Premio Fronteras a Ellen Mosley-Thompson y Lonnie Thompson por demostrar que la rapidez del cambio climático actual no tiene precedentes en la historia
La pareja de paleoclimatólogos Ellen Mosley-Thompson y Lonnie Thompson ha evidenciado a través de sus estudios sobre los glaciares que la velocidad del cambio climático en la actualidad no tiene precedentes en el pasado. Sus investigaciones han demostrado también la rápida desaparición de los glaciares de alta montaña y las consecuencias de este fenómeno sobre la calidad de vida de las poblaciones locales y sobre el aumento del nivel del mar a escala global.
El jurado del Premio Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático ha distinguido, en la decimocuarta edición de los galardones que concede anualmente la Fundación BBVA, el trabajo de este matrimonio de investigadores estadounidenses que ha dedicado su vida al estudio del cambio climático a lo largo de la historia “a través de su persistente dedicación a la investigación con testigos de hielo en los glaciares de alta montaña, que están desapareciendo rápidamente en los trópicos y las latitudes medias”.
Ellen Mosley-Thompson y Lonnie Thompson han construido una amplia biblioteca del clima mediante el análisis del aire atrapado en las profundidades de los hielos del planeta. En los polos este registro helado permite retroceder hasta hace 800.000 años y en los glaciares de alta montaña, hasta hace 20.000 años. El análisis de estos testigos, que se obtienen perforando y extrayendo catas cilíndricas de hielo, ha confirmado que las concentraciones atmosféricas actuales de gases de efecto invernadero no tienen precedente y que el cambio climático hoy en día se caracteriza por una rapidez hasta ahora nunca vista.
“La prueba más evidente de este cambio es que los glaciares en los que ellos han trabajado en las últimas cuatro décadas están desapareciendo”, explica José Manuel Gutiérrez, director del Instituto de Física de Cantabria y miembro del jurado.
Los premiados Ellen Mosley-Thompson y Lonnie Thompson. - Ohio State University
Catedráticos en el Byrd Polar and Climate Research Center (BPRC), de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU), los Thompson son pioneros en la investigación de las masas heladas en alta montaña, cuyo acceso requiere expediciones complejas. Son “enormemente valiosas” –ha señalado tras el fallo el oceanógrafo Carlos Duarte, secretario del jurado– porque son el único registro climático detallado que permite relacionar las variaciones en el clima con el auge y colapso de antiguas civilizaciones como la inca, entre otras.
Dramático retroceso de glaciares
En su nombre y en el de Ellen, convaleciente de una enfermedad, Lonnie Thompson ha querido expresar, en una entrevista concedida nada más conocer el fallo, su satisfacción por recibir el premio y ha destacado cómo el descubrimiento más importante a lo largo de sus décadas de investigación es que “los glaciares son un sistema de alerta temprana para el planeta”, dada su alta sensibilidad a las variaciones del clima.
“Los glaciares”, explica, “no solo son registros del clima pasado, sino también indicadores del clima actual. En las burbujas de aire, tenemos la historia de variaciones en el dióxido de carbono, metano y todos los gases que nos preocupan de cara a los próximos 100 años”.
Lonnie Thompson advierte de las graves consecuencias del retroceso de los glaciares para las comunidades locales, que ya se están viendo afectadas. La pérdida de glaciares implica escasez de agua, con el consiguiente impacto sobre el suministro de alimentos, agua potable y energía hidroeléctrica.
Las expediciones de los Thompson han comprobado, por ejemplo, un dramático retroceso de hasta un 93% en los glaciares en Nueva Guinea, en un periodo de 39 años (1980-2018), un 71% en Kilimanjaro (1987-2018), y un 46% en el glaciar peruano de Quelccaya (1976-2020).
Pero además, a Thompson le preocupa “cómo esto va a impactar sobre el aumento del nivel del agua a escala global. Hoy no solo están retrocediendo los glaciares de las montañas, sino el hielo en Groenlandia y la Antártida. Los glaciares nos están diciendo que las temperaturas están aumentando y el nivel del mar continuará subiendo”.
Expediciones polares y conciliación familiar
En las últimas cuatro décadas, Ellen Mosley-Thompson ha dirigido nueve expediciones a la Antártida y seis a Groenlandia. Lonnie Thompson ha encabezado medio centenar de expediciones a glaciares de alta montaña en el Himalaya, el Kilimanjaro y los Andes. Una de las más recientes tuvo lugar en 2019, al Huascarán, uno de los picos más altos de los Andes peruanos; pese a las condiciones extremas de alta montaña, con nieve perpetua y falta de oxígeno, extrajeron un testigo de hielo de 471 metros.
Ellen Mosley-Thompson y Lonnie Thompson se conocieron en 1969, en una fiesta de Navidad del departamento de Geología de la Universidad de Marshall, en Virginia, en la que ambos estudiaban −ella fue la segunda mujer estudiante de física en esa universidad−. Se casaron al terminar los estudios. La organización de sus carreras, ella sobre todo concentrada en los polos y él en glaciares de alta montaña, tuvo que ver también con la conciliación familiar: las ausencias de ambos podían prolongarse durante meses pero no se superponían, de manera que uno de ellos pudiera cuidar siempre de la hija de ambos.
La próxima expedición será, según adelanta Lonnie Thompson, al glaciar de Quelccaya, en Perú, “tan pronto como lo permita la Covid-19”. Quelccaya es importante en la carrera de ambos. Fue el primer glaciar de alta montaña en que, tras varios intentos fallidos y el desarrollo de una tecnología específica −un perforador de hielo alimentado con energía solar− Lonnie Thompson obtuvo en los años ochenta el primer testigo de hielo fuera de los polos. “La logística de la empresa era tan compleja que muchos expertos lo consideraron en su día un objetivo imposible”, recuerda Thompson. Hoy se ha demostrado que este trabajo en glaciares de alta montaña es clave para registrar uno de los principales impactos del cambio climático en el planeta.