiente tiempo, se cruzarán esos cinco límites. Además, con cada fracción de grado que suba la temperatura media global, aumentarán las probabilidades de que se crucen antes.

“Incluso desplegando de inmediato las políticas de descarbonización más ambiciosas, es casi seguro que el calentamiento global alcanzará los 1,5 °C en algún momento”, señala David Armstrong McKay. “Nuestro estudio, por lo tanto, brinda un respaldo científico sólido al objetivo más ambicioso del Acuerdo de París (mantener la subida de la temperatura global lo más cerca posible de los 1,5 grados), ya que minimiza las probabilidades de alcanzar esos puntos de inflexión climáticos”. Además, el estudio deja abierta una ventana de optimismo, ya que, mientras haya margen de acción, se pueden evitar los peores efectos del cambio climático.

“No esperamos que todos los puntos de inflexión se alcancen nada más superarse los 1,5 °C. Además, algunos de estos umbrales también podrían evitarse si las temperaturas suben por encima de este límite, pero después vuelven a bajar, ya que los efectos no se desencadenan de forma inmediata”, concluye el investigador. “También puede ser que los umbrales de los puntos de inflexión sean más altos de lo que se cree y que, si las emisiones caen rápidamente, nunca se alcancen. O puede suceder lo contrario, que los umbrales sean más bajos de lo que se piensa y se alcancen antes de lo previsto. Lo que sí es seguro es que tenemos que mitigar el cambio climático, reduciendo rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y prepararnos para los cambios que puedan producirse”.

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