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Podcast | Cosmética sostenible: ¿Cómo comprar un producto comprometido con el planeta?
La cosmética sostenible engloba los productos con ingredientes naturales y orgánicos o bio, producidos con el mínimo impacto en el medioambiente y con prácticas éticas como el comercio justo, el respeto por los animales y la protección de la biodiversidad. Además, sus envases suelen ser reciclados y reciclables. En esta charla experta de ‘Futuro Sostenible’, María Garnica, directora de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de la empresa de cosmética natural Weleda, despeja las dudas sobre si la cosmética que compramos como sostenible realmente lo es.
Existen numerosos productos de belleza y cuidado personal pero, en los últimos años, han irrumpido en el mercado aquellos producidos a partir de criterios vinculados con la sostenibilidad. ¿Cuáles son las diferencias entre un cosmético convencional y uno sostenible? En relación al impacto medioambiental, hay que tener en cuenta que los cosméticos como los geles de ducha, el champú, los productos para el afeitado o la pasta de dientes se van por el desagüe y terminan llegando a los ríos y océanos. Según la directora de comunicación y RSC de Weleda, los cosméticos convencionales “suelen contener ingredientes sintéticos que pueden ser perjudiciales para el medioambiente y, sobre todo, para la contaminación del agua. Sabemos que ciertas partículas de los protectores solares están dañando los arrecifes de coral de todo el mundo”, ha asegurado.
Por el contrario, los cosméticos sostenibles utilizan ingredientes naturales y orgánicos (han sido cultivados sin pesticidas ni herbicidas), lo que reduce el impacto medioambiental además de proteger la biodiversidad y la fertilidad del suelo.
En cuanto al impacto en la salud de las personas, la experta ha explicado que “lo que desconocemos es el efecto acumulativo que pueden tener en nuestro sistema ciertos componentes sintéticos, como por ejemplo los parabenos”, de ahí la importancia de elegir productos de manera consciente: “la cosmética natural suele utilizar ingredientes como aceites vegetales o extractos botánicos, que son aceites vegetales puros, prensados, ricos en vitaminas, en ácidos grasos y que son verdaderas joyas y que promueven una piel mucho más saludable”, ha afirmado Garnica.
Diferencias entre cosmética natural, ecológica, bio, y vegana
En las cajas y etiquetas de muchos productos cosméticos aparecen numerosos adjetivos como natural, ecológico, bio o vegano. Estas son las características:
- Cosmética natural: lo que indica es que ciertos ingredientes provienen de fuentes naturales. “Es un término muy amplio, no nos dice mucho sobre qué cantidad de ingredientes naturales, ni se excluye totalmente a los ingredientes sintéticos”, ha destacado Garnica.
- Cosmética bio: se refiere a ingredientes que han sido cultivados de forma orgánica, sin utilizar ni pesticidas ni herbicidas. “Más controlado y legislado”, ha enfatizado la experta de Weleda.
- Cosmética ecológica: es similar a la bio pero, además, incluye criterios de producción que son respetuosos con el medioambiente y los envases son ecológicos, por lo que se reduce el impacto en el planeta.
- Cosmética vegana: significa, exclusivamente, que el producto no contiene ingredientes de origen animal, pero no necesariamente tiene que ser bio o tiene que ser natural.
Qué debes tener en cuenta para saber si la cosmética que compras es sostenible
Para comprar un producto cosmético alineado con la sostenibilidad, la experta de Weleda recomienda:
- Leer bien la información incluida en los envases.
- Buscar productos que contengan ingredientes naturales o bio.
- Evitar elegir productos con ingredientes sintéticos o químicos muy agresivos como los:
- Parabenos, que suelen terminar en -metil -etil o -butil “porque son conservantes que se han relacionado con posibles efectos adversos para la salud incluidos trastornos hormonales”, ha indicado la experta de Weleda.
- ftalatos, que son emulgentes que se utilizan para unir la fase acuosa y oleosa de un producto, es decir, para unir agua y aceite, “y que también están cuestionados por ser posibles o potenciales disruptores endocrinos”.
- Parafina o petrolatum, son aceites minerales derivados del petróleo “que se usan muchísimo en cosmética porque son ingredientes muy baratos pero que en realidad aportan bastante poco a nuestra piel, tan solo crean una capa superficial y crean una falsa sensación de suavidad”.
- Microplásticos, que se incluyen en algunas pastas de dientes en forma de bolitas de color azul o blanco “porque son muy perjudiciales para el medioambiente” y también “pueden representar un riesgo potencial para nuestra salud al ser esas nanopartículas prácticamente invisibles”, ha afirmado Garnica.
- Optar por productos con sellos o certificaciones reconocidas, como el certificado NaTrue, que indiquen que el producto es bio o certificado ecológico.
- Priorizar productos con envases que sean reciclables, como por ejemplo el vidrio verde que es infinitamente reciclable. En concreto este tipo de vidrio es, además, ‘ecofriendly’. Esto implica que se ha fabricado con materiales sostenibles.
- Elegir marcas que sean transparentes sobre sus prácticas de producción, desde el origen de sus ingredientes a sus políticas ambientales o el compromiso que tiene la marca con el comercio justo y el bienestar de los trabajadores.
Sostenibilidad medioambiental, social y económica en la producción de la cosmética sostenible
Detrás de la cosmética sostenible hay más que el producto en sí. Por ejemplo Weleda aplica a su producción la agricultura biodinámica, una tipología en la que se tiene en cuenta la relación entre la tierra, las plantas y los animales. ”Se ve toda la granja como un ecosistema porque todo influye en la salud de los cultivos, en la biodiversidad y en la fertilidad del suelo. A nadie se nos escapa que los propios animales generan un estiércol que después sirve para aumentar la fertilidad de los suelos”, ha destacado Garnica. Además, al igual que en la agricultura ecológica, está prohibido el uso de fertilizantes, de pesticidas, de herbicidas industriales y se utilizan preparados vegetales para promover suelos más fértiles y con más humus.
Pero la obtención de un ingrediente va mucho más allá del cultivo en sí mismo. También es importante la conservación de la biodiversidad durante el proceso de producción: “para la propia supervivencia de la cosmética natural es fundamental proteger el medioambiente para asegurarnos –a largo plazo– de que podemos seguir disponiendo de los ingredientes que necesitamos. Los ingredientes de la cosmética natural provienen de plantas que necesitan ecosistemas saludables. Necesitamos que tengan animalitos, bichitos, insectos polinizadores”, ha explicado la experta, “porque si dañamos estos ecosistemas podría llevarnos a la escasez de los ingredientes”.
Lo mismo ocurre si se sobreexplotan los ecosistemas: “Por ejemplo, para la recolección del árnica que crece de forma silvestre en el campo, es imprescindible dejar siempre sin cosechar suficientes flores para que los campos puedan regenerarse al año siguiente y podamos seguir teniendo ingredientes”.
Abogar por el bienestar animal es otra de las claves de la cosmética sostenible, de ahí que sea importante elegir productos ‘cruelty free’, es decir, productos que no hayan utilizado animales para su testeo. En Europa, desde 2004, están prohibidas las pruebas en animales.
Las personas también están detrás de los productos. En la cosmética natural se utilizan numerosas materias primas que no es posible cultivar en huertos propios, como es el caso de Weleda. “Obtenemos el sándalo de Sri Lanka, el sésamo de México, las rosas de Marruecos, pero nos comprometemos a obtenerlos de forma ética y justa, sin sobreexplotar los recursos naturales ni a las personas que los cultivan”, ha señalado la directora de comunicación de Weleda. “Hay un compromiso de comprar todos los años las cosechas y pagarlas a un precio justo de mercado. Así creamos empleo estable y digno, impulsamos el desarrollo económico de la región y fortalecemos la economía local”, concluye.
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Algunos episodios de las ‘Charlas Expertas’ de Futuro Sostenible: